martes, 28 de diciembre de 2010

La década pasada en América Latina y los progresismos no equiparables: lulismo, chavismo, kirchnerismo

El cambio de turno de esta semana en Brasil marcó el final de la primera década del siglo XXI en América latina. Un breve análisis comparativo de los diversos modelos políticos que entraron en juego en esta década en la región da un resultado muy claro en favor de quienes, como el Brasil de Lula y Dilma, optaron por una relación pragmática y amigable con la economía de mercado y quienes, al contrario _Chávez, Evo_ optaron por confrontarla con resultados ruinosos, como se comprobó también por estos días.

Hasta fines del siglo XX, el modelo de democracia latinoamericano era, básicamente, el mismo que el vigente en Europa y el resto de las naciones desarrolladas (los países de la Ocde). Conservadores y progresistas latinoamericanos y democristianos y socialdemócratas europeos compartían el modelo liberal-representativo de democracia. Esta matriz liberal era enriquecida con derechos sociales. Estos son derechos por definición lábiles, desde el momento que dependen del estado de salud de la economía. Por eso estos derechos sociales se hicieron realidad en Europa con el "milagro" económico de la posguerra pero quedaron en el tintero en la subdesarrollada América latina. Esta diferencia abismal persiste hoy, pese a que América latina gozó en esta década última de "tasas chinas" de crecimiento gracias a la globalización y Europa _y EEUU_ pasan por un largo período de tasas negativas o de muy bajo crecimiento. Pero pese a esa crisis nadie, en la comunidad democrática de los países avanzados, se plantea una ruptura del modelo político construido luego de la II Guerra, el de la "economía social de mercado" con democracia representativa clásica.
No pasó lo mismo en estos últimos 10 años en América latina, como es bien sabido. En buena parte de la región se buscó superar el modelo constitucional liberal-representativo como respuesta a los magros resultados sociales obtenidos desde el retorno a la democracia en la región a mediados de los años 80. Los ajustes estructurales operados en los 90 (inevitables en su gran mayoría, ante el estado terminal del modelo proteccionista- estatista) actuaron de disparador del desencanto, al menos en los países donde estuvieron mal formulados _Argentina, Venezuela. No fue así allí donde las reformas estructurales fueron pausadas pero claras, como Brasil con Fernando Hernique Cardoso.
El experimento que intentó dar respuesta a esa insatisfacción social se montó, en todos los casos, sobre el auge de las materias primas generado por el crecimiento explosivo de las nuevas economías de mercado asiáticas. O sea, gracias a la globalización capitalista, que proveyó a la región de una "renta" extraordinaria y de lo que los economistas llaman términos de intercambio favorables, dos grandes beneficios que los demócratas "tradicionales" no tuvieron en los años 80 y 90. El cambio impuesto ha sido radical en Venezuela, Ecuador y Bolivia, mucho más mesurado en Argentina y francamente moderado y continuista en Brasil y Uruguay. Los demás países _Chile, Perú, Colombia_ mantuvieron el sistema político tradicional junto a políticas promercado. De hecho, en Brasil y Uruguay tampoco ha habido ruptura del modelo liberal-representativo de democracia, sólo se registró un persistente cambio del signo político de los gobiernos, que apartó a los partidos conservadores tradicionales del poder al que estaban acostumbrados. Junto con el respeto por el modelo político, las políticas económicas implementadas por estos países han sido siempre prudentes y en sintonía con las reglas de la economía de mercado. La triunfal ceremonia del 1ºde enero en Brasilia da cuenta del gran éxito de esta fórmula. Y que las primeras medidas anunciadas o filtradas a la prensa por el gobierno de Dilma _ajuste fiscal, política monetaria ortodoxa, privatización de los aeropuertos de San Pablo_ sean las que querían escuchar los mercados no es casual.
Por esto, en un balance de fin de década, está claro que han sido estos últimos países latinoamericanos los que mejor salen parados en todos los indicadores socioeconómicos y de respeto de las libertades políticas y económicas. Este modelo incluye desde la centroderecha a la centroizquierda, desde el conservadurismo popular al socialismo democrático o el laborismo (Lula), e implementa políticas de redistribución, pero tiene el ojo atento a no descuidar la economía de mercado (Lula, de nuevo, y por cierto Tabaré y Mujica), y es el claro ganador comparativo en la región. Basta con observar la crisis en la que se acaba de hundir Bolivia (causada por el régimen de subsidios de los combustibles combinado con la gran desinversión en el sector que trajo la nacionalización ordenada por Evo en mayo de 2006), o la megadevaluación con que terminó el 2010 Venezuela, economía que continuó en recesión por 2º año seguido mientras el resto de la región crece a "tasas chinas".
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Por esto no son equiparables los diversos gobiernos progresistas de la región, a los que a veces las usinas propagandísticas locales y regionales quieren presentar como un bloque unido que enfrenta al "neoliberalismo". El "lulismo", por ejemplo, es completamente diverso de esa combinación de caos macroeconómico y autoritarismo desmadrado que es el chavismo, pero también de la rara avis que encarna el kirchnerismo, un híbrido de neopopulismo radical con centrozquierda tradicional.
El kirchnerismo es violento y enardecido en sus modos, en su comunicación, en su armazón de régimen mediante la construcción de un aparato propagandístico y de militancia rentada como no se vio nunca en los 27 años de democracia en la Argentina. Pero a la vez es francamente moderado en sus propuestas sociales y económicas: la asignación universal por hijo, por ejemplo, tan tardíamente aplicada, es compartida por todo el arco político. Tampoco incurre en esas estatizaciones seriales que han hecho famoso a Chávez y que están arruinando a Venezuela. Pero sí es comparable con Venezuela en la altísima y creciente inflación, generada por la expansión permanente del gasto público y la gran emisión de moneda. También es antiliberal en su praxis política, que siempre intenta saltarse las instituciones y sus mediaciones, y en su abierto afán hegemónico, esgrimido como una necesidad vital "para defender el proyecto" frente a sus enemigos. De aquí que existan dos kirchnerismos, uno, el de los medios y la militancia, que tiene todas las características del dispositivo de guerra propagandística propio de un gobierno revolucionario, donde no se toleran disensos ni matices; el otro, el de la prosaica gestión diaria, el que habla con empresarios y negocia con el Club de París y el FMI, el de De Vido y Boudou. "Se creen que están bajando de Sierra Maestra", ironizó sobre los primeros Jorge Lanata. Por esto es ilusorio ejercer cierta crítica contra el régimen kirchnerista para, luego de hecha la catarsis, llamar a "cerrar filas" con él contra "la derecha y su agenda restauradora". (*)

(*)Esta misma primera semana de enero de 2011 comenzó en Cuba el ajuste del Estado. Son 500 mil despidos en tres meses a partir de hoy. Serán 1,3 millones en los próximos tres años. Se trata de enormes costos humanos, más aún si se toma en cuenta la proporción: Cuba tiene 9 millones de habitantes. Comparado con esto, el ajuste del Estado de Menem fue una minucia. Además los despedidos se iban con decenas de miles de dólares de indemnización. La diferencia a favor, parece, es que los sueldos son tan bajos que muchos creen que podrán suplantarlos con un mínimo éxito en el cuentapropismo. Téngase en cuenta que se habla de salarios de 15 a 20 dólares mensuales, de ese orden. Además, como dijo Yoani Sánchez en Twitter, esa gente dejará de estar obligada a mostrar alineamiento ideológico con el régimen. En cualquier caso, el Estado comunista demuestra, una vez más,que es capaz de aplicar ajustes brutales, mucho peores que los países capitalistas. Y admite así, tácita pero claramente, su total fracaso. Cuba ha entrado hoy en su etapa "china" de "economía socialista de mercado", según el eufemismo que se inventaron en el PC chino.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Newsweek, la guerra de clases y la "construcción de imaginarios"

La última Newsweek argentina trae una nota sobre la toma de tierras, "La mirada del miedo". El problema central, dice el autor, es el déficit de vivienda (no la masiva inmigración que recibe la Cap. Fed., que ni siquiera se menciona), una "problemática no resuelta" que "fue sin embargo relacionada con otros relatos: la inflación y la "inseguridad". Así que la inflación es "un relato", ni hablar de la "inseguridad". Y el problema inmigratorio ni tan siquiera existe como "relato". Pero ahora viene lo mejor: el rechazo a los ocupantes abusivos "no surge de un estudio sociológico, sino de una construcción imaginaria sobre el otro", explica un figurón de la Flacso y la UBA, Luis Quevedo. Esos "otros", imaginariamente construidos, son "los extranjeros (así que el "relato" del exceso inmigratorio es, también él, "imaginario"), los vagos, los que quieren planes sociales: no son "vecinos", y el vecino "legal" (la legalidad también se pone entre comillas, relativizando así la distancia jurídica entre un ocupante ilegal y un vecino a secas) lo cuestiona en todo momento". Quevedo, según lo glosa la revista, agrega que existe una "enorme capacidad de los medios hegemónicos para alimentar y fomentar o producir esos imaginarios". De manera que si las clases medias bajas y bajas viven en permanente guerra de clases con los marginales de las villas es producto de los "medios hegemónicos" y de su perversa capacidad para "producir imaginarios". O, más allá de los medios, de esa "construcción imaginaria del otro". Como bien deberían saber la Flacso y la UBA, las tensiones entre clases sociales vecinas se dan desde el fondo de los tiempos, mucho antes de que hubiera medios, y se nutren y surgen de conflictos para nada imaginarios, todo lo contrario, contundentemente materiales (la tierra y la vivienda, nada menos). Contra esta materialidad, la estrategia de la izquierda académica es sobredimensionar el componente "construcción del otro", por sobre y contra los datos materiales, reales e inmediatos. Se toma arbitrariamente, o se trafica, el concepto de imaginario al parecer de la tópica de Lacan de los tres registros del psiquismo (real, imaginario, simbólico). El odio de la pequeña burguesía (para expresarnos de manera marxista-leninista) hacia las "clases bajas" es ancestral, secular, y estalla en períodos de crisis. En Argentina, gracias al surgimiento de las villas de emergencia a partir de los años 50, esa convivencia de clases ha sido y es particularmente mala, pésima: ha dado origen a todo un repertorio del odio, que gira alrededor del término "negros", etnia que paradójicamente casi no registra existencia en la Argentina. Empero, a estos "imaginarios" no los construyen los medios, y de hecho no son nada imaginarios: están, estas imágenes agonistas o confrontacionales del adversario social, salpicadas de descalificativos, como el de "negros", pero también se ven directamente fundadas en la experiencia más cruda y directa: robos, apropiaciones de tierras de esparcimiento, como en Soldati, amenazas de todo tipo, temor a ver invadidas sus casas, etc. La noción de "imaginario", así como la de "relato", es propia del arsenal teórico de la izquierda académica, pero resulta de una debilidad empírica monumental, al punto que resulta hasta disfuncional para analizar estos casos de conflicto social agudo. Esos conceptos apuntan a un fuerte relativismo cognitivo. La idea de fondo es que la sociedad capitalista inyecta en sus ciudadanos tópicos fóbicos que les ocultan la estructura injusta y violenta de la sociedad de clases, de la que son a la vez integrantes y víctimas. Pero, como dijimos, Todo esto resulta, confrontado con los hechos, débil y forzado. Por ej., en el caso de V. Soldati y Lugano y de mil sitios más, esta imagen del adversario, _no el "imaginario"_, que se hace el vecino sobre el marginal que lo asedia no tiene casi nada de "imaginario": esa imagen es directa, apenas mediatizada por el sujeto, está construida con sustancia real casi al 100%. El agregado "imaginario" es mínimo, y tiene que ver, en esa vieja relación de vecindad-odio, con lo más visible y cargado de negatividad para el sujeto: la raza. Se habla de "los negros" para acentuar la diferencia racial entre los vecinos establecidos legalmente, que son mayormente descendientes de inmigrantes europeos, y los villeros, que como es evidente no son negros, sino indígenas o mestizos. La mediación del "relato", del "imaginario", es aquí casi nula. Porque esta realidad de la convivencia forzada con la villa es demasiado contundente, abrumadora, se "le viene encima", al sujeto que la padece. Nadie, en esos sectores vecinos a las villas, ha dejado de sufrir asaltos callejeros; nadie tiene un hijo que no haya padecido ese mismo trauma: así que esta experiencia no tiene nada de construida ni de imaginaria. Es cierto que la experiencia humana, al estar constituida o atravesada por el lenguaje, tiene por esto un componente lábil, ambiguo, imaginario, si se quiere. Pero esta relativa labilidad de la experiencia es absolutizada por los teóricos sociales en boga, a los fines que se dijo. A los vecinos de Soldati les basta levantar la vista desde la ventana de su casa para encontrar en lo real todos esos datos que Quevedo enuncia como parte de un "imaginario", o sea, construidos como integrantes de un repertorio de disvalores más o menos míticos. Por esa inmediatez contundente con la realidad de las villas y los villeros, no existe capacidad de mistificación, que es eso al fin de cuentas lo que se señala con la noción de "construcción de imaginarios". Efectivamente, realmente, esos ocupantes ilegales de Soldati o Lugano son en gran parte extranjeros; efectivamente, usufructúan de planes sociales de manera crónica y generalizada; efectivamente, no están integrados al mundo del trabajo en grandísima medida. Todas esas señas, entonces, surgen de la situación social y económica objetiva, material e inmediata, y no de ningún "imaginario", que sería además "producido por los medios hegemónicos", según pontifican Newsweek, la Flacso y la UBA. Basta salir de la burbuja académica y mediática progresista y poner atención, como cronista o sociólogo de campo, en lo que sucede en Lugano para darse cuenta del fenomenal forzamiento conceptual que ejercita esta izquierda académica, y que los medios del régimen K (¿cómo llamarlo si no, a estas alturas?) toman de manera oportunista, y un poco al voleo. Claro que así son los resultados que alcanzan: este discurso, por ser tan ficticio, autorreferencial y alejado de la vida real del público, no tiene eco alguno, pese a que desde hace años y años los medios del Estado y del costoso grupo Spolski lo repiten al infinito. Al contrario, desde Villa Soldati para acá, su reiteración tiene efectos francamente adversos para el régimen K. De hecho, la nota que cito de Newsweek es de apenas de una página, de ningún modo "la nota de tapa" ni nada parecido.
Un último apunte sobre la Newsweek argentina de Spolski. La revista está tapada de avisos de alto target: autos, motos, relojes Longines. Está claro que el lector de Newsweek es un progresista de alto nivel adquisitivo. El capitalismo es el único sistema socioeconómico que puede crear la doble paradoja de producir medios de comunicación que ganan buen dinero con sus detractores profesionales, quienes además ocupan posiciones de privilegio en la sociedad de clases. Es precisamente por esta lejanía de la situación de los vecinos de Lugano y Soldati que les resulta posible "comprar" o incluso producir un discurso como el que Flacso le provee a Newsweek y ésta a su vez a sus lectores de nivel ABC1.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Italia: la decadencia de la sinistra, conservadora y anti mercado

En estas semanas se ha hecho un gran ruido con la casi-caída del Berlusca. Quien sin embargo, entre fiestas, jovencitas y compra de diputados, ha sobrevivido contra el pronóstico unánime de los corresponsales extranjeros en Roma. La centro-derecha italiana del Berlusca es bizarra, troglodita (Liga Norte), y de opereta, como su jefe, Il Cavaliere. Pero "al menos es un bloque social", sostiene en su blog "Camillo-cosas que no quedarán" (http://www.camilloblog.it) Cristian Rocca, periodista italiano que vive en EEUU. Los medios extranjeros se deleitan con los escándalos y crisis internas de la centroderecha, al punto que engañaron a su público dando por un hecho la caída del Berlusca el pasado 14 de diciembre. Pero a la vez se niegan a reportar a sus lectores un gran dato político: que la izquierda italiana está postrada y sus mass-media se han refugiado en el conservadurismo y en una retórica anti-globalización. Rocca pone como ejemplo el periódico romano La Repubblica, nave insignia del grupo empresario De Benedetti, enemigo histórico del Berlusca. La Repubblica, "el diario de vanguardia intelectual", es "cada vez más el órgano de la conservación italiana, contra las reformas, contra el mercado, contra la globalización", afirma Rocca. Con toda razón, puedo asegurarlo, dado que leo bastante La Repubblica.
Como síntoma de este reflejo conservador surge el nuevo líder de la "sinistra", el gobernador de la Puglia, Nichi Vendola. Quien afirma: "El capitalismo ya no es sólo incompatible con la democracia, sino con la misma vida". Vendola se perfila como candidato a premier del "centroizquierda". Vasta y multicolor área que va desde esta izquierda radical anticapitalista de Vendola y sus comunistas ecologistas, a democristianos más moderados que un café con leche con tostadas dietéticas. Así que mientras el Berlusca se pone de acuerdo con su socio Bossi para ganar nuevamente las elecciones, en marzo-abril o por ahí, la "sinistra", esa institución tan italiana como la pastaciutta, se apronta a armar una Armada Brancaleone con Vendola al frente. Porque "el capitalismo está contra la vida y la democracia". Hace apenas 20 años, el PCI se transformaba en un partido socialdemócrata, sepultando las ideas y los símbolos comunistas para ser una izquierda "europea, de gobierno". Hoy, de aquella ambiciosa empresa política y cultural, no quedan sino sombras. Y Vendola aprovecha ese naufragio. Para perder frente al Berlusca y quedar como líder de esa izquierda que con él resignará definitivamente ser una alternativa de gobierno para limitarse a ser una opción testimonial y de refugio, conservadora y nostálgica. "Contra el capitalismo y por la vida"

martes, 14 de diciembre de 2010

Macri y Villa Soldati: una chance de polarizar contra el gobierno K

Con el drama de Villa Soldati apenas superado con una clara derrota para el gobierno,
Nilda Garré quedó a cargo del nuevo Ministerio de Seguridad, al que se convocará a presuntos líderes de la sociedad civil vinculados a los DDHH. ¿Será esta la solución a la ola de inseguridad brutal que sufre la Argentina? Se ha escrito que "Nilda es Verbitsky" , lo opuesto a Aníbal F., típico PJ bonaerense con alianzas turbias en la Federal. El sector ideologizado del gobierno gana un puesto clave, que pierde el sector pejotista pragmático. Son dos mundos enfrentados: uno, que vive en una burbuja dogmática y sin práctica del poder real (el caso de Garré en Defensa); el otro, que viene del gobierno bonaerense, de las intendencias del Conurbano, puro pragmatismo pejotista.
Si se pretende aplicar el "modelo" de Nilda en Defensa, habrá que avisarle a la Presidenta que aunque policías y militares lleven ambos uniforme, son muy diferentes. Nada más alejado en términos operacionales. Mientras lo militares se dedican a no ir a la guerra salvo rarísimas excepciones, los policías y gendarmes sí salen todos los días a la calle.
Pero el corazón del problema no está allí. El asunto de fondo pasa por la ideología, como se vio en el episodio de Villa Soldati, donde la realidad terminó imponiéndose y dándole un claro triunfo a Macri. Se trata del temido verbo tabú, "reprimir". La oposición ha aceptado este tabú. La diputada Giudici declaró este lunes que "lo fundamental es garantizar el orden sin represión". Este enunciado es una falacia. El orden legal no podría sostenerse un día "sin reprimir". Esta falacia proviene de un hábito instalado en estos últimos 7-8 años, en los que se corrió mucho el límite de lo permitido más allá de lo que dicta la ley (que sí habla de represión y de reprimir sin pruritos ante un acto delictivo).
Esta falacia nace, en último término, de la creencia de estos sectores ideologizados afines al gobierno en que toda represión bajo el orden capitalista es intrínsecamente injusta e inmoral, porque castiga a las víctimas del sistema. La única represión válida es la excepcional, como la que hoy aplica a los represores (justamente) de la dictadura. También se aplaudiría una eventual represión contra, supongamos, propietarios rurales que se organizaran para defender sus propiedades de una estatización a lo Chávez. Es decir: la represión vale _y cómo_ cuando va dirigida contra los beneficiarios del sistema de propiedad del capitalismo. Si no, es un crimen, es "reprimir la protesta social". Manipulando la lábil democracia burguesa se puede inocular en todo el sistema político y en la sociedad el tabú antirrepresivo, como se ha logrado en Argentina durante estos años.
Pero el momento está maduro para terminar con este tabú, y con el clima de época que lo hizo posible. En otros términos: la dogmática progresista que se generalizó a partir de 2001-03 está en crisis, y V. Soldati, con su neta derrota para el gobierno, es el mejor indicador de esto. El abrumador peso de los hechos, como la imparable ola de inseguridad, están terminando con el dogma de la corrección política y su tabú de la "no represión". Hay veces en que las cámaras de TV hacen mejor trabajo de campo que un ejército de sociólogos. Mostraron a los vecinos de los monoblocks de V. Soldati reaccionar a la usurpación del parque, se los escuchó y vio en esos días y así se pudo "semblantear" muy bien su tipología. Hay allí representado, puesto delante de la TV, un enorme estrato social que hasta hoy ha sido subrepresentado políticamente. Se trata de ese amplísimo colchón de clase media baja y de clase baja no marginal, que es el que vive en su propia piel como ningún otro los dramas de la inseguridad y de la vecindad inmediata con las villas. "No me banco una villa más. Si me ponen otra acá enfrente me muero", le dijo un vecino de Soldati a un cronista de TV.
Macri, aunque ha practicado tibiamente la retórica de la no represión en estos años, captó al vuelo lo que pasaba en Soldati y jugó fuerte a favor de la legalidad y de los vecinos damnificados por la ocupación. Y ganó, claramente. Esa declaración conjunta de Rodríguez Larreta con Aníbal F. que desactivó de inmediato la toma del predio fue una derrota política e ideológica para el gobierno. Es fácil imaginar la bronca que habrán tragado frente al televisor personajes como Verbitsky o Zannini. Y Macri debe estar mirando más allá de la Capital: por estos días los conatos de usurpación se multiplicaron en el Conurbano, donde es mayoritaria esa clase media baja y baja que es ahora el target electoral de Macri. Ya ganada la pulseada de Soldati, Macri debería ir por más, aún a riesgo de entrar en un tono de campaña electoral. Preguntarle, por ej., a esos vastos sectores del Conurbano si se sienten seguros con CFK y sus aliados ideológicos, que ahora con Garré comandarán a la Federal, Gendarmería y Prefectura. Macri debe meter el dedo en la llaga del "garantismo" que practica el gobierno, que mostró en estos días todo el costo que tiene practicar esa doctrina en un país con índices delictivos por las nubes. Y una cosa es practicar esa retórica y esa doctrina penal con el pragmático bonaerense Anífal F. al mando de la tropa y otra, enormemente diferente, será hacerlo con la ideóloga Nilda Garré y sus amigos del CELS. Ya se habla de "cursos de capacitación" para los federales, gendarmes y prefectos. Si la "nueva estrategia" en materia de seguridad de CFK y Nilda pasa por ahí, están fritas. Cristina parece moverse en la creencia de que la sociedad no tolera muertes por mano del Estado: se equivoca. Las tres o cuatro muertes (bolivianas) que hubo en Soldati no le importan "a nadie", es así de crudo y de evidente. Desgraciadamente, las cosas están tan mal que de hecho la sociedad casi las exige, a esas muertes. Dice: mejor que no ocurran, pero exijo mano dura ante el delito y las usurpaciones. Si detrás de la retórica de los DDHH y Garré está el plan de una represión prolija y sin muertos ante la "protesta social", CFK habrá resultado más astuta de lo que parece. Pero el equipo elegido no es por cierto el apropiado para esta ambiciosa misión, de una represión firme pero legal (a la chilena, por dar un ejemplo regional si irse al Primer Mundo). En cualquier caso, para Macri, que además es hoy el único precandidato presidencial de centroderecha (no tiene competidores en ese espacio potencialmente enorme) , esta opción ideológica de Cristina, sea de fachada o de fondo, parece servida en bandeja para polarizar sobre la inseguridad y el auge del delito. En esa estratagema, él se presentará como el garante de los ciudadanos honestos que trabajan, pagan sus impuestos y sus servicios con gran sacrificio; el gobierno nacional será el que apaña, además de a los piqueteros, a los "okupas", como se vio claramente en V. Soldati con el militante kirchnerista Salvatierra. Si logra instalar ese eje, tendrá una batalla ganada de cara al 2011. Macri también puede citar a los gobiernos de izquierda regional para castigar al gobierno K: ahí está la reciente orden de Lula de enviar al ejército con tanques para liberar de narcos dos grandes favelas de Río.
Entretanto, y con Villa Soldati como imagen símbolo, CFK y su gobierno han empezado a "gotear" consenso social. El esmeril ha vuelto a funcionar, de a poco pero sin detenerse.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Villa Soldati: el abuso del Preámbulo de1853 y la demografía silenciada

Beatriz Sarlo, en su última colaboración para LaNación, el sábado 11 de diciembre, comete el mismo anacronismo fácil del kirchnerismo, a propósito del conflicto de Villa Soldati, y se envuelve en el Preámbulo, escrito en 1853, en el país desierto, premoderno y feudal que había dejado Rosas. Aprecio a Sarlo, sobre todo porque es de las poquísimas figuras de la intelectualidad de izquierda que tuvieron la valentía de decir "no, ahí no sigo", dejando en consecuencia sus antiguas creencias antidemocráticas de raíz, y no sólo a medias y a través de tacticismos, como hizo la enorme mayoría de los integrantes de ese sector, y como se demuestra cabalmente con el kirchnerismo (cuando volvió a lucirse en público el instinto autoritario que estaba sólo guardado en el placard hasta que llegara la oportunidad).
Pero, bueno, el caso es que Sarlo se agarra del Preámbulo, de la famosa frase "para todos los hombres del mundo..." para desafiar a los que quieran borrarla a hacerlo, "si se animan". Y tacha al gobierno de Macri de practicar un "discurso subconstitucional" por ese motivo. De manera nada casual, al lado de la de Sarlo el editor del diario puso una columna de un autor que no conocía, Carlos Manfroni. Quien explica que esa famosa frase no es una invitación universal a apoderarse del suelo argentino, que a nadie se le puede ocurrir una interpretación tan disparatada. Ni textual, agrego yo, de un discurso de tono declarativo, retórico, propio de la época. Además si tenía un sentido práctico, valía para la sociedad de 1853. De hecho, la inmigración como "política de Estado", no estuvo a pleno régimen sino hasta medio siglo después. Esta contextualización histórica tan básica y evidente es soslayada por quienes, como Aníbal Fernández y Sarlo, se montan en un discurso francamente banal, que desecha un debate serio y de base científica sobre la inmigración.
Sarlo sí acierta cuando compara las villas actuales con las que conoció en los 60, mucho más estructuradas y que eran, dice, como los barrios obreros, pero más pobres. Tiene mucha razón: en Rosario, en los 70, con el boom de la construcción horizontal, las villas crecieron mucho, pero no eran lo que son hoy. Eran eso que dice Sarlo: barrios obreros muy pobres y con índices comparativamente altos (para la época) de delitos, pero que no dejaban de ser nunca comunidades estructuradas y funcionales. Porque casi todos sus integrantes eran trabajadores. Una diferencia abismal con "la villa" de hoy, conformada por el lumpen que no tiene ni busca trabajo y que nació en un hogar donde no existe la figura del padre y la madre trabajadores.
Hay otro aspecto de las villas que el caso de Villa Soldati evidencia a gritos, pero que no se ha tocado en estos días de furia: el demográfico. Quienes leen (¿quiénes?) estas columnas ya lo verían venir, al factor demográfico. Es que resulta casi increíble que el debate sobre las villas, sobre la miseria, en Argentina y al parecer fuera de ella también, se dé totalmente escindido de la demografía. Basta ver las imágenes de la televisión para, de un vistazo, darse cuenta de que hay allí la típica demografía de la villa: muchas mujeres jóvenes, muchísimos chicos y adolescentes y algunos pocos viejos. Típica "pirámide" pre-moderna, casi feudal, agraria. Mientras no se vea y por lo tanto no se ponga en la lista de prioridades políticas cambiar esa demografía el problema sólo se multiplicará, como ha ocurrido desde los años 70. Y de hecho, hasta se hace lo contrario: se estimula la maternidad mediante el mal llamado plan de Asignación Universal por Hijo. Estará "mal" decirlo, pero es objetivamente así. Como dice Manfroni, los límites del lenguaje por imperio de la corrección política se estrechan cada días más (dicho de paso: Manfroni recurre infelizmente al término "oligofrenia", en desuso en medicina desde hace décadas por peyorativo). Aún más, este silencio demográfico casi seguramente se explica por el veto del pensamiento social y políticamente correcto a poner en términos finalmente biológicos a los problemas sociales. El hecho es que los excedentes demográficos se hacinan en las villas latinoamericanas, donde no hacen más que multiplicarse. Hay una suerte de biologización de la humanidad en este fenómeno. Pero claro, los custodios de la corrección política (que es de hecho corrección moral, y por eso intimida tan eficazmente) dirán que la biologización está en mi análisis, no en el fenómeno villero, que es, agregarán, sociológico, producto de la marginación que inevitablemente genera _adivinen_ el capitalismo. Pero mientras los gobiernos no pongan la natalidad, la altísisma tasa de fertilidad (hijos/mujer) entre sus prioridades, las villas argentinas y latinoamericanas no dejarán de crecer. Increíblemente, desde hace al menos medio siglo (¡dos generaciones!) existen los instrumentos médicos para ejercer un eficaz control de la natalidad. Es hora de que se empiecen a aplicar por fuera de la clase media, esa de origen europeo y empobrecida que también se vio en los episodios de Soldati, obligada _por el brutal juego político del gobierno nacional_ a enfrentarse con violencia tribal a los usurpadores del parque, porque veía que también estaban amenazados sus modestos departamentos de monoblock. De hecho, este enfrentamiento de clases _que tal vez sea la mejor clave de lectura del episodio, si se descarta el factor demográfico_, no fue tomado en cuenta, ni de pasada, por la habitualmente aguda observadora que es Sarlo, ni, que yo sepa, por ningún otro columnista o analista del episodio.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Wikileaks: un doble standard detrás del "Cablegate"

Publiqué esta columna sobre el asunto Wikileaks. Reitera el argumento pero más refinado y agrega al final un navajazo contra la retórica K y de la izquierda sobre los medios:


El escándalo desatado por Wikileaks admite una lectura menos dramática de la que en general recibe en los medios. Los cables diplomáticos contienen en muchos casos apuntes de humor, como el referido a Putin y Médvedev (“Batman y Robin”), o jugosas descripciones de las bacanales mundialmente famosas de Berlusconi. Hay asimismo un inolvidable relato de una pantagruélica boda en el Cáucaso que duró tres días, regada con hectolitros de vodka y animada por una orquesta de falsos gitanos. Resuena en estos textos confidenciales el ambiente de los cócteles y los whiskies after ours. Ningún profesional de la diplomacia se habrá escandalizado al ver publicado más o menos lo mismo que él escribe a diario a su cancillería. La respuesta que, cuenta Hillary Clinton, recibió de un colega cuando le habló para pedir disculpas — “no te preocupes, ¡si supieras lo que escribimos nosotros de ustedes!”— refleja muy bien este aspecto mundano del “Cablegate”. Es cierto que lo de la ONU y Paraguay entra en el más crudo espionaje, o que la inquisitiva lista de preguntas sobre la salud de la presidenta argentina es hiriente. En este caso, Hillary hizo lo correcto: habló directamente con la presidenta para pedirle disculpas en persona. Un buen gesto, que deberá sumarse a otros de ambos lados para preservar la siempre compleja relación bilateral.
   Pero los estadounidenses se sienten injustamente exhibidos y escarnecidos, precisamente bajo el argumento de que todo el mundo hace lo mismo pero que sólo ellos parecen ser los villanos en el imaginario maniqueo de gente como Assange. Anne Applebaum, una columnista del Washington Post, criticó el doble estándar que está detrás de esta gran operación de difusión mediática. Applebaum da en el corazón del asunto cuando señala que un funcionario iraní jamás filtraría nada a Wikileaks, porque sabe que el régimen lo torturaría y asesinaría, y que luego haría lo mismo con su familia; o que un funcionario ruso siempre puede evitar la publicación de un comentario inconveniente, simplemente censurando a los medios mediante una orden telefónica. (Por no hablar de los grupos de caza y exterminio de la ex KGB). Assange, en cambio, enfrenta como máximo la cárcel en la civilizada Suecia.
   Es claramente mucho más fácil realizar este tipo de operaciones, dotadas de un aura a lo Robin Hood, contra una potencia democrática, como EEUU, que contra un régimen autoritario. En Medio Oriente poco se supo de las filtraciones que afectan a los gobiernos regionales, y que desnudan sus vinculaciones con EEUU e Israel en clave anti-iraní (“que le corten la cabeza a la serpiente”, reclamó el rey Abdullah, de Arabia Saudita, pidiendo el bombardeo de Irán cuanto antes). También se revela que los líderes árabes son muy afectos al alcohol, algo que perturbaría al público islámico. En China el bloqueo fue sencillamente total: nadie supo nada de Wikileaks. Nada de información que contamine al disciplinado pueblo chino. El mensaje de China a Washington fue por demás lacónico y categórico: arreglen este problema.
   Es que para la mentalidad totalitaria todo el asunto resulta inconcebible. El control férreo de la información es central en un sistema totalitario, o incluso en uno meramente autoritario, como el de la mayoría de los países árabes. ¿Cómo pudo un simple particular hacer tanto daño? se preguntarán en Pekín, agregando seguramente que a ellos esto nunca les pasaría.
   El caso Wikileaks también subraya, además de las diferencias sustantivas entre una potencia democrática y una dictatorial, que la “vieja” prensa independiente formada por empresas privadas cumple inmejorablemente la función de proveer información sensible y de alta calidad a los ciudadanos. Medios de prestigio mundial —los diarios The New York Times, The Guardian, Le Monde y El País, más la revista Der Spiegel— dieron a la filtración una excelente plataforma de expansión, pero a la vez editaron cuidadosamente el material, en acuerdo con Assange. El tópico, hoy en boga en América latina, de que los medios privados no pueden proveer información de calidad a la ciudadanía por el mero hecho de ser empresas capitalistas, se demuestra así totalmente falaz. El abismal contraste de calidad entre aquellos grandes medios privados y muchos medios estatales regionales viene a ratificar esta falacia.

lunes, 29 de noviembre de 2010

WikiLeaks: hazaña fácil contra una democracia

Ráfaga de data de WikiLeaks. Previsible: Telesur y toda la horda mediática latam-zurdezca se le tira a la yugular al "imperio". Los cables publicados tienen deliciosos apuntes sobre Putin, Sarko, Berlusconi, Mugabe. Resuenan los cócteles de embajada en esas líneas confidenciales. Ningún profesional de la diplomacia se habrá escandalizado al ver publicado lo mismo que él escribe a diario a su cancillería. Cierto es que lo de la ONU y Paraguay, por ejemplo, ya suena a espionaje. Pero en todos los cuerpos diplomáticos hay espías, y de los de verdad.
Con un furor americano que comparto plenamente, Anne Applebaum, una columnista del W. Post, critica el doble estándard que está detrás de esta gran operación mediática. Después de ironizar sobre lo horrorizados que estarán los italianos por los comentarios sobre Berlusconi, o los rusos por lo dicho de Putin, la columnista señala que desde ahora será muy difícil que un embajador envíe su sincera opinión vía cable y que todo se hará más secreto. Pero Appelbaum da en el núcleo de este caso al final de su texto, cuando señala que un funcionario de bajo nivel iraní jamás filtraría nada a Wikileaks porque sabe que el régimen lo asesinaría y torturaría a su familia, o que un funcionario ruso sabe que siempre puede evitar la publicación de un comentario inconveniente, simplemente censurando a los diarios. Es más fácil para el canchero de Assange filtrar noticias inconvenientes de una potencia democrática, EEUU. Realmente matadora la imagen del director de El País mostrando, satisfecho, la tapa. Imitación simiesca, colonial, del periodismo anglo. Sólo le faltó el cartelito: "ven, somos españoles pero estamos al mismo nivel del NYTimes y el Guardian". El caso es que en EEUU el funcionario que filtra no corre riesgos serios y va a vivir su vejez tranquilo (así dice Appelbaum, yo no estoy tan seguro: una vez identificado el traidor recibirá prisión perpetua. La cacería ya comenzó). Pero el caso planteado por ella igual se sostiene. Es fácil jugar el juego de Assange contra una democracia. Contra un general chino sería un poquito diferente, no? A lo mejor a Assange se le borraría la sonrisita canchera si supiera que los servicios rusos, por ej., lo siguen para, lógicamente, torturarlo durante horas y luego ejecutarlo y desaparecerlo en un horno.
Pero eso no importa, ahí está toda la progresía jugando a su juego favorito, el tiro al blanco contra los odiados yankis. Que tienen que poner la cara mientras ven cómo se les filtran cables confidenciales solamente por ser una verdadera democracia. Punto que Telesur, Prensa Latina y Página 12 evitan reconocer con esa hipocresía consumada de la izquierda criolla, tan apta para encontrarle siempre la mugre a una democracia ejemplar y a la vez siempre tan servil para levantar loas a dictaduras horribles como Cuba y Venezuela.
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Todo este asunto me lleva a recordar cuán lejos estoy existencialmente de esta clase de gente, que es la que sin embargo a diario me rodea y con la que a veces charlo y debo pasar por fuerza muchas horas de mi vida. Cuánto más fascinante me resulta la figura del intelectual de Princeton enrolado en la CIA, o la del enorme Lawrence Durrell, diplomático y casi seguro espía de Su Majestad e imperialista convencido, uno de los mayores novelistas del siglo XX. Gente aristocrática, cultísima y alejada años luz de la vulgaridad estética e intelectual de esta izquierda de intelectuales de medio pelo, de pequeños intelectuales de provincia latinoamericana. Pobres: últimamente varios de ellos han decidido exhibir su insuperable indigencia en un blog colectivo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Dinero. Peronismo. Dinero.

Dinero. Peronismo. Dinero. Plata. Ponen plata y "salen". Foto, texto, video, todo. Hay mucha, la caja es enorme. Así que "salen". Si hasta se han hecho medios exclusivamente para eso. Se han comprado medios importantes para eso, para que "salgan". Bien, se entiende. Se les dice: pero miren que por acá el poder que uds sirven no es nada popular, ni lo va a ser, importa poco el efecto velorio y toda esa mierda. No importa un carajo, ni medio carajo. Plata. Foto. Texto. Etc. Y así vamos hacia 2011.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Volvió el FMI: como "diseñador" de CFK

El gobierno acuerda con el FMI. Boudou lo anuncia junto con Edwin e Itzcovich de la manera más lacónica posible. Al día siguiente, Página 12 presenta la noticia así: "Vuelve el FMI, pero como diseñador, no como auditor". Está claro que las posibilidades del idioma y de la imaginación humana son infinitas. ¿Qué querrá decir "diseñador"? ¿Será Anoop Singh un diseñador cool del East Side? En fin, el hecho es que el G-20 y el Club de París habían dicho basta a los ninguneos y planteos de CFK al Fondo, y la pulseada ahora termina de esta forma. O sea, con el FMI de "diseñador". Es evidente que ambas partes maquillaron como asesoría para construir un índice de precios creíble la _relativa_ normalización de relaciones. Fue el modo "honorable" de volver al redil. Es que Argentina se había quedado sola: ni Brasil, ni ningún país emergente del G-20 toleraba más esta excepción argentina. Francia, hoy al frente del G-20, había apretado con fuerza. Y en la última asamblea del Fondo parece que el clima era más o menos el mismo. "¿Por qué estos argentinos no hacen la revisión del capítulo IV? Que se vayan del Fondo si quieren, si se quedan, que acaten las reglas que valen para todos", podría ser la síntesis del ambiente internacional que se había creado con la Argentina K. Dicho de paso: hasta la Nicaragua sandinista de Daniel Ortega acaba de cerrar un acuerdo con el FMI. Es claro que para una normalización total falta mucho, pero es igualmente evidente el giro copernicano respecto a la doctrina intransigente con el FMI vigente en estos últimos años. El fallido y rebuscado eufemismo de Página 12 lo demuestra.
Ahora, es claro que este paso fundamental fue posible porque Néstor K no está más. No es imaginable la conferencia de prensa de Boudou y de sus laderos del Indec con NK en Olivos. Algo parecido sucedería en las próximas semanas con el "acuerdo social" entre UIA y CGT, que buscará contener a Moyano y a la estampida salarial en 2011. Todo apunta a que el gobierno va tomando conciencia de que la inflación, al ritmo actual, es insostenible política y socialmente. Además, con el panorama político despejado de adversarios serios, CFK puede dedicarse a hacer un poco de política económica "ortodoxa". Seguir sosteniendo la zoncera de NK de que cualquier política antinflacionaria es "ajuste ortodoxo" es eso, una zoncera, un sinsentido. Y los réditos politico-sociales de frenar a la inflación serán mucho mayores que los presuntos costos. La lección de Brasil está a la vista: crece casi como Argentina pero hace una firme política monetaria antiinflacionaria (tasa Selic), y así se evita los graves problemas económicos y sociales que tenía hasta 1994. Está claro que hoy la inflación es un adversario mucho más peligroso para CFK que la retahíla de pequeños líderes opositores. Ninguno le hace cosquillas, en cambio la inflación sí la inquieta. Si se espiraliza, el costo político podría ser grande en octubre de 2011. Hoy, de hecho, ya lo es. Porque un gobierno con una economía que crece como la Argentina y con una oposición fragmentada y confusa, no debería tener ni el más mínimo margen de riesgo. Pero sí lo tiene, y por la inflación y sus consecuencias. Se come la Asignación Universal, los aumentos a los jubilados; y lo más preocupante, los salarios: varios gremios ya avisaron que quieren reabrir paritarias antes de fin de año. Ante este cuadro, CFK debe haber estudiado el tema y, ya liberada del veto furioso de su esposo, habrá dado la orden a Boudou de avanzar con el FMI. Así se explican los viajes a Washington. Ahora hay que ir preguntándose cómo titulará Página 12 el anuncio de la política antiinflacionaria, que debería hacerse cuanto antes, durante este verano.

viernes, 19 de noviembre de 2010

CFK en el 46%; el país que tendremos en el 2015

Ultimo sondeo de Poliarquía: CFK tiene 46% de intención de voto, gana en 1a. vuelta por lejos contra cualquiera (*). Datos de Poliarquía, no de Artemio, Zuleta o Bacman. El Peronismo Federal prácticamente no existe más, y como mucho el año que viene puede apuntar a lograr un digno bloquecito de diputados; el cachetazo de Camaño hundió el escándalo de los aprietes y las coimas en Diputados y el debate mismo del presupuesto. De Narváez es una copia descolorida del que le ganó a NK aquel ya lejano 28 de junio de 2009. Cobos va siempre para abajo. Carrió, idem, Macri lo mismo. No existe, a 11 meses de las presidenciales una figura que le pueda competir con CFK seriamente. Así que hoy, como están las cosas, hay cuatro años más de CFK y de kirchnerismo, hasta 2015.
Años en los que se profundizarán patologías tales como los medios de comunicación privados talibanes, a lo grupo Spolsky o Canal 9. Medios privados sustentados casi exclusivamente con fondos estatales; un híbrido con muchas características de la TV privada pero con una línea editorial de Canal 7. Nunca, y vale la pena subrayarlo, nunca, se había visto un fenómeno como este en Argentina. Un canal, una radio, un diario, podían ser favorables al gobierno de turno; por ej: el grupo Clarín entre 2003 y 2007, durante la primera y única presidencia de NK. Pero esto que se ve todas las noches en la pantalla, este formato brutal de 678 extendido a cada vez más medios privados, es otra cosa, realmente patológica. Me detengo en este tema porque es el que más me golpea, aunque claro está que no es el principal en esta etapa política.
Intento trazar para adelante esta actual situación, que insisto, es patológica, nunca vista en democracia. La polarización extrema, con cancilleres y jefes de gabinete insultando y descalificando todo el día por Twitter; con TVR; con los blogueros K invadiendo y copando todos los foros online; con una nueva universidad del Estado, la de F. Varela, que se designa Arturo Jauretche, porque "soñar es posible", según dijo CFK al inaugurarla. Si todo esto se prolonga otros 4 años hasta 2015, el kirchnerismo adoptará características de régimen, que ya despuntan claramente en esta presidencia de CFK. Si ya hoy a un muy hipotético ganador de las elecciones del año que viene le resulta muy difícil explicar cómo va a desmontar los monstruos y bombas de tiempo que le dejará el kirchnerismo, bueno es preguntarse cómo sería el traspaso de poder en 2015. Imaginemos en esa fecha un sistema de medios "populares" extendido, militante y consolidado; a universidades estatales totalmente copadas por el pensamiento oficial desde hace años; a cooperativas de las "organizaciones sociales" por todos lados y en todas las actividades, a las que se obliga a contratar; sumemos a una CGT y una CTA oficialistas dueñas absolutas de la "puja distributiva"y cogestionando a muchas empresas privadas, además de dominar totalmente a los aparatos administrativo, sanitario y educativo del Estado en los tres niveles; a un nuevo empresariado enriquecido con la obra pública y extendido a otras actividades, como el que ya hay hoy pero con dos "ceros" más en sus cuentas y con la "naturalización" de llevar 12 años seguidos de acumulación; imaginemos a los pocos medios independientes que por entonces quedarían totalmente acorralados y pauperizados, a muchos cerrados desde hace años. Volviendo a la educación, en el nivel medio y universitario, lo que se ve hoy, el meloneo historiográfico y de ciencias sociales, sería llevado al punto en que ya nadie se escandalizará ni molestará en rebatir. Habría dos generaciones, una de arriba de 30 años, y otra de 15 a 20, totalmente convencidas del dogma nacional y popular K. Para ellos, cualquier "desviación" sería "volver a los 90", que por entonces resultarán totalmente mitológicos y lejanos.
Bueno, hoy, con CFK en 46% de intención de voto, vamos derecho hacia ese país. Porque si la tarea de evitar ese futuro se presentaba difícil pero posible hasta la mañana de la muerte de Kirchner, hoy parece fatalmente imposible. Solo otro bandazo de humor social, tal vez generado por la inflación, tal vez por la inseguridad, o por un nuevo error garrafal del gobierno como fue la 125, podrían salvarnos de ese futuro. Suena apocalíptico, pero es solamente la proyección mesurada hacia adelante de lo que hay hoy en el escenario nacional.

(*) Aclaro que nunca vi el informe publicado en La Nación, ni en papel ni en la edición on line. Menciono a La Nación porque leí un extracto del informe en La política on line, que cita a La Nación como fuente. Pero en el buscador del diario no aparece; sí salen comentarios de foristas sobre esa encuesta. En un portal para mí desconocido, Nova nacional, se cita a Catterberg, uno de los socios de Poliarquía, diciendo que el estudio de opinión no está aún listo y que se filtró inexplicablemente a los medios.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Tea Party: lección de sentido común fiscal ante el fracaso de la receta neokeynesiana

En estos días publiqué esta columna sobre las elecciones americanas, en un intento por contrarrestar las caricaturas maniqueas y despectivas que el progresismo lanza sobre los rústicos rednecks del Tea Party, reos de haber bajado a Obama del pedestal del mito. Ocurre que esta vez los muchachos no hablan de Dios ni de células madre, ni combaten evolucionismo biológico, sino que se centran en temas como gasto público, déficit, rescates bancarios, reforma sanitaria, y ponen el dedo en la llaga sobre el error dogmático a lo Krugman, de pedir más y más gasto como única solución, cuando la receta keynesiana aplicada desde septiembre de 2008 ha demostrado sobradamente sus límites y está creando una enorme bola de nieve de deuda y déficit sin mejorar el empleo ni ningún otro índice social. Los Tea Party deben ser reconocidos como lo que son: un movimiento social de "abajo", auténtico, aunque gran parte de su "menú" pueda no gustarnos a los liberales.


A 10 días de las elecciones de medio término en EEUU se puede intentar un análisis de su significado de fondo. La primera conclusión es que la nueva era "liberal" (o sea, progresista, en el vocabulario estadounidense) que representa Obama parece haber quedado fuertemente redimensionada.

Hay que recordar que la reforma del sistema de salud querida contra viento y marea por Obama en marzo pasado, la llamada "Obamacare", fue un punto de inflexión negativo para los demócratas. Esa iniciativa, alcanzada de manera unipartidaria pese a su alcance y dimensión, le costó la banca este 2 de noviembre a muchos demócratas, como reconoció Obama al día siguiente. Es que contra lo que se piensa en el exterior, en EEUU la reforma de salud es impopular, por el alto costo fiscal que trae cuando el país ya está agobiado por la deuda pública y el déficit, y porque la tradición nacional manda que las grandes reformas deben hacerse en forma bipartidaria.

Lo que el estadounidense medio ha rechazado en estas elecciones es una suerte de religión laica del gasto público como estímulo permanente de la economía. La doctrina de Paul Krugman, la nueva era keynesiana con mucho gasto y mucho Estado ("gobierno", dicen los norteamericanos), está hoy a la defensiva en EEUU. Después de casi tres años de estímulo fiscal y de déficit disparado a las nubes, los resultados son apenas mediocres, el empleo no aparece y la herencia para las próximas décadas es pesadísima: la deuda pública llega a los 13,7 billones de dólares (sic) y sigue creciendo, y el déficit (1,3 billones en 2010) no desaparecerá por muchos años. Krugman, así como Obama y sus economistas (más moderados que el polemista de Princeton), han perdido la "batalla de las ideas" ante la opinión pública, que al ver crecer la cuenta de un plan temerario dijo con el voto "no, paren con esto". La gente del Tea Party cree honestamente que esta doctrina keynesiana radical ("hiper-liberal", se la llama en EEUU) apunta a cargar a la actividad privada, impulsora principalísima de la economía, con el gasto público de manera permanente y ya no excepcionalmente, durante una recesión. Este temor se justifica cuando se observa el planteo de mantener alto el gasto por más fuerte que sea el déficit durante años, y aún así desde tribunas influyentes se pide redoblar ese gasto. Ante este panorama, el "público de Wal Mart", como despectivamente se llama en EEUU a los trabajadores y clases medias bajas del interior —que votaron mayoritariamente a los candidatos conservadores del Tea Party—, dieron un sonoro "no" a estas recetas, impulsadas por las élites de Harvard y Nueva York. El ensayista Lee Harris desmonta lúcidamente estos tópicos —paradójicamente clasistas— del progresismo ilustrado del Este. Harris habla de una revuelta popular contra las élites, de un levantamiento de gente común que no quiere que una una minoría ilustrada la lleve de las narices.

Fuera de EEUU, la caricatura descalificante del Tea Party se observa, por ejemplo, en las columnas del novelista Carlos Fuentes, un caso de manual de este clasismo progresista que, ante un movimiento popular conservador que no cuadra con sus dogmas, sólo atina a insultarlo, en lugar de intentar analizarlo y explicarlo. Y cuando se recurre a un lenguaje descalificativo, como es esta caracterización estigmatizante de "público de Wal Mart", es que no se tienen buenas ideas a mano.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Corrección sobre Lole y CFK, etc

NO: lo que he dicho en la entrada anterior es bastante errado. He hablado con gente que hace periodismo político y me dice lo que sigue: sí, Lole se corre del PF porque es pura pérdida y manda una señal de paz a Olivos. Pero en Santa Fe la interna se hace igual, aunque todos por "adentro". Y él no niega que en 2011 pueda largarse. Por ahora no, pero hay que esperar unos meses. Y ver: CFK ya empezó de nuevo a perder puntos, como se ve con el escándalo de la Banelco que armó Lilita, y sobre todo, con el repunte de la inflación. Hoy hasta el Indec de Moreno desmintió al increíble Boudou. Así que Lole manda buenas ondas a CFK (se habla hasta de una reunión de ambos), se pone en territorio virtual, pero no descarta para nada (como sí hacía hace unos meses) largarse a nivel nacional. Como siempre, todo depende de cómo esté CFK a fines del verano, en marzo o por ahí. El que no quiere ir a internas en Santa Fe es Obeid por lo de siempre con las internas: mide mucho mejor que los otros, pero en una interna manda el que tiene más aparato y moviliza mejor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Lole se va del PF: porque, hoy, CFK gana cómoda

Puede tratarse de una profecía autocumplida, de que todos se vayan convenciendo que la "realidad" es así y que finalmente la realidad sea ésa. El hecho es que el gesto del Lole de hoy, de irse del PF, se basa en esta firme creencia: a CFK no hay cómo ganarle el año que viene. Solá ya les habría dicho algo parecido a sus colegas federales. La jugada del Lole apunta a guardarse otra vez, a abandonar un espacio desgastado y oneroso, que ya antes de la muerte del mártir NK ya venía en franca caída, y jugarse todas las fichas en Santa Fe con un guiño a la Rosada: ¿vieron que yo no jodo, que no me junto más con Duhalde y cia? ahora ayuden uds a ganarle Santa Fe a Binner y al PS, y quedamos todos amigos. O sea, bajen a Rossi y Bielsa y apoyen a Obeid. Y chau. Por supuesto no es que el tipo se vaya a hacer K, pero su neutralidad parece segura. Contra CFK no se puede, así que mejor irse rápidamente al mazo y no esperar dos meses más al pedo, sería la pragmática conclusión del Lole en estos ...ni 15 días! desde que murió NK.
Acá está lo de la profecía autocumplida. Si todo el mundo se convence de que CFK gana, gana. Así de simple. Psicología de masas básica. Además, como preguntan en "la calle", enfrente ¿qué hay? Una cabal sensación de vacío y derrota. Cobos no habló más desde que lo insultaron durante todo el velorio. Desde el 28 de octubre que no hace más declaraciones, el precandidato presidencial quien hacía pocas semanas metía su segundo desempate con el 82% (¿quién se acuerda?). De Narváez está en picada, cambia equipos, armadores, pierde tropa, en suma, es una sombra del de hace un año atrás. El gesto de Duhalde, de poner fecha a su lanzamiento, luce cada día más desesperado y solitario. Si hasta el 27-O, como dirían los gallegos, si el panorama venía peleado pero con mejor futuro para la oposición, hoy, gracias a la muerte de NK, todo cambió drásticamente y, salvo otra metida de pata al estilo de la 125, CFK tiene el camino despejado para su reelección. Cierto, es demasiado pronto, y hay que esperar a que "baje la espuma" del efecto velorio. Pero hoy la impresión es que ella parece instalada en un nivel alto que será difícil corroer. La gente parece haberle extendido un crédito que antes de aquel día no le hubiera dado, mucho menos su marido. No se trata entonces de "espuma", sino de algo más sólido, que se combina con esa desoladora foto que presenta la oposición.

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Si se muere Obama asume Michelle?

Imagínese esta situación paródica en EEUU: un día se muere Obama de un infarto. Michelle, devastada, pide hacer una cadena nacional desde la Casa Blanca: "prometo continuar la tarea de mi esposo en todas las áreas, voy a honrar su memoria profundizando su modelo de redistribución y en contra de los aventureros de Wall Street, etc", hasta que un secretario le toca el hombro: "señora... ¿Qué? pregunta ella irritada, con esa mirada terrible que a veces tiene. "Señora, Ud no hereda la presidencia, la asume el vice, el viejo Joe Biden...". "Ah, es verdad, me fui a la mierda, disculpen", admite la primera dama, y hace mutis.
La breve e imaginaria comedia sirve para dar cuenta del delirio total en que estamos sumergidos en Argentina, donde se ha "naturalizado" la anomalía política. Porque Cristina en 2007 recibió la presidencia como un bien ganancial, recordémoslo. Una aberración, una sudacada total. Y aquí estamos hoy, honrando a Néstor como si hubiera sido un Avellaneda o un Roca, y en manos de su viuda, que simulaba gobernar cuando todos sabíamos que era él el que tomaba todas las decisiones. Argentina está hundida hasta el cuello en su anomalía, que hoy se llama kirchnerismo y mañana quién sabe. El punto es que con este nivel de sistema político, nunca se saldrá de "esto". Porque lo que no se ve claro es que, teniendo de base un fenómeno mundial casi idéntico al que logró poner a la Argentina 6º o 7º en PBI per capita hace un siglo, el país sigue siendo económica y socialmente muy mediocre, sin movilidad social, con miseria crónica y creciente. Y si se establece por consenso general que este es el "modelo" a heredar por todos, si se acepta que este es "El modelo", bueno, seamos claros: estamos al horno y hemos leído mal tanto la experiencia argentina como la de otras sociedades. Como la brasileña, que bajo Lula "fabricó" 30 millones de clase media en apenas 8 años. ¿Cuántos millones de clase media creó Kirchner en sus casi 8 años, aún teniendo en cuenta las proporciones en cuanto a tamaño de la población? La anomalía kirchnerista nace de otra, la dominación total de la política por el pejotismo en 2003, cuando hace de las elecciones generales una interna abierta. ¿Alguien recuerda a algún candidato presidencial no peronista y cuántos votos sacó ese año? Mientras no se logre tomar distancia y visualizar al conjunto histórico de la última década al menos, no se comenzará el camino de la normalidad: normalidad institucional, ante todo, donde no haya ni pueda haber "pingüino o pingüina" como menú electoral, donde la Sigen, la Fiscalía de Investigaciones y demás órganos de contralor funcionen seriamente, por no hablar del Poder Judicial. Y con una sociedad que no haga sentido común de la condena del "neoliberalismo" ni de las inevitables y necesarias reformas estructurales de los 90, más allá de la marca corrupta del menemismo. Al que, está claro ahora, cuando se les perdona su evidente corrupción a los Kirchner, no se lo condenaba por su venalidad, como se proclamaba desde Página 12, sino, exclusivamente, por sus reformas económicas. Ocurre que todos los países tuvieron sus "90s": desde Brasil, con Cardoso, a Suecia, que desreguló, redujo el Welfare State y creó incluso jubilaciones privadas. Y nadie allí reniega de esas necesarias reformas de un sistema demasiado estatista y rígido que estaba agotado. Acá, al contrario, lo que fue un libreto K para consolidarse en el poder fue adoptado acríticamente por toda la comunidad. Se afirma, por ej, que hubo una gran desindustrialización en los 90, cuando en verdad la economía creció con fuerza en casi todos los sectores entre el 92 y el 98. La industria automotriz actual nace con el régimen especial creado por Cavallo en aquellos años, por ej. Se debería saber, pero nadie parece saberlo, o querer recordarlo.
Desmontar la naturalización de la cultura antimercado y autista y negadora de la globalización que creó el kirchnerismo y que el país todo aceptó como sentido común no es tarea para figuras menores, como las que hoy decoran a la oposición. Así que la actual anomalía argentina parece tener su futuro asegurado.



domingo, 31 de octubre de 2010

Brasil: el lulismo, un fenómeno de "centrismo social"

Durante la larga campaña presidencial brasileña, la candidatura de Dilma Rousseff enfrentó la fuerte oposición de los principales medios. Sin embargo, el “lulismo” no parece merecer tanta furia descalificativa. Mucho menos si se lo ve desde la perspectiva de lo que pasa en gran parte de la región.
Ante todo, y en total contraste con procesos “progresistas” radicalizados que se dan en América latina desde fines de los 90, Lula y Dilma, en su congénito pragmatismo, archivaron los proyectos del ala izquierda del PT: no se habló más, por ejemplo, del “control social” de los medios de comunicación que impulsó ese sector. Dilma, en julio pasado, eliminó toda referencia a esa medida del programa partidario y llenó de halagos a la viuda del fundador del grupo Globo. Asunto terminado.
Un caso de proyección mucho mayor y que realmente puso contra las cuerdas a Dilma, forzándola probablemente al ballottage, fue el del aborto, que los pastores evangelistas impusieron gracias a sus poderosos circuitos comunicacionales. La legalización del aborto figuraba también en el programa del PT, pero lo más comprometedor eran unas declaraciones de 2009 de Dilma en ese sentido. Después de quedarse en el 47% en la primera vuelta, otra vez salió a relucir el pragmatismo a prueba de bomba de Lula y su pupila: ella se mostró acudiendo a misa después de muchos años y aseguró de manera caterógica, mediante una carta pública, que no sólo nunca legalizaría el aborto sino que tampoco lo haría con el matrimonio gay.
El “lulismo” se muestra de esta forma como un gran poder político consensuador, pragmático y policlasista. El liderazgo carismático de Lula es expresión de una sociedad donde los conflictos no se fogonean desde el Poder Ejecutivo, todo lo contrario. Los gobernantes son elegidos para solucionar y atenuar los conflictos, no para agudizarlos y atizarlos desde el atril. El carácter de Lula es emblemático de esto: un negociador nato que siempre se presenta con una sonrisa. La técnica de la polarización constante y la confrontación con sectores elegidos como enemigos, rasgo distintivo de esos procesos regionales más o menos radicalizados, es lo opuesto al modo de hacer política de Lula. A esta idiosincracia conciliadora debe sumarse otro carácter clave del lulismo: su fuerte alianza con la economía de mercado. Cuando Lula llegó en 2003 a la presidencia su continuismo económico con las políticas de Fernando Henrique Cardoso causó el repudio de quienes ansiaban un viraje radical. Son los mismos que hoy se subieron de nuevo al carro de Lula y celebran el triunfo de Dilma, tratando de homologarlo a los “progresismos” radicales, con los que tiene diferencias sustanciales y coincidencias superficiales.
Por otro lado, el de Dilma será un período de liderazgo frío, luego del cálido populismo sentimental y carismático de Lula. Ya se vio en el estudiado discurso de triunfo de Dilma: no había ninguna multitud de militantes vivando, ella no gritaba ni improvisaba, leía serenamente un texto. Le hablaba como presidenta electa a todos los brasileños y no sólo a la base politizada del partido.
Por todo esto el lulismo puede ser visto como una suerte de reformismo social moderado, amigo de la economía de mercado y de talante casi centrista mucho antes que como otra expresión de esa izquierda populista latinomericana. Del lulismo pueden esperarse en estos cuatro años de Dilma una mayor intervención del Estado en algún sector específico de la economía, como la energía, pero también una firme lucha contra la inflación, como ya anticipó Dilma en su primer discurso como presidenta electa. Tampoco dudará en ajustar las tuercas al sector público y al sistema previsonal. Llamar a este moderado programa de gobierno “de izquierda” parece claramente exagerado.

sábado, 30 de octubre de 2010

Se viene Máximo

Pagni confirma hoy los temores aquí esbozados: Máximo y sus amigos ganarán espacio, más del que ya tenían. "Vamos a profundizar el modelo desde el lunes", le dicen a otro cronista desde el gobierno. Igual, dice Pagni, les resultará difícil imponer decisiones al pejotismo que antes NK no consultaba con nadie. No va a ser fácil sustituir a NK, y pueden surgir en pocos meses muchos cortocircuitos y desplantes. El verano será el escenario de este posible drama: una CFK enredada en peleas internas y en mala "gestión" (léase plata que no se manda, o no se manda a quien se debería mandar según el astuto criterio del fallecido NK), Scioli que vuelve a deslizar su candidatura, el PJ en ebullición, Moyano también, etc. El calendario aprieta.
Pagni cuenta una anécdota que pinta de cuerpo entero al jacobinismo juvenil: el Canca Gullo los hace pasar a la capilla ardiente a los del Peronismo Federal, pero Máximo dice que "no" con la cabeza y tienen que dar la vuelta. O sea, el viejo militante de la Tendencia los aceptaba, el joven de La Cámpora, que no vivió los 70, los echaba.
A propósito de Máximo y su Cámpora: es notable como todo el mundo "naturaliza" la evidente corrupción que hay allí. Porque esa organización, o se nutre de la fortuna K o de las arcas del Estado. En los dos casos hay corrupción, uso indebido de fondos del Estado o riqueza malhabida. Pero no importa, el ideologismo progre-setentista se hace perdonar todo, hasta la venalidad más grosera.

Visión optimista para CFK de Leuco: puede ser.


viernes, 29 de octubre de 2010

Lo que CFK debería hacer para ganar pero no va a hacer

CFK tendría enormes chances de ganar su reelección en 2011 con un par de jugadas estratégicas. Que sin embargo muy difícilmente hará; sus primeros gestos en el funeral de su esposo anticipan esa negativa. Pero si CFK quiere ser reelecta tiene todos los elementos a su alcance: veamos.
1º: alianza a fondo con Scioli y el PJ bonaerense y la liga o mesa de gobernadores (Gioja, Capitanich, ampliada a gobernadores hoy alejados) ; 2º ruptura con piantavotos que mucho le costaron a Néstor: Moyano (algo que el gélido no-saludo frente al féretro casi anticipa) y Bonafini, además de los piqueteros K. Con Madres y demás organismos humanitarios a sueldo puede alejarse sin romper ni dejar de pasarles plata, pero sí debería olvidar la costumbre de sacarse fotos con ellas y de ir a sus actos. Enfriar la relación, en suma. Lo mismo con los piqueteros K. Con Moyano, en cambio, parece que no hay margen: o lo "mata" o se alía. Por el gesto de ella ante el ataún, se diría que va a ordenar luz verde a la Justicia. La ya mítica discusión de Moyano con Néstor su última noche de vida versó sobre las dos debilidades clave del camionero: no pudo convocar al PJ bonaerense y Oyarbide sigue avanzando en la causa medicamentos. Además, con la marea emocional de este momento, se dan las condiciones justas para destronar al cegetista. Hoy es posible, mañana, cuando haya pasado esta ola y si ella no está fuerte, no tanto. Bien arropada por la corporación política del PJ, desde una posición de fortaleza, debería a su vez tender puentes con los empresarios. Esta beligerancia no le hace bien a nadie, y los dos bandos lo saben. De Vido parece el hombre ideal para la tarea.
Durante este viraje, CFK debería archivar sus conocidos malos modos, su atril antipático y aleccionador. La gente debería encontrarse con una "nueva Cristina". Dirían: cómo cambió, la muerte de él, la viudez, la hizo madurar, es otra, etc.
A estos pasos clave CFK le debería sumar otro más, que le aseguraría, casi, la reelección. Me refiero a "abrochar" con Clarín. Creo que la cobertura súper-favorable del Grupo fue una orden de Magnetto, quien así le envió un mensaje a la viuda: ¿vio lo que podemos hacer por Uds. y lo que podemos hacer juntos? Enterremos el hacha de guerra y volvamos a ser socios. Efectivamente, la cobertura amistosa del complejo TN-13-Clarín mostró su enorme valor en la construcción de este clima de emotividad colectiva. Mercancía preciada para quien anda en busca de votos perdidos. Clarín le puede dar a CFK lo que los costosísimos medios oficiales no le han dado ni le darán: simpatía social difusa. Pero, como se dijo, CFK muy difícilmente cambie su psiquismo y sus esquemas de toda una vida. Al contrario, lo más probable es que acentúe la radicalización retórica de su gestión. Resulta fácil imaginarla de campaña, con la voz ronca a lo Evita, con la gigantografia de Néstor atrás, vociferando contra los enemigos del pueblo, contra Clarín, las corporaciones, etc. Con Máximo y la Carlotto al lado. Es lo más previsible. Claro que así pierde. Se saca el gusto, pero pierde.

jueves, 28 de octubre de 2010

La jornada del tele-velorio; el carismático post-mortem

La noche de velorio televisado en la Rosada devino en las últimas horas en un aquelarre de Estado, con los muchachos de la militancia a los gritos. Artemio aprovechó la invitación de Van der Kooy y Blanck para decir que este efecto post-mortem cambia todo, que se reconfigura todo, que el líder carismático Néstor no se qué, etc. Un delirio: la clase media no-K, o sea el 75% de la clase media, vio con indiferencia, desdén u horror este show morboso. Que Kirchner nunca fue un líder carismático es algo sabido y descontado. Hasta ahora. Que se pueda decir que lo era en un programa político sin recibir objeción o réplica da cuenta del clima del momento. En cuanto al efecto benéfico para CFK de la muerte de Néstor, obviamente existe y existirá, pero ¿alguien va a decidir su voto en octubre de 2011 por esta oleada de simpatía por la viuda? Por favor. Mirése el caso Alfonsín: tiene como 40% de simpatías, pero menos de 4% de intención de voto (cito cifras de memoria, pero andan por ahí). En el mejor de los casos, le arrimará unos puntitos, nada más. No cambia no vuelca nada, como están haciendo creer las usinas K.
El programa de Blanck y Van der Kooy sirvió para mostrar a Felipe arrimándose al kirchnerismo, a Alberto F. idem, luego a Beatriz Sarlo y finalmente al inefable Artemio haciendo lo suyo.
Más allá de este anecdotario, se pueden colegir un par de cosas: con sus gestos silenciosos de estas horas de duelo CFK dijo bien claro que tolerancia de parte de ella no esperemos nada, ni una gota. Primero fue la elección de la Rosada en lugar del Congreso. Después vetó la visita de un ex presidente como Duhalde y del vice, Cobos. A Macri y De Narváez no los dejó pasar. Inaudito. Esa es CFK. Y así será. La viudez difícilmente la mejore. Al contrario, existe el riesgo de que gane espacio en su entorno el sector más talibán. Si actuara con racionalidad política haría todo lo opuesto: se arrimaría a Scioli, al G-8 y a los gobernadores, para que la apoyen y la blinden, y recortaría en lo posible a Moyano; se apartaría sin rupturas pero con claridad de la Bonafini y de las orgas piqueteras; buscaría puentes con los empresarios y el campo; finalmente, lo más ambicioso: intentaría reconciliarse con las clases medias. Y todo esto más allá de que se presente o no en 2011. Porque bien podría ir Scioli con su bendición. Pero este combo racional es una opción que puede descartarse. Tal vez la cruda realidad le imponga a CFK una versión lavada de alguna de estas jugadas, como suavizar la tensión con los empresarios a través de De Vido o mejorar la relación con los bonaerenses para compensar el superpoder moyanista. Pero nada más. Y Timerman ya anticipó a CNN que va a ir ella. Scioli, de aquí a marzo, va a tener que elegir: si nuevamente se somete a Olivos, esta vez a ella, o si compite en la interna. Creo que si se presenta la mata, la dobla en votos como hubiera hecho con Néstor. Néstor, el carismático post-mortem.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El operativo Néstor mártir no tiene futuro: el efecto Alfonsín no es repetible

El operativo Néstor mártir está en pleno desarrollo. El velorio de masas en la Rosada y su contorno discursivo apuntaron, desde la misma tarde del día de la muerte, a imponerlo a Kirchner como "el más grande desde Perón", el "mejor presidente de la democracia", etc. A esta adjetivación se suma otra figura retórica: murió porque sacrificó su salud a la "causa", al "proyecto". La despedida del Líder evoca, o intenta hacerlo, aquella otra, del General en aquel frío invierno de 1974. Se trata, claro está, de un remedo.
Resulta difícil que la oleada emotiva que la muerte de Kirchner provoca repita el "efecto Alfonsín" que benefició a Ricardito y que secretamente buscan lograr en el gobierno. Por dos razones: Alfonsín hacía 21 años que había dejado la presidencia; y el viejo radical tenía las manos limpias, algo que jamás nadie puso en duda. Se fue del gobierno tan pobre como había llegado. Néstor, es demasiado obvio, no. La venalidad espesa del kirchnerismo conspira contra esta construcción mitológica. Las manos del aspirante a mártir están sucias, y se sabe. Demasiados negocios turbios pasaron por esas manos ávidas desde que en 1987 fue electo intendente de Río Gallegos. Así que puede descartarse a priori que el efecto Alfonsín pueda reiterarse con Kirchner, pero claro, en este país y en esta sociedad, nunca se sabe.
La muerte de NK sirve para tomar un poco de distancia y poner en perspectiva el fenómeno K y su génesis. Por ejemplo, recordar que en 2001 el PJ había tomado el poder con un cuasi-golpe de Estado. Se había apropiado nuevamente del poder después del breve intermezzo radical. Y discutía, una vez terminada la transición de emergencia, a quién le "tocaba". El radicalismo estaba muerto, así que se hizo una interna abierta justicialista de la elección general. Duhalde no podía presentarse, porque su acceso al poder interino había incluido la cláusula de no postularse. El presidente buscaba a quién bendecir: ahí vino el famoso "vi algo que no me gustó" de Reutemann, y luego De la Sota se largó, pero no "medía"bien. Asi que Duhalde se inclinó por el casi desconocido gobernador patagónico, que era un típico caudillo feudal pejotista, de impecables antecedentes antirrepublicanos. Había triturado la división de poderes en Santa Cruz, sometido al Legislativo y a la Justicia, lo que le daba total impunidad para perpetrar maniobras como el manejo de las regalías petroleras o la carísima obra pública licitada a empresarios amigos. Nada de esto le preocupó a Duhalde al elegirlo, claro está. Era un "compañero", y basta. Servía para ganarle a Menem, y Duhalde suponía que le permitiría "influir", ser su "kingmaker". Iluso.
Volviendo al presente, y ante esta oleada emocional aprovechada por el kirchnerismo para instalar a su fallecido líder absoluto como un prócer contemporáneo ("ya entró por la puerta grande de la historia argentina", dijo Forster) viene bien recordar, por ejemplo, en qué andaba Kirchner antes de que la muerte le pasara la guadaña. Su última operación y obsesión era despegarse del crimen de Ferreyra (¿quién se acuerda ahora?) y ensuciarlo a Duhalde, como fuera, con la operación y la carpeta que se necesitara. En eso estaba el prócer cuando lo sorprendió la muerte. También preparaba, para cuando pasara la conmoción de Ferreyra, un nuevo apriete sobre Scioli, que se permitía no desechar su precandidatura presidencial, para colmo en el programa de Morales Solá. El inminente apriete, cuándo no, vendría por el lado de la Caja nacional, que el bonaerense necesita como el agua. Se le exigiría una declaración pública: los candidatos son Néstor o Cristina, debía decir en voz alta. Ese era Néstor Kichner, el mártir, el prócer del "proyecto popular". Si yo fuera ellos, no le pondría tanto esfuerzo a la construcción de esta impostura post-mortem: es evidente que no va a funcionar. Dentro de una semana o 10 días todo habrá pasado y el mundo político estará sumergido en la lucha post-Néstor. QEPD.

PS uueves 28: me pasan recién una columna de Caparrós para El País de Madrid, donde analiza este mismo fenómeno, claro que con mayor altura y pluma. Igualmente, y pese a toda la manija mediática oficial que está en movimiento, no le veo grandes chances a la operación. En este mismo momento estoy en un bar. Nadie mira los dos televisores que transmiten el velorio en directo. Cristina con esas enormes gafas negras no despierta piedad ni simpatía. Algo que se me pasó: que Néstor tiene la economía y la "recuperación de la debacle de 2001" a su favor, en contraste con Alfonsín, al que se le perdona su horrible gestión económica gracias al tiempo transcurrido. En fin, dependerá de la habilidad dicursiva y propagandística del gobierno. Pero si es por lo que se ve por TV y en la calle, y por los Verbitksy y cía, me parece que el kirchnerismo no tiene muchas chances de sobrevivir al 2011.

martes, 19 de octubre de 2010

Sarkozy tiene razón

La cuestión del conflicto social en Francia por el sistema previsional se reduce a una básica razón contable: no se puede seguir así. Subir a 62 años de los actuales 60, y no de un día para otro sino en etapas hasta 2018, es imperativo, y además no es un trauma. Hoy el sistema previsional tiene un déficit de 32 mil millones de euros anuales (sic): llegarán a 45 mil en 2020. Si se hace la reforma, sería cero el déficit en 2018, según calcula el gobierno. En el núcleo de los que llevan adelante la protesta callejera, con acciones ilegales como piquetes y bloqueos violentos, aparecen dos categorías privilegiadas: camioneros y petroleros, quienes hoy se jubilan a los 55 años (!), no a los 60, por un convenio colectivo que contempla ese privilegio bajo el dudoso concepto de "trabajo penoso". En el otro extremo del espectro de la protesta, aparecen los estudiantes de liceo, o sea de la élite de las secundarias. No son los universitarios, nótese bien. Es que los adultos jóvenes saben muy bien cómo están las cosas en el sistema previsional. Son conscientes de que ellos se quedarán sin jubilación en el futuro si no se reforma el sistema y se lo reequilibra, como propone Sarkozy y como por lo demás están haciendo las demás naciones europeas. Los adolescentes de clase media alta simplemente juegan al Mayo francés. Para decirlo brevemente: Sarkozy tiene razón y los sindicatos no la tienen.

sábado, 16 de octubre de 2010

Instalando a Daniel: ¿al ballottage con Cobos?

De repente, a Scioli lo quieren todos. Como exagera Roberto García en Perfil, pasó en 20 días de ser torturado por Kirchner, quien le sugería que podía necesitarlo en Capital Federal para perder con el Pro o usarlo de sparring en la interna abierta, a ser la "nueva" cara presidencial del país. Hoy es casi, casi, el fiel de la balanza de cualquier armado electoral PJ para 2011. Porque después de la efímera primavera de las encuestas del Bicentenario, todo el mundo (salvo los pobres psico-K) se convenció que ni el pingüino ni la pingüina pueden ganar en 2011. Es obvio que los K pierden poder día a día, y la mejor prueba es cómo ganó vuelo el propio Scioli en estas semanas, después de fallido disciplinamiento de Néstor. Desde los medios antiK le dan gas, es obvio. Pero es igual de claro que hay una fuerte presión social por encontrar a "el" candidato. Es como decir: bueno, a los K jamás, pero entonces, ¿a quién? Y ahí está "Daniel", que parece de esos tipos dotados con un traje de teflón. Se habla de contactos con Reutemann, con Duhalde. Evidentemente, existen. Y los empresarios están poniéndole fichas a lo loco. El kirchnerismo ideológico ha comenzado a "matarlo", como Verbistky. Para ellos es sinónimo de derrota total y definitiva. Poco le importa esta desilusión setentista a NK: él está pensando en una retirada sin rejas. Asi que ¿Scioli candidato de consenso del PJ? La negociación podría más o menos ser así: vos, Néstor, que si te presentás vas al muere, no me dejás de mandar el cheque todos los meses, tus medios adictos no me maltratan y yo soy el candidato de la unidad. Duhalde y demás "federales" se bajan, y Reutemann, que es el único "federal" que tiene chances, arregla directamente conmigo. Factible, teniendo en cuenta que se habla de peronistas, gente que cambia de principios como de calzoncillos. Claro que "Néstor" tendría un problema mayúsculo en acallar y disciplinar a su horda mediática setentista, pero en pos de la libertad y la tranquilidad en Calafate sabría cómo aplicar el látigo, arte que conoce tan bien. En este cuadro, el acto de Moyano en River, con la pareja presidencial haciendo de claque privilegiada y teniendo que escuchar un par de bravatas brutalmente directas, no hace sino confirmar este debilitamiento terminal y esta retirada negociada.
En el terreno no peronista, Cobos ganó muchos puntos con su segundo desempate, encima por un tema que le va a dar popularidad perdurable: ahora tiene a 5,5 millones de jubilados perjudicados detrás de él. Gente que todos los meses, al cobrar mil pesos, recordará el desempate de Cobos, que transformó en ley por unas horas un texto que les aumentaba a casi 1500 pesos. En esos 5,5 millones de personas enfurecidas puede estar la llave del 2011. Esa gente va a ir a votar con mucha bronca, recordando. Porque diferencia de la 125 se trata de sus intereses directos, así que no será pasajero su malestar. Por eso es miope decir que el "efecto 125" a favor de Cobos ahora será menor y momentáneo. Sí, será así para la población en general, pero definitivamente no para esos millones de perjudicados. ¿Y si la segunda vuelta de 2011 se terminara definiendo entre Cobos y Scioli? Dos invenciones de Kirchner, pero, paradójicamente, dos conservadores probados, que hundirían rápidamente su nefasto legado progresista. Para infinita tristeza de Verbitsky y demás sesentones setentistas.

PS importante, escrito a las 2.24 del domingo: acabo de leer la columna de Morales Solá, que habla precisamente de Scioli y Cobos como grandes candidatos y de la decadencia K. Por las dudas: la leí después, y no antes, de escribir mi posteo.

jueves, 14 de octubre de 2010

82%: Cleto está de vuelta!

Cleto y el 82%: muy mala noche y peor día para el gobierno. Gran rabieta matutina de Cristina y Aníbal. Cleto los ninguneó con ironía. Ahora se viene el veto. Que tendrá un costo enorme, se los van a facturar durante toda la campaña, con 5 millones de jubilados muy perjudicados por esa firma presidencial. Pero hay algunos misterios en este drama de madrugada: si perdían, ¿para qué dieron quorum?; si se les venía encima "la 126" del Cleto, ¿porqué no dejaron votar a Gioja a favor, y así perdían y evitaban el nuevo voto, esta vez positivo, del Cleto? La Nación dice que hubo orden de Olivos de forzar el desempate, pero eso no tiene sentido político alguno: el desempate es pura ganancia para nuestro Cleto, como es obvio. En fin, incógnitas, que tal vez se expliquen por el desajuste creciente que se observa en el aparato de control y ejercicio del poder del gobierno. Ya se había visto claramente en la cuestión glaciares. ¿Pichetto fue a menos de nuevo, como asegura algún portal? Puede ser, el tipo es maestro en esto de desengancharse de un poder en decadencia. Aunque anoche puso la cara.
Pero el mal día se multiplicó por dos con la presencia de Scioli en el coloquio de Idea, en Mar del Plata. Es verdad que va todos los años, pero en el actual contexto no deja de resaltar. Y estuvo en la misma mesa que Duhalde y Aznar, aseguran las crónicas, aunque esa explosiva foto no se vio hasta ahora. Horas antes, preguntado sobre una candidatura presidencial, no la había descartado, al contrario. Un gesto mayúsculo, tratándose de Scioli, claramente novedoso. No contestó con la consabida retahíla sobre la gestión, el compromiso total con la provincia, etc. Y sobre su presencia en Idea, llegó el comentario ácido de Aníbal: yo no hubiera ido, pero él está grandecito para decidir adónde va.
Pero volviendo al 82%, es la victoria más importante de la oposición desde que cambió el Congreso en diciembre, sin dudas. Y me parece que tiene razón la oposición al decir que, si se quiere, la plata está. Porque si se suman ingresos de Ansés, incluidos por Ganancias, coparticipación, etc., y se restan erogaciones totalmente impropias, o que debe hacer el Estado con otras cajas, como Asignación Universal por Hijo, los fondos deberían alcanzar. Porque esos gastos que se restan a la Anses, se pueden cubrir con los artificiales superávit de presupuesto que despuès se reasignan arbitrariamente con un decreto. Pero todo esto se sabe muy bien, se ventiló hasta el hartazgo en estos meses. Me parece claro que los economistas ortodoxos que se pronunciaron en contra demuestran la misma estulticia conservadora de siempre. Se quedan en el dogma, o reflejo, de "no más gasto", aunque esta vez sea totalmente legítimo. En todo caso, deberá compensarse bajando el gasto ilegítimo o ilegal en otras áreas: véanse los rubros empleo público clientelar, pago a piqueteros, obra pública con sobrecostos escandalosos, etc.

lunes, 11 de octubre de 2010

El Nobel de la Paz: solidaridad cubana y complicidad capitalista con la dictadura china

El Nobel de la Paz a Liu Xiaobo fue saludado por los demócratas de todo el mundo y muy mal recibido por quienes no son demócratas. Por ejemplo, por la izquierda autoritaria latinoamericana (pero veremos que no sólo por ella, por cierto). Ahí está como ejemplo la reacción oficial cubana, que emparejó el Nobel de Liu al de Vargas Llosa, fulminando a ambos con el peor insulto que se le ocurrió al régimen: “Nobel disidente”, producto de un "bandazo ideológico". Chávez se burló con su brutalidad habitual del dirigente encarcelado y le mandó toda su solidaridad revolucionaria a China. "Viva China! Viva el presidente Hu Jintao! vociferó por TV.
Buen síntoma, que los autoritarios de todas las latitudes repudien el premio a Liu: indica que en Oslo no se equivocaron, que metieron el dedo en la llaga del autoritarismo, larvado o explícito. Entre las democracias, EEUU y Europa saludaron el premio y pidieron la libertad de Liu. Otros países se quedaron con la felicitación pero no pidieron la libertad, por temor a irritar a China. Y otros prefirieron el silencio total. Argentina, por ejemplo. La Cancillería no emitió ni un comunicado de dos líneas. Tampoco hubo los habituales tweets de Cristina y Timerman. Hay que creer que, como demócratas, Cristina y Timerman están íntimamente contentos con el Nobel a Liu, pero que prefieren no irritar al gigante asiático por realpolitik. Puede ser, pero desgraciadamente sólo se trata de una hipótesis.
El bloqueo informativo chino sobre el Nobel a Liu fue total: ni por SMS ni por los buscadores de Internet se filtró la noticia. Ni hablar de los medios tradicionales, como diarios y TV. Sólo se enteraron los chinos en contacto con los extranjeros. Son 1.300 millones de personas sometidas a censura masiva. Fue un claro mensaje de la dictadura china: dio una demostración de cuánto poder tiene sobre la población, de hasta dónde controla el flujo de información, clave para toda dictadura. En Cuba debe haber sana envidia por esa pericia, y ya deben estar averiguando cómo lograron semejante proeza censora. Hasta la dictadura argentina fue más permeable: en 1980 los noticieros de la noche anunciaron, telegráficamente y después de horas de total silencio, el Nobel de la Paz a Pérez Esquivel. Alguien habrá convencido a los dictadores de la Junta que la noticia no se iba a poder tapar indefinidamente.
Pero en el frente ideológico opuesto al de Cuba y Chávez el Nobel a Liu plantea no pocos apuros entre los apogolistas que China tiene en “los mercados”. Aunque nadie desde allí saldrá a solidarizarse con Pekín ni mucho menos, preferirían que este Nobel hubiera ido a otra parte, bien lejos, para no “meter ruido” en una fructífera relación entre capitalismo internacional y régimen dictatorial que tantos jugosos frutos ha dado y dará. Porque es obvio, después de años y años de silencio cómplice, que en esos poderosos sectores económicos que hacen enormes negocios con los jerarcas comunistas de Pekín, no hay preocupación alguna por la democracia y las libertades más elementales, todo lo contrario: apuestan al statu quo que garantiza sus fabulosos negocios. Ellos ya se han asegurado su “seguridad jurídica” holgadamente, negociando con la cúpula comunista antes de invertir en el país. A estos inversores, el poder absoluto del Partido Comunista les asegura altos retornos, garantizándoles los bajísimos salarios que pagan a ciudadanos sometidos por una dictadura. Los sindicatos de fachada que tiene el PC chino aseguran en el terreno ese bajo costo salarial, actuando en los hechos como gendarmes de las empresas ante los trabajadores. El Partido Comunista chino es así el garante de la explotación capitalista a mayor escala jamás vista en la Historia humana.
Es por demás evidente que un proceso de apertura democrática en China tiraría al diablo este contubernio entre capitalismo internacional y régimen comunista, que barrería con esos falsos sindicalistas, tan odiados por los trabajadores chinos. Por eso, los inversores extranjeros en China lo último que desean es la llegada de la democracia. Así que coinciden de hecho con Cuba y con Chávez: ¡Viva China!, pero así como está, sin una gota de libertades ni de democracia.

Por último, y al margen del mundo real, los tributarios académicos del liberalismo más dogmático tienen un problema mayúsculo con China: ¿cómo explicar que el capitalismo funcione tan bien en un contexto represivo y totalitario? ¿No era que la economía de mercado era, per se, libertad? Acá hay algo que no funciona. Desde su torre de marfil austríaco harían bien en intentar una explicación.

jueves, 7 de octubre de 2010

Vargas Llosa: el escándalo de un gran novelista liberal

Vargas Llosa, Nobel inesperado. ¿Cómo reacciona el campo popular? Silencio mortal desde la costosa expedición oficial a Frankfurt. Ni un tweet, siquiera. Pero resulta fácil imaginar los comentarios entre una arribista de la cultura como Cristina y un resentido eterno como Timerman. Pero dejemos al "campo popular" argentino y sus rencores. Se trata de provincianismos sin importancia ni alcance.
Veamos un poco más lejos. El País de Madrid, por ejemplo. El diario socialdemócrata, que ha tenido a Vargas Llosa de columnista por años, le ha hecho una edición on line "por todo lo alto", con profusión de firmas, notas, fotos, editoriales. Entre las muchas columnas, leí una de un crítico literario, J. Ernesto Ayala Dip, "Una obra que no tiene límites", colgada al mediodía. El autor, luego de hacer una muy elogiosa recorrida por las novelas del premiado Vargas, termina con una consideración a sus _¡ay!_ posiciones "neoliberales". Cito: "Las ideas políticas de Mario Vargas Llosa, su defensa de ciertas políticas neoliberales pueden que no lo hagan demasiado simpático a mucha gente. Podríamos decir, como Marx decía de Balzac, que el autor de La casa verde es políticamente conservador pero en el terreno del arte de la ficción es progresista". O sea: en lo que realmente importa, en la literatura, Vargas Llosa es uno de los nuestros, un progresista, uno de izquierda, en lo demás, que cuenta poco y nada, es un detestable "neoliberal", un conservador.
El caso de Ayala Dip se repitió en cientos de casos durante el día de hoy, a medida que el Nobel a Vargas Llosa provocaba reacciones. "Gran novelista, ahora, sus ideas políticas, bueno, no tienen nada que ver con su obra", etc. Es interesante observar cómo la izquierda, el progresismo, habituados a ser los dueños únicos de la cultura _y de la literatura muy en especial_ quedan desconcertados y traman argucias de reapropiación, como la de Ayala Dip. Así que Vargas Llosa es un progresista, aunque él no lo quiera. Todo lo bueno, lo excelso, en el terreno de la cultura, debe ser, guste o no guste su autor, de izquierda. Seguramente, Vargas Llosa le respondería al español que él es efectivamente progresista, pero nunca "conservador", que es lo opuesto a liberal. Porque si algo es un liberal es progresista, pero claro, no en la acepción hoy corriente.

Vale la pena detenerse en este sobreentendido de la izquierda sobre su total dominio del campo de la cultura, y de cómo, cuando uno que, claramente, no es de izquierda destaca en ese terreno, debe hacer algo para, o descalificarlo, o apropiárselo. Como la enorme estatura literaria de Vargas Llosa no es materia de discusión para nadie, se elige la estrategia de la apropiación: es un progresista, no un conservador, aunque el no lo sepa o no lo quiera saber. Porque hoy, en el terreno de la cultura, no hay lugar para novelistas liberales; no, eso es un escándalo moral que no se puede permitir. Literalmente: no puede ser.
En tiempos pasados no era así: en la alta cultura había autores de gran calidad en todos los campamentos políticos. Había filófosos y escritores socialistas, o decididamente marxistas; pero también los había, y muchos, liberales; y luego estaban los conservadores, generalmente católicos de misa diaria; por último, estaban los de la extrema derecha. Esto fue así durante casi todo el siglo XX: había variedad ideológica en la cultura, y la posición ideológica y política no era motivo o criterio de juzgamiento de la calidad de un autor, era apenas una opción personal. Los ejemplos son archiconocidos: Thomas Mann, por ejemplo, era un liberal típico; en filosofía, Husserl y sus colegas eran liberales; Proust era un conservador; Virginia Woolf era feminista radical, pero ferozmente clasista; luego estaban los de extrema derecha, como Celine o Heidegger, o nuestro Lugones. Los de izquierda eran numerosos, y se dividían entre socialdemócratas, comunistas y anarquistas. En fin, había de todo, como en el campo de la política, pero nadie pretendía que pertenecer a un sector político-ideológico en especial diera una suerte de credencial para ingresar al club de la alta cultura. Esta pluralidad se mantuvo, más o menos, hasta la generación de mis padres, que vivieron su juventud bajo el primer peronismo. Las cosas cambian en Europa en los 60, y, entre nosotros, en los 70. Sartre es la figura emblemática de este avance. La hegemonía de la izquierda se vuelve en pocos años casi total, y los liberales y conservadores que vienen del período anterior son vistos como sobrevivientes de un mundo que se extingue. Todo el mundo se hace marxista. A partir de los 80 cambiarán las teorías hegemónicas de moda: la semiótica y el estructuralismo mixturado con el psicoanálisis sustituirán a Marx y sus discípulos y seguidores, como Luckaks (había que leer su "Historia y conciencia de clase"). Lo que no cambiará más es la hegemonía de la izquierda en la cultura. En el caso de la literatura, cambiará _arbitrariamente_ el canon, según el gusto de la gente que tiene el poder para conformarlo, pero lo que no cambiará es esa hegemonía. Por ej., Cortázar, un hombre de la izquierda más ortodoxa y dura, está hoy saliendo del canon, o al menos bajando drásticamente en el ránking. Pero lo que importa es que, para ser escritor, artista, filósofo o teórico de las ciencias sociales, se debe ser, como conditio sine qua non, de izquierda. A partir de ahí, y sólo de ahí, se permite cierto pluralismo. Algunos polítólogos, por ejemplo, podrán inclinarse por la socialdemocracia (pero esta es una tendencia más de los 80 y 90, hoy parece estar en retirada ante una nueva ola radicalizada: véase la moda Laclau). También se permiten los extremistas de derecha, pero sólo si se los rescata del pasado, como es el caso de Carl Schmitt. Como regla general, hay que hacer profesión de fe anticapitalista, lamentar y condenar los males del capitalismo, para poder moverse con cierta confianza, hacer carrera y tener éxito, acceso a las cátedras más preciadas, etc. El escritor está sometido a la misma horca caudina que el investigador y docente universitario. Sólo un Vargas Llosa se puede permitir ser escandalosamente liberal. Un escritor standard y en carrera se aseguraría el ostracismo y el exilio interno si se declarara liberal contundente, como hace Vargas Llosa. De hecho, estamos asistiendo a un caso que difícilmente se repita en el futuro. Vargas Llosa ya pertenece a una generación que es rigurosamente de izquierda: recordemos que él logra la consagración internacional cuando aún era de izquierda, un dato no menor. Su viraje lo hizo cuando ya habitaba el Olimpo literario. Los otros casos de grandes escritores liberales latinoamericanos pertenecen a generaciones anteriores, formados cuando existía aquél pluralismo perdido (Octavio Paz, por ejemplo). Hoy no se no imagina a un escritor en sus 40, con un par de novelas con buena crítica editadas por una editorial de prestigio, haciendo un viraje semejante.