martes, 24 de febrero de 2009

Reutemann y el post-2009

Reutemann sale del PJK y condiciona toda la política nacional. Les pone un techo, automáticamente, a todos los precandidatos, empezando por el trío Felipe-Mauricio-De Narváez. Ni hablar de otros, como Rodríguez Saa o Romero. Y también condiciona a su modo a Lilita. Pero lo importante del caso Reutemann es que el deshilachamiento del poder K ya no es solamente una cuestión perceptible entre profesionales de la política o del periodismo, afectos a leer bajo el agua. La señal es fuerte y viene después de un par de incidentes sintomáticos. La imposiblidad física de los hermanos Rossi de caminar Santa Fe, fue uno. El enorme descontento de los chachareros seguramente fue otro, como el mismo corredor explica. Pero, en fin, esto y mucho más ya se ha dicho y escrito por estos días. Lo que cuenta es que Reutemann con su jugada le pone otro clavo al ataúd político del proyecto kirchnerista. Que en Santa Fe difícilmente supere el 20% de votos, como en Córdoba. De hecho, si alguien se pone a hacer cuentas finas, tal vez en octubre Néstor se enfrente con un retorno catastrófico a aquel famoso 22% de sus inicios. Por ahí a esto se refiere Reutemann cuando insistentemente habla, en su inopinada apertura a los medios, de concentrarse en llegar a octubre y de superar esa fecha. Un poder K que recabara esa pobre cosecha se volvería insostenible, parece señalar el parco chacarero suizo-alemán.

sábado, 14 de febrero de 2009

El futuro es del peronismo de centroderecha

El 2009 será recordado probablemente como el año de los tercios. Un tercio para el poder K, otro tercio a Lilita-socialismo-radicalismo, un último tercio al PJ disidente-Macri-Felipe-De Narváez. Así viene la cosa, parece. Pero la cuestión de fondo es el 2011 y lo que implica: ¿cómo gobernar el país, cómo plantearse como alternativa de gobernabilidad: con o sin peronismo? Hacerlo sin, como propone el eje Lilita-socialismo-radicalismo, es casi una renuncia a priori a ganar, o a gobernar con mediano exito si, de algún modo, se accediera a la Presidencia. Por esto, en el universo de gente de centroderecha de clase media, aparece con más interés el eje que comenzaron a tejer los tres líderes antecitados (Mauricio-Felipe-De Narváez). Con lo que se consolida un voto peronista de clase media urbana y rural muy amplio, desde Bahía Blanca a Cruz de Eje, desde Rosario a Capital. Pero también, y acá está la clave, en Quilmes y Lanús. ¿Porqué se perfila como ganador para 2011 un voto de este tipo en ese amplísimo arco geografico y social del país, en lugar de la alternativa de Lilita y sus aliados? Acá va un ensayo de respuesta. Descontado el déficit de credibilidad en el ejercicio del gobierno nacional que tiene todo lo que provenga del radicalismo, hay una percepción de que los citados líderes centroderechistas van a poner más énfasis en temas como la inseguridad ciudadana y el restablecimiento del orden urbano perdido que Lilita y sus socios, aún vistos con un halo residual de progresismo porteño y bienpensante. "La gente" no quiere ni oír hablar de este desgastado discurso-cultura-impostura. Hay mucho hartazgo, y el viraje al centro de Lilita con la CC no alcanza. No alcanza en materia de derecho penal, por ejemplo. Hay, sumado a esto, las limitantes propias del fenómeno Carrió-socialismo santafesino. En el Conurbano no entran, a duras penas en el interior de la provincia de Bs As, con Stolbizer. Y es en el Conurbano, el gran bastión pejotista, donde se dará la batalla decisiva, como es archisabido, y es ahí donde De Narváez y Felipe, arropados por Duhalde, pueden hacer buen pie. Felipe conoce el paño, puede hablarles a los habitantes del Conurbano en su lenguaje, Lilita, en cambio, les debe parecer llegada de Marte. Además, y en crudos términos de seguridad personal y social, el trío citado le garantiza algo a la clase media: que ellos saben manejar a los marginales, que saben cómo arreglar el desmadre de la inseguridad que generan esos marginales y a la vez pueden llegarle a la gente del Conurbano con políticas clientelares idénticas a las ejercidas en estos años por los K. "Contención", que le dicen, combinada con una buena dosis de "tolerancia cero" que la aterrorizada clase media baja de las periferias argentinas va a aplaudir a rabiar.
En resumen: el peronismo, reciclado nuevamente, esta vez como centroderecha portadora del orden, tiene todas las de ganar. Porque colecta votos ahí donde el poder K no lo hace, en los grandes y medianos centros urbanos y en la clase media rural, y a la vez "entra" en el Conurbano y en otros feudos pejotistas que hoy, todavía, reportan a los K. Néstor lo sabe. Y por eso se debe saber perdido, salvo un milagro económico, que sin embargo no está a la vista ni en los pronósticos de nadie.

jueves, 12 de febrero de 2009

Hallazgo extraordinario en una isla del trópico

En el 200 aniversario de Darwin es oportuno hacer un comentario sobre especies en peligro de extinción. Algunas de ellas han resultado sorprendentemente duras de extinguir, pese a su evidente disfuncionalidad con el medio ambiente evolucionado que las rodea. Un investigador incansable de las islas tropicales, el Dr. Theo Van Doesburg, reporta hace poco en una prestigiosa publicación un caso extraordinario, digno de una novela de Verne. "Cápsula del tiempo: un caso único de fauna jurásica en un ecosistema isleño", se titula el trabajo, que, a no dudarlo, quedará en los anales de la biología evolutiva.
El científico, luego de semanas de recolectar especímenes convencionales en la isla, llegó con su expedición a un valle aislado. Donde se topó de buenas a primeras con las fauces de un Tirannosaurus rex, algo decrépito pero sumamente peligroso. La bestia se alimentaba de carne humana, según supo después de salvar su pellejo. Se lo contaron los nativos, víctimas ancestrales del Tirannosaurus. Ahora, le dijeron, tienen la esperanza de que el animal muera pronto. Lo han visto menos, y en sus últimas apariciones lucía desmejorado, lento de reflejos. Pero hay otro de su especie que lo sustituye, agregaron visiblemente angustiados. Igualmente anciano pero todavía vital y por tanto peligroso. Los nativos temen así que su pesadillesca vida bajo los Tirannosaurus se prolongue, cuando saben que en el resto del mundo esta terrible especie ha desaparecido hace muchísimo tiempo. En su dificultoso castellano, y con el terror aún impreso en su mirada, el Dr. Van Doesburg nos dijo que su extraordinaria aventura transcurrió en una de las Antillas Mayores: Kiu-kiu-u-bba, tartamudeó.

viernes, 6 de febrero de 2009

En la era del gasto irresponsable

El sábado 7 de febrero a la noche hice unos retoques para actualizar la columna, dado que el tema está en desarrollo.

En la jerga de Washington los llaman "pets programs", programas mascota. Son programas de gasto que se adosan a una ley de gran dimensión y que cuestan "poco". El mecanismo es simple: un representante logra introducir un anexo para los boy scouts; otro, para las enfermeras de Iowa; un senador consigue que se prohíba por razones falazmente sanitarias la venta de sonajeros chinos. Etcétera. Por estos días están surgiendo como hongos después de la lluvia y se le suman al mega-programa de estímulo de Obama, en trámite en el Senado (aún sigue ahí, aunque hoy algunos medios lo dieron por hecho). De esta forma, la cifra global del plan del presidente demócrata ha ido creciendo y el viernes rozaba los 920 mil millones de dólares. En un día y medio engordó 150 mil millones, según el W.Post. Hoy, sábado, adelgazó por presión republicana a sólo 720 mil, o algo así. El Post cita, entre los programas agregados uno para los veteranos de Filipinas, u otro la compra de rompehielos. Qué puedan tener que ver con la reactivación, nadie lo sabe. Hoy el líder demócrata del Senado, Reid, comentó que se había adelgazado la cifra en "sólo 63 mil millones". Y la speaker de Representantes, Nancy Pelosi, ya promete meter de nuevo en el paquete a muchos programas recortados en el Senado, así que es más que probable que el valor global vuelva a subir locamente. Como sea, 920 o 720 mil millones, la cifra es inconmensurable, se vuelve una abstracción, dado que ningún humano llega a dimensionar lo que semejante enormidad significa de hecho. Por esto, pero sobre todo porque esa plata es de "nadie", o sea, del Estado, resulta fácil sumar y sumar partidas a cambio del voto. El viento del gasto público sopla a favor, y todos se dan cuenta. No solo en los USA, sino en todo el mundo. En este aspecto hoy el Capitolio no se diferencia mucho del Parlamento italiano o del argentino. Solamente unos pocos responsables, demócratas y republicanos, resisten sumarse a la moda. Es que hemos entrado de lleno en la era del gasto irresposable. El gurú de moda, Paul Krugman, pide poner una cifra máxima estimada de lo que puede gastar EEUU y luego sumarle otro 50%: todo es poco para el niño mimado del progresismo neoyorkino. Es en este contexto que en Inglaterra, cuna del liberalismo, surgen focos de xenofobia laboral: "Britons first, Trabajos británicos para los británicos", rugen los obreros ingleses. Y los estadounidenses ponen lo suyo con lo del hierro Made in Usa (tres veces más caro que el europeo), la cláusula "compre americano" del plan de Obama, que parece surgida de un libro de Aldo Ferrer de los años 60. Si los anglosajones se comportan así, qué se puede esperar de los europeos continentales, siempre tan dados al proteccionismo.
El proteccionismo es la versión racionalizada y económica de la xenofobia. Al decir "compro lo hecho acá aunque sea malo y caro", indirectamente se les está negando trabajo a los que producen mejor. El proteccionismo es así moralmente miserable, aunque se lo presente como lo contrario, una expresión de los más altos valores comunitarios. Y en el plano de los hechos está visto que sólo puede agregar recesión a la recesión, al menos a nivel global.
Volviendo a la orgía de gasto público, hasta ahora no ha probado tener ningún efecto milagroso de los que prometían Krugman y Cía. Solamente los bancos Citi y Bank of America se han devorado 300 mil millones, y sin resultados a la vista. Nada alcanza para sanear e estos gigantes y se baraja su estatización lisa y llana. Todo con el arbitrario argumento de que "son bancos que no pueden caer". ¿Quién lo determina? ¿Qué puede ser peor, una serie de quiebras ordenadas hoy o una bola de nieve de deuda pública inmanejable en el futuro? Hacer paralelos con los años 30 es peligroso: la Gran Depresión puede resultar una guía turística vieja, de esas en las que las direcciones nos llevan a locales cerrados hace añares. Pero es este paralelo lineal el que continuamente se hace, como si estructuralmente el mundo de los 30 y el actual no fuesen abismalmente diferentes. Detrás de este anacronismo está la fe tácita en que el Estado todo lo resuelve. Y el ideologismo de quienes, como los K, siempre renegaron de la globalización y soñaron con un retorno a un pasado mitologizado, recordado como un paraíso perdido.