miércoles, 30 de abril de 2008

El "Grupo" beatifica a Frondizi

El "Grupo", o sea, Clarin-canal 13-TN-Radio Mitre,etc, etc ha decidido beatificar a don Arturo Frondizi en el cincuentenario de su acceso al poder. Operación propagandística atendible, dado el papel clave que el desarrollismo tuvo en el Diario que mucho más tarde, gracias a Menen, devino la nave insignia del Grupo. Pero, pese a esta atendibilidad, la operación resulta grotescamente realizada. Especialmente en Canal 13. El siempre grave Santo Biasatti (que "trabaja" de periodista serio, pero que es sólo una máscara, manifiestamente inmune a las ideas) presenta, en diversas entregas diarias, la presunta epopeya nacional de don Arturo. Don Arturo y el petróleo, lógico, fue la primera. Imagine el lector el tono apologético: con cualquier exageración se quedará corto. Hoy fue el turno de la educación universitaria "laica o libre". Que como todas las otras entregas, tuvo una versión rigurosamente parcial. Salonia fue el testimonio principalísimo, secundado por Tedesco, el ministro _imperceptible_ de Educación que tiene la Señora. Ni se les ocurrió entrevistar a algún viejo socialista o demoprogresista de los que estaban contra la educación "libre", o sea, católica. Otro grosero error, más técnico, consiste en que los "documentales" (llamemos de alguna forma al engendro) son presentados en el noticiero central y no en un programa especial. Desde el punto de vista de la edición, una locura. Es como si pusieran un suplemento especial sobre Frondizi, digamos, en la sección El País del Clarín. Claro, lo "meten" en el noticiero porque ahí tiene diez veces más audiencia que en un programa especial a las 10 u 11 de la noche. Me pregunto quién habrá dado la orden de hacer el bodrio: ¿Magnetto, doña Ernestina? ¿O, antes de la traumática ruptura, la mismísima Señora Cristina? Vaya uno a saber. Digo lo de la Señora Cristina porque es una devota declarada de don Arturo. En aquella memorable y única entrevista que concedió antes de las elecciones, Su Excelencia, a los dos mayordomos mediáticos Bonelli y Silvestre (la recuerdan ¿no?: fue realmente inolvidable) citó, como era inevitable, a don Arturo. Un "adelantado", lo calificó, ante la anuencia inmediata de sus dos servidores, la Señora. Que a esa altura ya se había apropiado desembozadamente de la "entrevista" y daba lección de todo y sobre todo a sus dos alumnitos, los que a su vez habían renunciado completamente a simular que la comedia se pareciera a una entrevista a una candidata presidencial. Volviendo al calificativo de la Señora Cristina sobre don Arturo, fue un caso evidente de humorismo involuntario: es que a fines de los 50 y principios de los 60 las ideas de don Arturo eran una cosa comunísima, aplicadas por doquier, tanto por demócratas como dictadores, sea en Sudacalandia como en Escandinavia. El caso más exitoso, si así puede decirse, de desarrollismo sudaca no resultó empero el del Adelantado don Arturo, pese a la titánica gesta del líder espiritual de Clarín, sino la dictadura militar brasileña. Es que industrialismo y dictaduras militares se llevaban de maravillas, contra lo que dice la Vulgata progre. La Señora debería revisar los manuales de historia económica. Digo esto con el más profundo respeto hacia Su Excelencia la Señora y a su altísima Investidura, claro está. A ver si el Obervatorio de la UBA se extiende a los blogs...

lunes, 21 de abril de 2008

El del campo ya no es un conflicto sólo sectorial como insiste en creer el poder K

Hay una enorme dificultad, y no solamente en el gobierno nacional, para entender que el conflicto del campo ya no es un conflicto sólo sectorial, como tal vez lo fue hasta antes de la huelga de 21 días y de las retencioes móviles. En minoritarios sectores de los medios y de la clase media, entre los que aún simpatizan con CFK o bien se ubican a su izquierda, se insiste en enfocar el conflicto como puramente sectorial, con los productores rurales; más en particular, con los de granos, y más en particular aún, con los de soja.
Un error mayúsculo: ya no es así, si así era antes de la huelga. Ahora la confrontación es del gobierno y de quienes lo apoyan con todo un sector social y geográfico de la Argentina: con esos miles de pueblos de la Pampa gringa, sobre todo, pero también del centro y sur de Buenos Aires y más allá: Chaco, Cuyo, el NEA y NOA, etc. En una palabra, el gobierno logró cohesionar en su contra a todo un bloque social que está vinculado a los intereses de un sector productivo, el rural. Un logro negativo, por supuesto, y por lo tanto un enorme error político. Para colmo, ese sector productivo recibió, también por rechazo al poder K, las simpatías activas de las clases medias urbanas no peronistas, o sea, de la gran mayoría de las clases medias urbanas. Que en octubre pasado ya no votaron a CFK, pese a que se presentaba como la cara educada del poder K-pejotista, con amplias promesas de institucionalización, apertura al mundo, etc. Imagínense ahora, con la banda de Moyano, D'Elía y Pérsico al lado del atril de Cris. Históricamente, nunca hubo buen feeling entre las clases medias urbanas y los gringos del campo. CFK y su esposo lograron crear ese sentimiento de solidaridad y simpatía que nunca había existido.
Hoy un intendente K del interior está estudiando todos los días cómo hará, ante la nueva huelga rural que se avecina, para que en el pueblo no lo corran a cascotazos, y a la vez no recibir bolilla negra del partido desde la provincia o la nación. Un equilibrio imposible, ya que la lógica K es polarizar los conflictos en vez de atenuarlos, como se hace en todos los demás países, desarrollados o no. Es el propio Néstor el que extrema el conflicto, así que esos cientos de intendentes K del interior están en una disyuntiva de hierro. Además, el conflicto sirvió para poner en el foco de la atención pública el centralismo fiscal, herramienta clave del poder kirchnerista. Gobernadores e intendentes saben ahora que el tema está en el tapete, y que se tendrán que mostrar ante sus votantes reclamando por el federalismo fiscal. De manera que no tiene retorno su situación, y sólo les queda sumarse a sus bases electorales y territoriales, como ya ha comenzado a ocurrir. Esta es una grieta profunda en el poder K-PJ, silenciosa por ahora. Todavía no se explicita ni se ve a simple vista, pero ahí está. Esta grieta se profundiza aún más allí donde el conflicto paró en seco a la pujante agroindustria, trayendo zozobra donde hasta hace pocas semanas había gran optimismo y un horizonte de crecimiento (se rompieron la mitad de los boletos firmados por maquinaria en la última exposición de Armstrong, dicen en la FAA). Súmese a todo esto que muchísimos de esos dirigentes políticos locales nunca tuvieron verdadera afinidad ideológica, ni mucho menos emocional, con los K. De hecho, ya desde la huelga, con los sucesivos actos de Cristina, quedó claro que el círculo de fieles se había reducido drásticamente, y el palco de Plaza de Mayo se debió rellenar con ministros y secretarios. Intendentes solo hubo del Conurbano, donde sí tiene fidelidad (mafiosa) asegurada el gobierno, mientras tenga $ para repartir impunemente. Pero con esos buenos muchachos no alcanza para ganar bien una elección nacional. De hecho, en los mismos partidos del Conurbano también hay una minoría importante de voto de clase media, no todo es allí voto clientelar del PJ. En las elecciones del año pasado Binner y Lifchiftz ganaron en distritos de la periferia de Rosario que eran históricamente voto seguro del PJ. Y en la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez se pulverizó el histórico voto clientelar pejotista. No hay que descartar que algo similar pueda ocurrir en el futuro en algunos distritos del Conurbano. En todo caso, remontar la caída brutal de Cris en todas las encuestas recientes no será tarea fácil. Mucho menos con una inflación real que ya está por encima del 30% anual y subiendo todos los meses.

martes, 15 de abril de 2008

Elecciones italianas: addio al comunismo parlamentario

Elecciones italianas. Vuelve el Caimán, más botoxizado y teñido que nunca; vuelve, y con todo, la brutal Liga Norte, recargada y con la mira puesta en los inmigrantes; hace buena elección el nuevo Partido Demócrata de Veltroni, el admirador de Kennedy; y se va del Parlamento la izquierda ortodoxa, aún-comunista, por primera vez en la historia de la República italiana. Esta es la síntesis, ahora querría deterne, más que en el retorno del Berlusca y sus inconrregibles muchachos de la Padania, en la crisis de la izquierda y en el PD veltroniano.
La izquierda de Refundación Comunista y el Partido de los Comunistas Italianos era parte del paisaje político desde inicios de los 90, cuando el PCI desaparece en el PDS (Partido Demócrata de Izquierda, luego quitaron la P de partido y finalmente Veltroni, en un paso decisivo, quitó la I de Izquierda), cuando en ese mismo acto se creó, entre los reacios y nostálgicos, Refundación Comunista; años después, en el 98, a su vez se escinde de esta formación el PDCI. Ahora, bajo el amariconado nombre de Izquierda Arcoiris, habían sumado a los Verdes y a una fracción que se fue del DS cuando este se fusionó con los democristianos progresistas en el PD, el año pasado. Hago este sumario racconto para los que no siguen las complejidades de la vida política italiana pero pueden estar interesados en el fenómeno. Bué. ¿Ahora, es bueno o no que desaparezca del Parlamento la izquierda llamada radical, y que yo prefiero llamar "aún comunista"? La sustituirá la moderada izquierda democristiana y socialdemócrata del PD de Veltroni (que a su vez es más bien, no un socialdemócrata, sino un demócrata a secas, admirador de los "dems" americanos, de ahí el nombre del partido y el tono que le ha dado). Si se tiene en cuenta que muchos comunistas reividicaban frontalmente a Fidel Castro y a la expericencia cubana; si se recuerda que recibieron en Roma con todos los honores a Chávez, definitivamente la respuesta debe ser sí, está bueno que estos tipos salgan del Parlamento de una democracia tan importante como la italiana. Aunque más no sea porque el castrismo y el chavismo no tendrán desde ahora en Roma amigos con el plafón que tenían (vale recordar que Bertinotti, jefe renunciante de Refundación Comunista, venía de ser nada menos que presidente de la Cámara de Diputados, y que Diliberto, del PDCI, fue ministro de Justicia en el anterior gobierno del centroizquierda). Esta izquierda dura venía de un casi batacazo en las elecciones del 2006 y se había posicionado muy bien en la débil gestión de Prodi, con varios ministerios y lugares institucionales clave, como el de Bertinotti. Así que no hay dudas, viene bien su derrota en toda la línea. Italia, en buena medida bajo la dominante cultura política comunista durante 60 años, pasó una página decisiva en estas elecciones al mandar al trastero de la historia a lo que quedaba del viejo PCI.
Sí, de acuerdo, a todos nos da cierta pena y hasta nostalgia; el viejo L'Unitá, il Manifesto, Gramsci, las editoriales de Milán y Turín, las figuras intelectuales salidas del seno de esa cultura comunista italiana que, desde los años 70, con Berlinguer, había roto con la Urss y el estalinismo. Figuras por cierto ambiguas, todas ellas: Berlinguer, Pajetta, Iotti y tantos dirigentes del PCI de los 70; Asor Rosa, Rossana Rossanda entre los periodistas-ensayistas. "Rompían", hacían la rutpura, con la camisa de fuerza estalinista y soviética, pero siempre hasta ahí, siempre con peros y muchos "rimpianti".
Eran y son un buen ejemplo de ese absurdo colonialismo de la izquierda europea marxista. Practicado con la impunidad de la discriminación del tipo "no es para nosotros, pero está bien para uds": por ejemplo, con su descarado apoyo a Chávez. Los de Refundación decían que no les constaba que en Venezuela se violara la libertad de prensa, pero que si llegara a ocurrir eso lo condenarían: lo decían después de la clausura de RCTV, no hace 5 años. Yo lo escuché en un debate por la RAI (creo que era Piero Sansonetti, director del diario de Refundación, Liberazione, el que dijo esta barbaridad sin que se le cayera la cara). Es el viejo truco de siempre: disfrutar de todas las libertades de la democracia burguesa, pero no reconocerla como verdadera democracia y postular "modelos alternativos" para el lejano Tercer Mundo. Fueron incontables en todos esos años las delegaciones que el PCI, y luego Refundación, envió a La Habana, siempre rebosantes de elogios hacia el fidelato. Luego de hacer turismo político-colonial se volvían rapidito a Roma, a gozar de las ventajas económicas y políticas del denostado capitalismo italiano. El mecanismo recuerda mucho al niño bien bohemio, que vive del cheque del padre pero no deja de despreciarlo. Bueno, todo esto ahora se terminó, o al menos tendrá un relieve mucho menor. Si va una delegación a Cuba, ya no estará formada por parlamentarios, por ejemplo; a Chávez en Fiumicino lo recibirán sólo ex diputados y ex ministros. El caudillo emboinado, que olfatea el poder con brutalidad, no dejará de notarlo. Y de Veltroni no recibirá ni un saludo, como ya pasó cuando era alcalde de Roma. Así que a no derramar lágrimas por una cultura política y toda una época que se cierra, y que dejó mucho más en la columna del debe que en la del haber de los valores democráticos. Tanti saluti.

sábado, 12 de abril de 2008

La llama en Buenos Aires: ¡qué lindo, como en el 78!

Solamente faltó un José María Muñoz, aquel infame relator de fútbol del Proceso, que con su repugnante tono melodramático fue la voz del Mundial 78. Hablo, claro, de la recorrida de la llama olímpica por Buenos Aires. Los argentinos que se reúnen en las calles, emocionados, los medios que se congratulan: no hubo disturbios, dicen exultantes, no se "empañó" la sagrada ceremonia. El final, imperdible: al Kitsch deportivo se sumó el musical, con la inenarrable Soledad. ¿Qué más se puede pedir? Pero hay más, sin embargo: el periodista Bonadeo, feliz él en su obesidad sonriente portando la antorcha. Varsky, otro: escribe una columna en primera persona en La Nación en la que se explaya sobre sus profundas emociones. Que son, por supuesto, inolvidables. Palabrita clave del repertorio melodramático argentino. Ya se sabe, cuando nos emocionamos todos los argentinos, pero todos juntos..., porque, ¡qué lindo es ser argentinos así, todos juntos, en paz!
En el 78 yo era colimba. Hinchaba rabiosa y silenciosamente por Holanda, partido a partido. Me tocó sufrir la final en casa, estando de licencia. Los argentinos, tan felices ellos, salían a tocar bocina, toda la familia argentina en el autito, bocineando y cantando: !el que no salta es holandés! Yo andaba masticando bronca por el centro, puteando liberatoriamente: !boludos!; claro, no estaba en el cuartel, donde tenía que cuidarme de no incurrir en traición futbolística a la patria. Se dirá: qué tiene que ver, esto es democracia, fue una fiesta deportiva en libertad. No, argentos, no. El hecho, tan obvio como negado, es que la antorcha olímpica chorrea sangre, como en 1978 la copa del mundo: esto lo saben, no digo Gaby Sabattini, pobrecita, pero sí Bonadeo, sí Varsky, sí muchos argentinos que mostraron su sonrisa beatífica ante el paso de la llamita. Y que no pueden decir "yo no sabía". Imagino a los dictadores de Pekín observando enormemente satisfechos las imágenes de Buenos Aires: ¡qué contraste con el feo espectáculo de París, de Londres, de San Francisco! ¡Qué bien se portaron esos argentinos! (Pese a que los cagamos hace unos años con el cuento chino de las inversiones por 20mil palos verdes, agregarán, picaros, los burócratas del PCH). Es que Buenos Aires dio aire, y perdón por este paupérrimo juego de palabras, a la asediada antorcha sangrienta de Pekín, después de las palizas mediáticas de las tres ciudades anteriores. Ya no habló más el COI, aunque fuese tímidamente, de la situación de los derechos humanos en China, por ejemplo. Y el presidente chino, Hu Jintao, sí que habló, él sí, con la recobrada arrogancia del dictador que se sabe titular de la 2a potencia económica del mundo. Nada de dialogar con "la banda del Dalai", bramó Hu. Nada de entrometerse con los "asuntos internos de China y sus provincias", por el Tíbet, que no es provincia china, como sabe todo el mundo, sino un país anexado con una invasión militar. El PCCH se reunió para repudiar la valiente resolución del Europarlamento con idéntico tono arrogante. Volvió por supuesto a reinar el clásico argumento de las dictaduras represoras: el latiguillo de "los asuntos internos" para no dar cuentas de su brutalidad. Como el Proceso, como Pinochet y como un largo etc. Repito: los argentinos, que sonreían satisfechos, que salieron a las calles de Buenos Aires para "participar de la ceremonia en paz", no pueden no saber de su complicidad activa con la dictadura china. "Separemos por favor el deporte de la política", fue el precario y viejo argumento ad hoc, usado mil veces en el pasado por los José María Muñoz de todas las latitudes y tiempos y reaparecido ahora en Buenos Aires. De nuevo: de Macri, un inválido intectual y moral, ¿qué otra cosa se puede esperar? Pero de otras figuras y de algunos medios había derecho a esperar algo, un poquito. Me sentí como el personaje de Nanni Moretti cuando le pide a D'Alema que, por favor, diga "algo de izquierda". Nada más que yo le pedía a cualquiera, a Lilita, a, no sé, a Sebreli, al que fuera, que, por favor, dijera algo "disidente", crítico, sobre esta orgía de conformismo nauseabundo, este baño colectivo de argentinidad sonriente y boluda. Me los imagino, a los concurrentes, luego de aplaudir y sonreir con "orgullo argentino" el paso de la antorcha que va a Pekín, salir caminando satisfechos, siempre "en familia", por supuesto.
Por algo el deporte es la actividad favorita de las dictaduras y los totalitarismos: por esta abrumadora capacidad anestesiante y emboludecedora que sólo él tiene. Por esto también es fácil imaginar a las legiones de chinos con sus sonrisas prebacricadas, de felicidad decididamente falsa e idiota, recibiendo la llama en agosto en una Pekín militarizada y silenciada. Para que "el deporte no se contamine con la política", como repitieron de manera obsesiva los medios argentinos, para que no se arruine la "fiesta del deporte, del espíritu olímpico". La falacia de esta frase hecha, repetida por generaciones, no puede ser mayor ni más hipócrita: las ceremonias de deportes de masas, organizadas por el Estado, SON políticas, lo son hasta la médula. ¿Cuándo se va a entender esto? Creo que hasta Macri se da cuenta de la enorme valencia política de las imágenes de Buenos Aires para el régimen chino. Por supuesto, de la suerte de los tibetanos y de los propios chinos, le importa mucho menos que el futuro de tercer arquero suplente de Boca. Y parece que no solamente a él. Qué lindo día argentino, el de la antorcha: verdaderamente perfecto.

viernes, 4 de abril de 2008

Cristina se alía con los comunicólogos de la UBA. Y pierde

Cristina dijo ayer por la mañana en un acto: "Tenemos que reflexionar sobre quienes son los titulares de los derechos de la información y la libertad de prensa, si son los grandes medios de comunicación o los ciudadanos, que merecen que todos los relatos que una sociedad tiene acerca de sus acontecimientos sean difundidos con la misma intensidad, de la misma manera". La agencia gubernamental Télam difundió un informe (1) sobre la cobertura del conflicto agropecuario realizado por la UBA que se presentó en ese acto.
Se decanta de su lectura que sólo Página 12, casualmente un medio tenido bajo total control por el gobierno, fue el que denunció el "relato construido y recortado" de los grandes medios.
El informe es una pieza doblemente útil: sirve para tener una clara idea de la decadencia terminal de la UBA y de la universidad pública argentina en general, por un lado; por otro, para demostrar fácilmente cómo el mismo informe de la UBA cae víctima de las categorías de "construcción" y "recorte" practicadas con mala fe que imputa a los medios no amigos del gobierno K. Porque si alguien "recorta" y luego "pega" descontextualizando, es el informe de los comunicólogos de la UBA. Cuando, por ej, cita a una movilera de TN que destacaba que la "gente" que se manifestó en Plaza de Mayo era de clase media alta, oculta decir no lo hizo con intención exaltativa, como insinúa el trabajo, sino para remarcar, al contrario, el carácter "barrio Norte" y pituco de la protesta cacerolera. Tenembaum, que estaba en el estudio de TN en ese momento, agarró la oportunidad al vuelo y resaltó de inmediato este aspecto presuntamente clasista del cacerolazo. Del mismo modo, el informe de la UBA "recorta" el carácter violento de la ocupación piquetera de la plaza, obviando los golpes y el matonismo profesional de los batatas del FTV, el hecho de que desalojaron con violencia física, además de "simbólica" a los caceroleros, negándoles el derecho a manifestar ahí. No hace la UBA ninguna mención a cómo corrieron a trompadas y amenazas de muerte a los jóvenes "blancos" y de barrio Norte. Ni una mención: ¿quién recorta más, y más tendenciosamente, entonces?
El informe desempolva además la vieja noción objetivista de la información achacándosela a los medios no alineados con el gobierno, como una estrategia de detentación de la verdad o realidad, que serían solamente "reflejadas" fielmente por ellos. Lástima que nadie toma hoy en serio esta versión ingenua de la producción de información. Por casualidad estoy leyendo un trabajo de Fernando Ruiz (docente de Comunicación y Periodismo, pero de la Austral) en el que, a propósito del periodismo venezolano bajo Chávez, repasa la noción de verdad que tiene hoy un periodista "profesionalista", tipología que opone al "revolucionario" chavista. "La verdad periodística se entiende como un proceso de verificación técnica en que participan distintos medios de comunicación para intentar construir una base informativa común en una comunidad determinada...la base informativa consiste en referencias informativas que sean igual de creíbles para los distintos sectores importantes de la comunidad y que, más allá de diferencias de perspectivas, pueda coincidir en un relato común de acontecimientos básicos" define Ruiz. Es evidente que todo el mundo da hoy por descontada la construcción social del texto-relato periodistico. Lo que no quiere decir que además de diferencias de perspectivas no haya enormes diferencias de calidad informativa: por ejemplo, el exaltado por la UBA Página 12 tiene una credibilidad informativa infinitamente más baja que La Nación, desde que es justamente considerado el diario vocero del gobierno K. La izquierda debería volver a las fuentes y hacer un poco de marxismo, en lugar de esta comunicología berreta, billikinesca, de trabajito de segundo año. Decir, por ejemplo, que cada medio refleja la "Weltanschaaung" o visión del mundo de la clase o grupo social al que va dirigido y del que representa y defiende los intereses. Pero, claro, esto no invalidaría la información y el medio en cuestión, sólo los caracterizaría. Y los de la UBA y Cristina buscan la invalidación, la negación de toda autenticidad, legitimidad y veracidad de sus adversarios politicos y mediáticos. Hay que "demostrar" que tergiversan, que "recortan" maliciosamente, como afirman el informe y Página 12. El único medio que convocó a comunicólogos (de la UBA) para analizar cómo los otros medios narraban distorsivamente el conflicto, destaca... la UBA. Hay aquí una conjunción explícita entre la Presidenta, Página 12 y la decadente UBA. Una agregación que da más pena que preocupación, sencillamente. Porque si CFK y su esposo piensan confrontar a la alianza de sectores medios y altos, urbanos y rurales, que hoy tienen enfrente con esos aliados, ya perdieron.

(1) Hoy, sábado 5, el informe "completo" ha desaparecido del portal de Télam, donde sin embargo estuvo colgado ayer desde las 20.10 bajo ese título (El informe completo de la UBA: ver http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&dis=1&sec=1&idPub=99534&id=220040&idnota=220040

En la página de la Fac. de Cas. Sociales, en cambio, sólo aparecen dos comunicados, no un "informe", sobre el tema del conflicto agropecuario. El trabajo, sin embargo, fue publicado en Pagina 12 esta semana y citado por Clarín en su edición de hoy. Le doy entonces credibilidad, en principio, a Télam, aunque con las debidas reservas sobre su "còmpletitud" o exactitud.