Pero el mal día se multiplicó por dos con la presencia de Scioli en el coloquio de Idea, en Mar del Plata. Es verdad que va todos los años, pero en el actual contexto no deja de resaltar. Y estuvo en la misma mesa que Duhalde y Aznar, aseguran las crónicas, aunque esa explosiva foto no se vio hasta ahora. Horas antes, preguntado sobre una candidatura presidencial, no la había descartado, al contrario. Un gesto mayúsculo, tratándose de Scioli, claramente novedoso. No contestó con la consabida retahíla sobre la gestión, el compromiso total con la provincia, etc. Y sobre su presencia en Idea, llegó el comentario ácido de Aníbal: yo no hubiera ido, pero él está grandecito para decidir adónde va.
Pero volviendo al 82%, es la victoria más importante de la oposición desde que cambió el Congreso en diciembre, sin dudas. Y me parece que tiene razón la oposición al decir que, si se quiere, la plata está. Porque si se suman ingresos de Ansés, incluidos por Ganancias, coparticipación, etc., y se restan erogaciones totalmente impropias, o que debe hacer el Estado con otras cajas, como Asignación Universal por Hijo, los fondos deberían alcanzar. Porque esos gastos que se restan a la Anses, se pueden cubrir con los artificiales superávit de presupuesto que despuès se reasignan arbitrariamente con un decreto. Pero todo esto se sabe muy bien, se ventiló hasta el hartazgo en estos meses. Me parece claro que los economistas ortodoxos que se pronunciaron en contra demuestran la misma estulticia conservadora de siempre. Se quedan en el dogma, o reflejo, de "no más gasto", aunque esta vez sea totalmente legítimo. En todo caso, deberá compensarse bajando el gasto ilegítimo o ilegal en otras áreas: véanse los rubros empleo público clientelar, pago a piqueteros, obra pública con sobrecostos escandalosos, etc.