miércoles, 31 de marzo de 2010

Militantes populares de Télam ganan 10 lucas promedio

¡Qué lindo es ser militante social y popular en el universo K! Si alguien tenía alguna duda, leáse el informe de Fortuna sobre lo que ganan los periodistas de medios estatales: http://fortunaweb.com.ar/los-medios-oficiales-cerraron-2009-con-aumentos-salariales-record/. Son casi 10 mil pesos de bolsillo promedio, y esto incluye a administrativos y demás yerbas. Quedan muy superados los tiempos de mi abuelo anarquista, cuando en Rosario había varios periódicos obreros hechos por militantes fuera del horario de la fábrica, después de deslomarse en el torno o el horno. No, esto es mucho más ...lindo! No se me ocurre mejor epíteto. Me los imagino a los muchachos de Télam tomando mate y mirando Canal 7. Che, mandemos algo, que si no joden de arriba, dice al rato uno. Bué, ahí te copio lo que levanté de Radio 10 y listo, le reponde otro. Así da gusto militar contra los grupos económicos concentrados y la derecha restauradora. ¡Aguante el campo popular, carajo!

lunes, 29 de marzo de 2010

¡Fuerza, Cristina!: 3,17%

"¡Fuerza, Cristina!": 3,17%. Es una buena síntesis del primer domingo electoral del año. La exclamación ultraK es el slogan oficial de la lista K en Mendoza, donde hubo elección de concejales. El número, claro, es la cantidad de votos que sacó la antedicha agrupación. Seamos justos: también hubo un 9% por ciento de otra lista K, pero no tanto como para apelar a la exclamación chupamedias. La elección la ganó ampliamente la gente de Fayad, el intendente radicha. O sea, los K en Mendoza, donde tienen alquilado a Jaque, están electoralmente muertos.

En Pinamar no les fue mucho mejor, aunque esta derrota es mucho más conocida. Ganó Blas Altieri, el intendente modélico de los 90, cuando Pinamar chorreaba menemismo. Volvió apoyado por Scioli, que se abrió de la candidata PJ-K, la que se llevó apenas un 11% de votos. Aquí valen tanto la derrota K como el gesto de Scioli, apoyando a un menemista de pura cepa...como él. Está claro que el kircherismo está en retroceso. Fase que puede acelerarse a proceso de descomposición en cualquier momento. Ya se sabe cómo son los muchachos bonaerenses. Conviene recordar al respecto: Menem se fue enterito, y apenas un par de años después el menemismo no existía más. La desaparición de kirchnerismo, ¿será igual de rápida y brutal?

sábado, 27 de marzo de 2010

Marcó del Pont y una platea tonificada en Rosario

Este viernes vino a Rosario Marcó del Pont, a su primer acto público desde que asumió. Acompañada por Pichetto y Rossi. Mi amigo Papucho fue a cubrir y se hizo una crónica muy rica en apuntes. El lugar se llenó con unos 3000 tipos. Nada de colectivos con marginales traídos por 30 pesos. Gente de clase media progre que se alineó con el kirchnerismo, que mira canal 7, que cree en el "proyecto" y en la lucha contra la derecha. Clarín y Nación mandaron enviados, pero parece que después prefirieron darle poco o ningún espacio al acto.
El asunto, el dato nuevo, es que los kirchneritos están entonados. Ven que la oposición se desgasta y que ellos recuperan algunos puntitos. Como el acto del 24, que fue mayor a lo esperado por todos, y más allá de las rupturas internas, con las que se regodearon Clarín y Nación, el crecimiento se vio. Y la recuperación del gobierno es poquita, pero existe. No solamente en las encuestas de Artemio. Se percibe. No es un golpe de timón del humor social, desde ya, pero sí se nota que el gobierno pasó el peor momento, cuando se le cayeron los DNU. Fue cuando la oposición no supo dañar, meter un par de golpes cuando tenía al gobierno realmente golpeado. Ahora es otro round y el púgil que estaba groggy se recuperó. Era este el clima que se vivió en el estadio cubierto donde se hizo el acto con Marcó del Pont. "No estamos vencidos y ellos son horribles", era el mensaje entre tanto kirchnerito rosarino cool. Por ejemplo, Heller, que también vino al acto, prometió presentar la reforma financiera esta semana. Otro signo de que el gobierno recuperó la iniciativa, o apunta a hacerlo. Y tiene razón: la oposición, toda, es horrible.
Claro que el gobierno tiene un enemigo mucho más temible que la oposición: la inflación, y toda la mala macroeconomía que está detrás de la inflación. Que ya está en un piso de 2% mensual, según parece. Por esto aunque hay recuperación económica, con tan alta inflación la sensación social dominante es de malestar, de que el sueldo no alcanza, de que "está todo cada vez más caro". La gente empezó en serio a adelantar consumos para no pagar el mismo producto un 25% más dentro de unas pocas semanas, y la indexación reaparece en toda la cadena, desde la fábrica al kiosquito. Es esto, finalmente, lo que va a matar políticamente a Néstor. Me comenta la fuente desaliñada: Néstor apuesta a sacar un 20% y sentarse a negociar con ese paquete de votos y de fieles. Teniendo aún su bloque en el Congreso. Y ruega que en segunda vuelta gane Cobos. Mmm, no sé: Menem se fue bien, con todo controlado, y vino De la Rúa. Pero igual poco después el Turco no tenía un solo soldado, ni en el Congreso ni entre los gobernadores o intendentes del Conurbano. La debacle de Chupete no lo resucitó. Y políticamente Calo era mucho más que Néstor. Acá puede entrar lo visto el 24: esa base social minoritaria pero militante, mediáticamente sobrerrepresentada y prepotente. Sería su lugar de resistencia contra el gobierno de la derecha. Habrá que ver como "evolucionan los acontecimientos".

martes, 23 de marzo de 2010

Los Kirchner, o la peculiar radicalización de estilo argentino

Hice algunos retoques y agregué un PS por los actos del 24:

La pregunta de fondo en Argentina es muy simple y reiterada: ¿porqué el kircherismo y no un normal proceso de tipo socialdemocrático, un Tabaré o un Lula argentinos? Casualidad no es. Que después de un acentuado proceso "neoliberal" como el menemismo viniera uno de centroizquierda era lógico, esperable, casi fisiológico. En Brasil, después de Cardoso, vino Lula; en Uruguay, después de Battle, vino Tabaré; etc. En Argentina, después del Gran Calo I, se aparecieron Néstor y Cristina. Faltan los Locos Adams y estamos completos. Y todos estos monstruitos vienen con el sello de fábrica PJ.
Ahora, centrándose en los K, en Argentina existe una forma de radicalización del proceso político totalmente sui generis. O sea, ellos no son Evo o Chávez, que nacionalizan en serio, van por el acero y el gas y siguen con los supermercados, etc, etc. No, estos tienen empresarios amigos a quienes confiarles esos menesteres. No han nacionalizado casi nada. La radicalización, en Argentina K, no es programática, es discursiva y, sobre todo, de métodos de gobierno y de formas de llevar el conflicto político. O sea, no se expropia a los terratenientes, pero sí se los aprieta. Durante el conflicto con el campo a nadie se le ocurrió tirar esa idea, la expropiación, que sí se concreta en Venezuela, en Bolivia. Acá ni a los de Carta Abierta se les pasó por la cabeza, pese a la fuerte carga histórica y emocional que conlleva ("a desalambrar"). No, la radicalización es, justamente, a lo Carta Abierta. O sea, de fuerte retórica, por un lado, y, por otro, de métodos de ejercer el poder. Métodos pesados, a lo Santa Cruz: aprietes, en público y en privado, carpetas (y videos) de la Side, ahorcamientos financieros obscenos como praxis cotidiana. Plata sucia por doquier, operaciones idem en Página 12, en Canal 7 y donde sea posible. Piqueteros como tropa de choque a sueldo que amenazan públicamente, como acaba de hacer la fuerza de tareas de Milagros Sala en Jujuy con el senador Jenefes. Gente todoterreno en serio. Y la polarización permanente como recurso discursivo y forma de llevar la puja política, como se observa en la batalla diaria de los medios. Lo veo en mi Redacción: tipos que en 2001-2002, o sea, con plena crisis, eran moderados y apenas esbozaban planteos socialdemócratas, que fueron a algunas asambleas con curiosidad y sin ninguna euforia, ahora son feroces periodistas K. También hay tipos que en los 90 miraban desde el cómodo balcón de la izquierda radical mientras escribían poemitas, y ahora actúan como comunicadores militantes K. Los veo cómo se juntan, laboral y emocionalmente; por ejemplo, un PJ universitario de vieja data con un pequeño intelectual que se dice anarquista gramsciano. Se han hecho amigos, cuando hace unos años apenas se daban bola. A esto llamo, por ponerle algún nombre, radicalización discursivo-emocional, que es un factor cohesionante fundamental en todo proceso radicalizado. No falta nunca en la historia en procesos revolucionarios: el stalinismo, el fascismo, el nazismo, el peronismo. Siempre aparece ese pegamento gestual, emocional y retórico, que es fundamental en lograr la radicalización. También surge ahora, con el kircherismo. Por esto el kircherismo no debe ser menospreciado o ninguneado. No va a expropiar a la Sociedad Rural, ni a Techint, aunque sí los va a apretar y a molestar en su ecuación económica, como ha hecho y hace. Es el caso del campo, que sigue jaqueado por la Oncca y por Moreno; el de Papel Prensa y el grupo Clarín y el de muchas empresas que reciben la visita de la Afip por orden de Olivos. Pero insisto: el radicalismo pasa por otro lado, pero no es menor ni cosmético y, sobre todo, le veo un potencial peligroso que aún no estalló, o no se hizo estallar. Esa energía psico-social (de nuevo, por llamarla de alguna forma) puede ser muy peligrosa en caso de un desborde. Por ejemplo, si a Néstor no le sale bien la Transición Sin Cárcel y con Total Impunidad que planea. No cuesta mucho imaginar a las Madres de Bonafini, al Canal 7, a las orgas piqueteras, al main stream de la pequeña intelectualidad y los gremios estatales de ATE arengando e incluso ocupando violentamente la calle y los medios. O sea, una radicalización que hoy está acotada a la lucha diaria contra "la derecha" en el terreno mediático y rigurosamente político, sería llevada, desbordada, hacia los lugares emblemáticos del radicalismo de toda la vida: la calle, la barricada, las tomas de edificios públicos y privados (de Clarín, por ej.) Pero aunque no se diera este episodio traumático (lo que significaría que Néstor ha conseguido la impunidad), ese radicalismo se percibe y se padece cada día. La locura que domina en el Congreso es un ejemplo. En lugar de organizar la típica agenda bipartisan de transición, una vez perdidas las elecciones de medio mandato el 28 de junio, el gobierno hizo lo opuesto. Primero, se dedicó seis meses a sacar leyes a todo vapor y como fuera, y después, se dedicó a la guerrilla permanente que estamos viendo. Encima, le hace pagar a la oposición buena parte del costo, dado que la sociedad no percibe que la principalísima responsabilidad por la paralización del Congreso es del gobierno, del Ejecutivo.
Este rasgo radicalizado, conflictual, diría neurótico, no es sólo una particularidad del matrimonio, o incluso un modo de ejercer o entender el poder como se ha dicho tantas veces. Obedece a algo más oscuro y más profundo, a la idiosincrasia nacional, o a esa parte de ella que pervive en el peronismo, en esa fracción de él que sigue combatiendo al capital, que quiere "disciplinar a los grupos económicos" y que lamenta la "oportunidad perdida" del conflicto con el campo para llevar a cabo ese disciplinamiento social. Por algo los mismos intelectuales que se entusiasman con Laclau y Toni Negri se ponen al hombro a Néstor y Cristina. Por más que está claro que querrían ver muchas más estatizaciones de "los grupos concentrados" y menos riqueza noventista en El Calafate, menos casinos de Cristóbal y más reparto de reservas en planes sociales. Pero la conflictividad y la retórica anticapitalista es una parte importante de toda radicalización, y los K se las sirven en dosis masivas todos los días. Para gente que ya se resignaba a ver el resto de su vida nada más que gobiernos de De la Rúas y Macris, no está tan mal. Ahora, para los que esperábamos un lento pero firme proceso de normalización del país, a través de una larga secuencia de gobiernos centroizquierdistas y centroderechistas, esto es fatal. Por eso, que se negocie la salida impune, en esta perspectiva, puede ser el mal menor.



PS del 24 de marzo. Día de la Memoria. Es sobreabundante ponerse a discutir lo que ya está claro: que los DDHH son usados por la izquierda, la nacional y popular y la ortodoxa, para sus propios fines y que se olvidan de estos valores para defender a Castro, incluso a Ahmadineyad. No, eso ya está saldado como debate. Más bien, vale un apunte por los actos de hoy, tanto el de Buenos Aires como el que vi aquí, en Rosario. Mucha gente, realmente mucha. Esto, ¿prueba que la causa de los DDHH en versión nac y pop se volvió realmente popular? ¿O son solamente una muchedumbre de militantes pagos, con chapa o plan? Veamos. Plata y organización hay en dosis mayúsculas, y van como ejemplo Madres de Plaza de Mayo línea Bonafini. Hoy vi una columna del Teresa Vive. Todos uniformados, con carteles impresos, etc. Ahí hay plata. También estaba clara la división de clases: los cabecitas villeros, iban en las formaciones piqueteras, los chicos de clase media en los organismos de DDHH o en los viejos partidos de la izquierda no piqueterizada. Lo mismo vi por Canal 7 en Buenos Aires. En los 90, cuando era cronista, cubrí muchos actos de estos. Eran siempre el mismo puñado de tipos, daban un poco de pena. No tenían un peso, es verdad, pero además ese discurso estaba totalmente marginado de la sociedad, de los medios y de los demás espacios públicos. Encima, la izquierda venía de la caída de la URSS y estaba de luto. El asunto parecía archivado. Miren ahora. Pero no se trata solamente de plata y buena organización. No, acá hay algo más. Creo que es más o menos, esto: este sector de izquierda setentista ganó espacios desde el 2003, gracias al background de la crisis del 2001 dándole empuje al anticapitalismo histórico argentino, que vio en esa crisis otra prueba flagrante de cómo el odiado capital traiciona y hambrea al pueblo argentino. A esto se sumó la plata y la organización, en dosis muy considerables gracias a los K. Por esto, aún sin inyección de fondos estatales hoy tendríamos un cierto revival. Y este revival no será efímero, no se terminará en 2011 cortando el chorro de fondos (que además hay que ver quién se anima a cortarlo). Vi mucha gente joven hoy, de esa formada en la mitología de los 30 mil compañeros desaparecidos por luchar por la causa nacional y popular, que creen sinceramente en ese relato mítico. Chicos del último estrato de la clase media, sin buena inserción laboral, con mucha facultad y muchas horas de tomar mate en el centro de estudiantes. La misma tipología que se podía encontrar en estos sectores en los 90, pero ahora el número es mucho mayor.
Sin embargo, la imagen de la plaza llena no debe hacer creer a nadie que esa multitud es mayoría social. Ese es el juego de imágenes del gobierno, del Canal 7. El subtexto es claro: miren cuántos somos, cerdos burgueses de la oposición. Pero cuando llegan las urnas este sector duro del kirchnerismo no suma ni 10% o menos. Los otros votos de Néstor en el 2009 son del PJ, lejos la mayoría de los pocos que sacó. Lo que ocurre es que este sector es militante y organizado, mientras ese otro 80-90% no lo es es absoluto. Aquí entra a tallar esa categoría de "multitud" de Negri y otros, que tanto place al matrimonio y a sus escribas. Porque la multitud es la contracara de la mayoría en las urnas, o sea de la sociedad movilizada democráticamente, según las pautas de la representación parlamentaria, de la democracia burguesa. Representación y multitud son, se sabe, opuestos. Y los K y quienes hoy llenaron la plaza apuestan, obviamente, por la multitud, que sumada al relato épico y a la retórica de "la lucha contra los mismos intereses que dieron el golpe del 76" constituye el ADN de este gobierno. También, llegado el caso, su plan de salida: nos derrotaron los mismos que estuvieron detrás del golpe, la Rural, Clarín, la UIA, etc. No cuesta nada imaginarse el dramático discurso por cadena nacional de Cristina, con la voz más Evita que nunca, anunciando su renuncia forzada por los villanos de siempre.

sábado, 20 de marzo de 2010

Pimpi: muerte narcopolicial; reunión secreta para afinar la fórmula

De qué hablar hoy? De la muerte del Pimpi en un boliche en la madrugada, en la zona sur? Material interesante si los hay. Pero demasiado policial. Literalmente policial. De nuevo, la prensa porteña apunta para el lado de los tomates: o sea, guerra de barras, lo publican en Deportes. La policía lo limpió, dicen los que saben de esto. Ver amplísimo informe en el diario La Capital, que tiene la justa o casi en este asunto. Rosario ya es casi una Ciudad Juárez. Recuerdo cuando mi viejo me llevaba a ver a Ñuls, allá por el 69 o 70. No había barra, no ya digamos narcos. La gente se juntaba en la popular con total libertad y sin miedo alguno. Gente de clase media, algunos más pitucos, otros más reos. De barras, ni hablar. La sociedad argentina se ha hecho mierda en serio.

Pasemos a la política. Reunión del Colorado con el Lole. La Nación, creo, dice que se reunieron hoy, sábado. Mis fuentes precisan que fue el viernes a la noche. El Colo está lanzado. Otro más que se anota. Ahora, cuando el Lole se largue, el iría de Vice. Algo que la Constitución no le vedaría, afirman mis desaliñadas fuentes. Así que están afinando esa estrategia sin hacer demasiado ruido, mientras Lilita, Cobos y los demás radichas se matan, enfrentan la batalla con el gobierno y pagan el costo. Ponen el gasto, como estarían demostrando las encuestas, mientras estos dos se quedan resguardados y miran la batalla de lejos. ¿No es genial? El de Llambí Campbell sabe, no hay caso. Y El Colo ha aprendido mucho en estos años.

martes, 16 de marzo de 2010

Operación Reviglio: 20 años después, llega la 2a parte

Nota: esto es realmente impublicable, que no salga del blog, plis.


El gobierno juega a caerse, amenaza con tirarse por la ventana. Y así zafa, como los locos que te corren con su locura. En este agitado contexto nacional, mientras tenemos un nuevo capítulo de novela venezolana todos los días en el Congreso, pasa algo más sustancioso detrás de la escena. Veamos: el Lole, dicen aquí en la provincia, mantiene una línea de comunicación secreta, o casi, con Olivos. El Loco, o sea, Néstor, sabe que tiene el boleto picado, todo lo de su fuckin candidatura es ruido mediático, circo para la tribuna; así que lo que negocia es su salida: no ir en cana, básicamente. No perder su milagrosa fortuna. Irse más o menos bien pese al enorme desastre que dejará. Irse al Sur a contar sus millones y a rumiar solo su locura, que no lo jodan con esto de la Justicia. Y para eso, el Lole y el PJ son ideales, mandaditos a hacer. Ocurre que el Lole, así de serio y republicano como se lo ve, ya lo hizo en Santa Fe. Fue en 1991: lavó la horrible imagen del PJ, emprolijó y recicló al partido...y lo mantuvo en el poder hasta hace dos años. Flor de jugada, efectuada, hay que reconocerlo, de la mano del Gran Calo I. Nadie, y digo nadie, fue en cana, ni siquiera "tuvo problemas", pese a ocho años de escándalo. Nadie, salvo El Trucha Van Rell, aquel irrepetible vice que, efectivamente, fue en cana: por revender juguetes. Pero el buenazo del Nito ya estaba al horno, lo suyo era insalvable. Y alguna cabeza tenía que caer. El Nito lo entendió así, y de hecho ahí anda por la calle, siempre bien empilchado, siempre con una sonrisa a mano. Un tipazo. Bué, ahora parece que, veinte años después, el Lole se apresta a hacer la misma jugada, pero a nivel nacional. Otra operación limpieza, borrón y cuenta nueva y acá no ha pasado nada. Todo queda entre compañeros, carajo, que para algo somos todos cumpas. Mientras el Lole negocia, por afuera el Cabezón Duhalde ruge como un león que él solito lo va a echar, al Néstor. En silencio, el Lole, o sea, el verdadero candidato pirucho para 2011, teje, teje y teje. Con Olivos, con los oxidados figurones del PJ Federal, con los radichas, con la Madre Teresa, con la Embajada, con la Corte. El tipo es bueno en esto: lo suyo es el silencio, la discreción. La negociación de verdad, bien lejos de la histeria mediática porteña (de paso: cuantas boludeces dichas en tono inapelable se leen en los medios porteños). Bien, decía: el tipo va a ser candidato, todo le cierra. Y en esto de "cerrar", hay que hablar, cosa número uno, con el Loco. El puede romper todo antes de irse, OK? Lo ha demostrado, es más, lo demuestra día a día. Así que a abrir una negociación con el Loco de Olivos antes que nada. Para que deje algo sano. Le prometemos que no lo metemos preso, que podrá irse tranquilito, pero que deje todo, no digamos ordenado...bueno, que deje algo. Se negocia, en suma: a) el candidato real; b) la gestión de acá a 2011; c) la salida honorable. A esto, lo llamo el modelo Reviglio. Por Víctor Félix, aquel inolvidable gobernador de Santa Fe. Inolvidable, entre otras cosas, por el latrocinio. También, para mí, por su fino bigotito. Muy finito: siempre decorando esa luminosa sonrisa, tan del doctor Víctor Félix. Ah, qué tiempos! Ante sus poco puntillosos manejos, y luego de dos gobernaciones PJ, la sociedad santafesina se aprontaba a votar al Vasco Usanzidaza. Pero no, apareció el Lole, le enchufó al burro del Vasco la ley de lemas y él fue gobernador. Ahora, 20 años después, se apresta a realizar nuevamente la operación, a repetir el modelo Reviglio. Me juego un Quini a que le sale bien.

PS: Dice Joaquín en su columna del domingo que De Narváez está negociando con el kirchnerismo. También hay enojo del macrismo contra el Colorado por largarse de precandidato presidencial, cuando estaba acordado que el único candidato aquí era el bueno de Mauri. Que está enfadado como niño rico al que no le regalaron el juguete prometido. Me preocupa lo primero, lo segundo es folklore. El peronismo K, no hay que olvidarlo, se rompió recién en 2007-08. Hoy parece que el peronismo disidente existe de toda la vida, pero la verdad es que la mayoría rompió con el gobierno recién con el conflicto del campo, hace ahora apenas dos años, o menos. Es el caso de Felipe, el del Lole y el de muchos más. ¡Si hasta Massa ahora es opositor! Sí, de acuerdo, el Colorado ya estaba en la vereda de enfrente desde antes, no se cruzó en 2008, como el Lole y Felipe, y Massita, y.... Pero ahora sale esto de la negociación con K, y uno ...¿a quién le cree? ¿A Joaquín, con sus innumerables saltos mortales, cambios de banda, veleidades? o al Colorado, que tiene poca calle pero demuestra astucia? Mmmm. Mi conclusión, como diría Oppenheimer: Joaquín, me parece, juega para Mauri y entonces tira lo del Colo traicionando con Olivos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Argentina sufre la política exterior K

El pasado 1 de marzo, finalmente, Cristina se reunía con Hillary Clinton. En Buenos Aires, destacaban con orgullo la Cancillería argentina y los medios adictos. Es que fue todo un logro de la diplomacia argentina: que la secretaria de Estado, que vino a Montevideo para la asunción de Mujica, cruzara el Río de la Plata para verse con la titular del Ejecutivo argentino. Hasta pocos días antes, la secretaria de Estado se iba a saltear a la Argentina, pasando directo de Uruguay a Chile. El mundo disfuncional del matrimonio presidencial consigue estas cosas. La misma disfuncionalidad que se ve en el episodio de las reservas del BCRA, en el que hubiera bastado un poco de pericia técnica y algo de muñeca política, se repite en la política exterior. Como se sabe, la visita de Hillary estuvo en duda por los dichos de Cristina contra Obama apenas días antes y, a fines del año pasado, por el gratuito ninguneo presidencial al subsecretario de Estado Arturo Valenzuela, al que no recibió, a lo que se sumaron las respuestas brutales del jefe de Gabinete Aníbal F. a unos comentarios del funcionario visitante. Lo normal, en el mundo K, se vuelve así una hazaña, algo extraordinario, que merece celebrarse y destacarse.

El episodio evidencia el increíble nivel de aislamiento internacional que ha alcanzado Argentina bajo la gestión K, y especialmente durante los años de Taiana en la Cancillería. Es realmente difícil de encontrar algo parecido en la historia nacional. Habría que remontarse a la dictadura, como mínimo, o a la posguerra, cuando los gobiernos filo-Eje dejaron al país en el bando perdedor y con un cartel de paria y de refugio de nazis. Durante la gestión de Bielsa, al menos, había algo de figuración, de lucimiento dialéctico. La gente común sabía quién era el canciller argentino y las RREE tenían cierto espacio público permanente.

La actual política exterior argentina, o sea, su falta, su extrema debilidad de formulación, es otra expresión de esa visión del mundo claustrofóbica y autoritaria del matrimonio K. Porque hacer política exterior implica, como tal vez ninguna otra actividad, consenso, cortesía, palabras medidas, acciones concertadas, interlocución entre sujetos que, por definición, son diversos entre sí. Y esto los K no lo registran, no lo conocen y, más, lo desprecian, para ellos eso es "traición". Calificativo que logra el apoyo fervoroso del setentismo envejecido que corteja al matrimonio con sus pobres escritos colectivos. Lo ven, al matrimonio, como el único y último resguardo contra la "derecha". En la visión rencorosa y maniquea de este peculiar mundillo de muy pequeños intelectuales, todo lo que sea buena gestión, buena diplomacia, racionalidad política y económica, es "la derecha". Si uno vive encerrado en un mundo ficticio como el de Olivos y se referencia con esta gente descaminada, el resultado no puede ser nunca bueno.

De ahí que a Cristina le hubiese parecido de los más normal criticar a Obama con tanta soltura a sólo días de la visita de Hillary. La presidenta no logra ver la diferencia entre replicarle a la oposición interna y menoscabar al presidente de los EEUU.

Así las cosas, mientras Argentina pierde tiempo y ubicación internacional de esta manera, nuestros vecinos, ellos sí conectados con el mundo real, hacen todo lo contrario. Es el caso de Uruguay, que no para de subir en la consideración internacional, por no hablar de Brasil y Chile, casos suficientemente conocidos y comentados (*) . Para tener una idea de cómo han crecido en la estima internacional estos países, bastaría tomar los diarios de 20 o 15 años atrás. O recordar que cuando se negoció la creación del Mercosur, Argentina trataba de igual a igual a Brasil. Si el Tratado de Asunción se debiera negociar hoy, Argentina recibiría de parte brasileña un trato mucho más parecido al de Uruguay y Paraguay. Mientras estos países exitosos viven atentos al mundo y a las tendencias internacionales predominantes (o sea, apertura comercial, búsqueda de inversiones, buen feeling con los mercados, etc), la Argentina K hace todo lo contrario. Descalifica esos criterios que rigen el mundo como "neoliberalismo", "noventismo", etc. Es que han interpretado muy mal el giro posterior a los años del Consenso de Washington que se dio en la región. Que llevó, sí, a dejar el dogmatismo de mercado y el alineamiento automático con Washington, pero de ninguna manera a renegar de la economía de mercado y sus exigencias, a tener políticas económicas y comerciales modernas y serias, al pragmatismo y el buen sentido en las RREE. Los Kirchner y ese oscuro entorno que los acompaña ideológicamente quieren creer que se puede volver a los años 40. Y quieren hacer ver a ese conjunto de criterios que dominan en el mundo como si fuera anacrónico, cuando sigue plenamente vigente fronteras afuera. Para comprobarlo no es necesario viajar a Shanghai o a Londres. Basta con pisar Montevideo. Por este temperamento fóbico, nostálgico y dogmático, el país retrocede sistemáticamente en el ranking. La Argentina actual hace pensar en esos cuadros de fútbol que tienen malos presidentes y que viven mirando la tabla de los promedios. Tal vez hayan sido grandes en el pasado, pero hoy sólo viven de recuerdos y en una angustia cotidiana. Saben que podrían ser grandes todavía, pero por obra de sus pésimos conductores ya no lo son. Y el descenso está a la vuelta de la esquina.



(*) Ver informe de Cadal: http://www.cadal.org/informes/pdf/Democracia_Mercado_y_Transparencia_2009.pdf


sábado, 6 de marzo de 2010

Un gobierno que se hunde en su propia disfuncionalidad

Se ha ironizado mucho sobre el gobierno popular y antiimperialista que lucha denodadamente por lograr el reingreso a los mercados financieros internacionales. Y que busca esa fuente ortodoxa de financiamiento porque no le queda otra y necesita plata fresca a raudales para hacer política kirchnerista (o sea, caja) hasta fines de 2011. Estoy obviamente de acuerdo con todo esto, pero hay algo más en este sainete. Básicamente, el fenomenal nivel de disfuncionalidad que ha alcanzado este gobierno. Y ya no se trata sólo de psicología del poder, en el sentido del estilo santacruceño que únicamente sabe mandar, someter y no consensuar, algo también muy citado por estos días de furia veraniega. Pero falta sumar algo a todo esto, algo puramente político: un gobierno que no sabe cómo, con una oposición en su gran mayoría centroderechista o muy moderada, sumar consensos para reabrir mercados de deuda voluntaria, pagarle a los bonistas defaulteados y tomar financiamiento fresco. Pese a tener todos los números "macro" para hacerlo. Se trata de un gobierno que ya no sabe hacer gestión básica. Porque acá no está en discusión un desafío social enorme, como era imponer aún más retenciones a los cientos de miles de chacareros y joder así, además, a la extensa red socioeconómica que los productores sustentan en los pueblos de la Pampa Gringa. Ni es la ley de medios que tenía _tiene_ enfrente al grupo Clarín, al grupo Uno y a los miles de pequeños y medianos medios de todo el país. Nada de eso: se trataba de coordinar la voluntad de pago del gobierno con las evidentes ganas de los mercados de hacer negocios (con este gobierno como podrían tenerlas con un dictador africano o con un Chávez), la lógica y racional necesidad del país de normalizar, por fin, su situación externa; el fuerte interés de la oposición en recibir el gobierno con esto solucionado; en fin, todo estaba a favor de lograr el objetivo que el gobierno se propuso en diciembre con cierta facilidad. Se debía, con buenas maneras y buenos argumentos, convencer a Redrado de poner en garantía una fracción de las reservas, luego convocar a Morales y a Cobos y hablar con los caudillos del PJ disidente. Y así armar entre todos un buen plan financiero que beneficiara a todos: al gobierno, que hubiera tenido financiamiento externo abundante; a la oposición, que hubiera logrado un protagonismo positivo, constructivo, y no como ahora, que debe ser protagonista a partir de kirchnerizarse (y está bien que lo haga, no tiene opción) y que esperaba, como dije, recibir en 2011 un país más o menos normal. En fin, no era mucho pedir. Normal administración para un gobierno medianito, no hablo de grandes estadistas. Pero el gobierno y su plan financiero están donde están, o sea, en la lona, con una presidenta del Central herida de muerte, sin nada de nada en las comisiones del Senado ni en la bicameral de los DNU y con un daño político muy grande, con una terrible imagen de la presidenta (¡por Dios, que alguien le diga que no se inmole más en cadena nacional!). Y con la reapertura de los mercados en veremos, con los bonos aún por vender, etc. Nunca tan poco hubiera costado tan poco, pero no se logró por esa mezcla de necedad, encierro y falta total de pericia, técnica y política. Así, no llegan.


PD: analizar comparativamente los conflictos del campo, el de los medios y el actual, sirve además para desmontar un tópico central de la retórica kirchnerista. El que dice que encuentran tan fenomenales resistencias porque tocan intereses de los "grupos económicos concentrados". En el caso del campo, decían, era la oligarquía rural, los estancieros, y en el de los medios, el grupo Clarín. Era una construcción forzada, un "relato", pero tenía cierta base y cierta lógica: se tocaban intereses económicos, se afirmaba, y estos reaccionaban de manera "destituyente". Ahí estaban los grandes productores rurales, con la Sociedad Rural; ahí estaba Clarín. Ahora, en cambio, el gobierno está inmerso en una crisis mucho más seria que aquellas, pero resulta muy arduo o directamente no creíble en lo más mínimo repetir esta retórica de los intereses concentrados destituyentes. ¿Los intereses de quién? ¡Si los mercados se mueren porque agarren la guita del Central! Simplemente, este tema no es vendible con esa retórica de la lucha desigual entre el gobierno popular y los villanos del poder económico. Igual se ha intentado, Cristina lo ha dicho, pero nadie "compra". Y este carácter inverosímil demuestra, por el contrario, que aquellos otros conflictos que creó el gobierno tampoco eran por tocar intereses sino por la pésima gestión política de los Kirchner. Que son horribles haciendo política cuando se necesita tejer mínimos consensos. Siempre lo fueron. Que no puedan entrar a Río Gallegos si no es con 100 milicos de custodia lo demuestra mejor que cualquier episodio de la novela de las reservas.

martes, 2 de marzo de 2010

Los mercados celebran la inseguridad jurídica

Cristina se mandó el nuevo decretazo y ya tiene "la guita", como dijo Pratt Gay. Reacción de los mercados: todo para arriba, fiesta total. Deben estar celebrando ...¿qué? la "seguridad jurídica", imagino. Hoy siguen subiendo los bonos y demás parafernalia financiera, lo que llevó a Aimé Boudou a entusiasmarse: "los mercados entienden, la política no". El episodio sirve para evidenciar un par de cosas: una, que los mercados son ciegos, ética y jurídicamente. Lo único que les importa, en este caso, es que Argentina va a garpar, y nada más. Que, para hacerlo, el gobierno se pase por el culo la Constitución, la división de poderes, el respeto básico de un poder por el otro, no cuenta para nada. El gastado sonsonete de la "seguridad jurídica" se cae así a pedazos ante esta conducta amoral de los mercados, que hoy celebran precisamente lo opuesto, la a-juridicidad de la jugada de Cristina, simplemente porque los beneficia. La evidente inconstitucionalidad de la jugarreta de Cristina no ya no les importa, ni siquiera los roza, les es totalmente ajena, indiferente. Literalmente, no es asunto de ellos. El caso deja al descubierto la debilidad conceptual y teórica del liberalismo economicista. Que nos quiere hacer creer que lo que es bueno para los mercados es intrínsecamente bueno. A este pobre silogismo se reduce el discurso de esta rama, hoy predominante, del liberalismo. Los temas pueden ser variados, el nivel técnico puede ser alto o no, pero el argumento de fondo siempre es ése: si algo es bueno para los mercados, entonces es bueno en sí, o, peor, no es ni siquiera analizable críticamente. Bueno, no es así, y este caso del nuevo DNU lo prueba de manera palmaria. Algo puede ser bueno para los agentes económicos, o para algunos de ellos, pero muy malo para la sociedad, como el DNU de Cristina. Y podrían buscarse muchos ejemplos más.

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Anexo polémico (el lector que esté satisfecho con el tramo anterior puede cortar por la línea de puntos)

Y más allá de este caso, la dogmática del economicismo nos dice que siempre es mejor menos Estado que más. Que el Estado debe limitarse a dar seguridad y justicia, y, tal vez, algún otro bien esencial, nada más. Este discurso despotrica contra "la política", como acaba de hacer el ex Chicago Boy Boudou. Sucede que en la escena pública existe un sujeto, institucional y político, que es el Estado. Cuando se invocan a las instituciones, a la Justicia, al Congreso, etc, lo que se hace es invocar a los poderes del Estado. Del Estado democrático liberal, por supuesto, pero del Estado al fin. Y acá viene un punto clave, se invoca al Estado demo-liberal contemporáneo, no al de 1850. Y este Estado moderno tiene, además de su núcleo de tres poderes políticos, una espesa trama que, por un lado, provee de bienes públicos y, por otro controla y regula la actividad privada. Entre esos bienes públicos están, claro, la educación y la salud, y, en los países avanzados, la protección social para quienes se quedaron afuera del circuito económico. Entre los órganos de control podemos citar a los que controlan los medicamentos, los alimentos y un largo listado de bienes; también están los que controlan la defensa de la competencia y la provisión de bienes esenciales como electricidad y agua. Sumemos una extensa normativa que va desde la protección del patrimonio arquitectónico a los horarios de apertura y cierre de los boliches, entre una infinidad de actividades. Y podríamos seguir enumerando por un largo rato. Que este afán regulador se desmadre y tienda a la hipertrofia, todos los sabemos. Ahí está la UE y su arrogante burocracia de Bruselas. Pero el hecho es que cuando se habla hoy de un tipo de política concreta a seguir, tácitamente se hace referencia a un Estado democrático con todo este tramado regulador. Nadie, ni el PP español, ni los republicanos americanos, ni los tories ingleses, ni Piñera en Chile, se plantean, ni por un segundo, gobernar sin esa trama reguladora. Hecho político que deja reducida a una entelequia políticamente irrelevante la noción de una economía privada pura, de sujetos económicos actuando libre y etéreamente, sólo condicionados a "la ley moral dentro de mí" de Kant. Aquella realidad contemporánea contundente manda al trastero de los dogmas vacíos a esa ideología de salón que, inexplicablemente, tiene tanto éxito en ese mundo cerrado y pequeño de las fundaciones y academias privadas. Es este más un fenómeno antropológico y cultural que político, y por lo tanto tiene escasa importancia práctica. Debo agregar que, al menos para mí, tampoco tiene alcance o relevancia teórico-filosófica. Pero esto ya lo dije antes.