martes, 10 de marzo de 2009

André Gorz: breve teoría del control social del individuo

Leo en la página de Cultura del Corriere del otro día un artículo firmado por André Gorz. Lo creía muerto hace muchos años. El texto está dedicado a honrar a la compañera de toda su vida, Dorine, con la que en 2007 se suicidará, a los 87 años. Bueno, el asunto es que en el medio Gorz desarrolla una concisa teorización sobre el individuo y su control social que me parece magistral. Acá va una traducción apenas decente (los subrayados son míos):


...La cuestión del sujeto se ha mantenido central para mí, como para Sartre, bajo el siguiente ángulo: nosotros nacemos a nosotros mismos como sujetos, vale decir como seres irreductibles a aquello que los otros y la sociedad nos piden y nos permiten ser. La educación, la socialización, la instrucción, la integración, nos enseñarán a ser Otros entre los Otros, a renegar de esa parte no socializable que es la experiencia de ser sujeto, a canalizar nuestras vidas y nuestros deseos en cursos bien delimitados, a confundirnos con los roles y funciones que la megamáquina social nos impone de cumplir. Ellos definen nuestra identidad de Otro. Ellos exceden aquellos que cada uno de nosotros puede ser para sí mismo. Nos dispensan, o incluso nos impiden de existir para nosotros mismos, de ponernos cuestiones sobre el sentido de nuestros actos y de asumirlos. Quien actúa no es "yo", sino la lógica automatizada de las disposiciones sociales, que actúa a través de mí en cuanto Otro, me hace concurrir a la producción y reproducción de la máquina social. Ella es el verdadero sujeto"....Acá comienza a insinuarse la formación marxista de Gorz, pero lo que ha dicho es, como dije, magistral. Lo que Gorz define acá en términos suyos viene a cuento de lo que siempre he pensado sobre la libertad del individuo y el conflicto con la sociedad en general, no meramente o solamente el Estado. Punto que los liberales economicistas ni siquiera se plantean, ni barruntan, ni les preocupa un comino, para decirlo todo. El conflicto de fondo es entre la sociedad que normaliza y formatea a los individuos y ese nucleo irreductible "que la sociedad no nos permite ser", como dice Gorz. Insisto con el punto: esa sociedad hostil y homologante (diría Pasolini) bien puede ser, de hecho es, la sociedad de mercado de masas. Pienso en la psicología laboral, el marketing, las técnicas de manipulación de clientes y personal, etc. Pienso en esas desoladoras técnicas ...¿cómo se llaman?, en las que grupos de trabajo se reúnen en un campamento de montaña. Hay, en estos casos, toda una tecnología del control social del invidivuo a través de la empresa privada, que resulta un excelente agente de control social. En las grandes corporaciones este punto es más explícito, claro, pero vale igual para una pequeña consultora.

Vuelvo a Gorz, que sigue: "Ella es el verdadero sujeto (por la megamáquina social). Su dominio se ejerce sobre los miembros de los estratos dominantes al igual que sobre los dominados. Los dominantes no dominan, sino en la medida en que la sirven como leales funcionarios. Es solamente en sus intersticios, disfunciones, márgenes, que surgen sujetos autónomos a través de los cuales la cuestión moral puede plantearse. En su origen, está siempre este acto fundador del sujeto que es la rebelión contra aquello que la sociedad me hace hacer o sufrir. Alain Touraine, que ha estudiado a Sartre en su juventud, ha formulado bien este aspecto: "El sujeto es siempre un mal sujeto, rebelde al poder y a la regla, a la sociedad como aparato total". La cuestión del sujeto es, por lo tanto, la misma de la cuestión moral. Ella está en el fundamento de la ética como de la política. Dado que pone necesariamente en causa todas las formas y medios de dominación, vale decir, todo aquello que impide a los hombres comportarse como sujetos y perseguir el libre desarrollo de su individualidad como fin común".


La nota sigue. Queda claro cuán lejos del marxismo ortodoxo queda Gorz, al pedir el libre desarrollo de la invidualidad como fin común, nada menos. Y conviene aclarar algo: es evidente que, de las sociedades existentes, la de mercado es la que más "intersticios" o márgenes, deja libres para el individuo, y la que menos alienación le pide. Basta comparar a la sociedad de mercado contemporánea con el brutal disciplinamiento social cubano o chino. Pero queda claro que la disociación entre liberalismo y sociedad de masas existe, y cómo. Pese a que tantos think tanks se limiten a denunciar al Estado y sobreentiendan que lo que hacen las empresas es sacrosanto y fuera de toda crítica.


Nota: traduje del italiano derecho, como dije, sin ninguna mediación de papel o diccionario. Espero que la traducción sea aceptable.

El link de la nota completa:



http://archiviostorico.corriere.it/2009/marzo/09/mia_Dorine_piu_importante_Marx_co_9_090309030.shtml