sábado, 27 de febrero de 2010

Cuba: ya es hora de enterrar el mito para Lula y el resto de la izquierda regional

Como ya es hábito, acá pego una columna que publiqué en el medio en el que trabajo, siempre sobre Cuba. Bajé un par de marchas y retomé una línea más analítica, más pensada (de paso: ¿de dónde saqué que Chávez acompañaba a Lula a La Habana?).



El avión de Lula llegaba a La Habana el pasado miércoles, poco después de que muriese el preso político Orlando Zapata Tamayo, luego de cumplir 85 días de huelga de hambre en protesta por las condiciones aberrantes de su detención.

  
 La presencia de Lula en Cuba se explica, en parte, por el protagonismo internacional que quiere imprimirle a su última etapa en la presidencia. Pero como razón de fondo aparece la ambigua relación que la izquierda democrática regional, y más en general, todas las democracias del subcontinente, mantienen con el régimen cubano, que, claramente, no es una democracia. No casualmente el único en la región en condenar la muerte de Zapata fue el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera. En particular para la generación de Lula, formada en la mitología de Sierra Maestra y de los “barbudos” desfilando por las calles de La Habana, es difícil admitir el fracaso terminal de la experiencia cubana y su carácter profundamente represivo, que tragedias como la de Zapata hacen imposible soslayar. Es un paso traumático, aunque sepan que la vía cubana al socialismo es una pieza de museo, y, más, aunque Lula mismo sea la prueba viviente de ese anacronismo y de cuál es la opción real para la izquierda, para la democrática al menos. Porque Cuba es, hoy como siempre, la represión obsesiva, el control estatal y social asfixiante, el delito de opinión como rutina, la uniformización y disciplinamiento de una sociedad que, pese a medio siglo de todo esto, se niega a someterse. Esta es la realidad de Cuba, la que nos cuentan Yoani y los demás blogueros, y no la del autista relato oficial del Granma. Por hechos como la muerte de Zapata, y por duro que sea para estos líderes latinoamericanos, varios de ellos ya llegados a la tercera edad —Lula, Mujica, Vázquez—, si son demócratas coherentes, es hora de que cumplan esa tardía catarsis y acepten que aquello que se construyó en la lejana isla de la fantasía es, en realidad, un cruel infierno. Por el bien de los tantos Zapata que se pudren en las cárceles cubanas. Porque el silencio latinoamericano, o, en el caso de Brasil, el apoyo directo al régimen, tienen un costo personal muy alto para quienes en Cuba se empecinan en construir una salida democrática.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Vomitivo: mientras velaban a Zapata, Lula se abrazaba con Fidel

Hoy pegó el faltazo el Calo en el Senado, y ahí nomás aprovechó Pichetto y retiró la tropa K.
Pero no, la comedia política argentina debe dar hoy paso a algo mucho más serio y grave: la muerte del disidente Zapata en Cuba, después de 85 días de huelga de hambre en protesta contra los apremios ilegales y las condiciones infrahumanas de su detención. Hoy, miércoles, en el mismo momento en que arreciaban las condenas y velaban a Zapata, Lula llegaba a Cuba, casi en simultáneo con el coronel Chávez. Lulinha, Lulita, el gordito bueno, ya venía mostrando una tendencia tercermundista de lo peor. Le dio una mano constante a los fachos de Irán en el último año con el diferendo nuclear, e insistió en esa línea aún cuando hasta la AIEA _que de tan condescendiente con Teherán daba urticaria_ dijo claramente que los ayatolás preparan sin dudas una bomba nuclear. Ahora Lulita agrega esto. Lulita, es verdad, tiene que hacer gestos para la platea petista. Es una explicación demasiado reiterada, ante estas caídas de tono democrático de Lula. El episodio delata, más allá del famoso tornero paulista, el background de cultura autoritaria de la región. Porque no cuesta nada imaginar al Pepe Mujica haciendo un viaje idéntico a La Habana para sacarse una de esas fotos con Fidel-aún-vivo. Con el Coma-Andante. ¡Ven, está vivo! ¡Ahí está la prueba de vida, ahí está con Lula, vean, imperialistas! Tristísimo por partida doble: en condiciones normales ya sería repudiable un viaje así; con la muerte del mártir Zapata (¿cómo llamarlo, si no?, para colmo con el matón cuartelero Chávez de compañía, es para ponerse a vomitar. "Lulinha es bueno, Lulinha sólo quiere paz y amor!", decía el tipo en la campaña de 2003. Si, gordito chanta, te creo y todo.
Por este tipo de conductas amorales en política exterior (donde los gestos tribuneros, se supone, tienen menos costos reales que en política interna), es bueno que esta izquierda regional, tan "racional" y tan loada por los liberaloides de mercado (esos tipejos de eterno traje oscuro y mentes similares a un rendija) pero también por los demócratas de verdad, aunque en este caso sólo por contraste con la brutalidad extrema de Chávez y Evo, es bueno, decía, que esta "buena izquierda" comience a perder elecciones. Aguante Serra, que al menos este horror habanero de Lula no lo cometería nunca. Y que todos los demócratas lleven en su corazón el recuerdo de Zapata, otro crimen de lesa humanidad de la dictadura fascista-comunista-castrista.

jueves, 18 de febrero de 2010

De mi creciente hartazgo del liberalismo dogmático, y de sus posibles consecuencias

Me empiezo a preguntar, a raíz de algunas discusiones y distancias evidentes y crecientes, cuánto tengo en común con nuestros cenáculos liberales, con el liberalismo dogmático. Si la Escuela de Viena me hace bostezar, y me parece infinitamente más importante, para abordar la cuestión central y literalmente radical del individuo, la fenomenología alemana y francesa; si la gran empresa privada con cientos o miles de empleados es claramente un agente de control y presión social, a veces tan importante como el Estado, pero esto no le importa un cuerno a los liberales criollos, que cuando se plantea el problema responden con desinterés o abierta mala fe; si tengo objeciones de fondo a la intervención del mercado sin regulación alguna en ciertas y determinadas áreas, como la construcción (acabo de discutir sobre el limitadísimo código urbano de Rosario: los liberales locales dicen que es intervencionista y piden su abolición total (de paso, lo mismo exigen los empresarios de la construcción, mucho de ellos tipos sin escrúpulos con los que no me tomaría un café); si tengo simpatías por el liberalismo reformista que teorizan algunos italianos, en el que se comete la herejía de señalar que los empresarios tienden a configurar grupos de presión y distorsión contra el mercado mismo a través de su cooptación de la política, y que existe una indudable tensión entre el principio igualitario de la democracia y el capitalismo; si el purismo ideológico del liberalismo dogmático no me atrae ya ni siquiera como elegante divertimento de salón, y sí me interesa, en cambio, la política real y concreta; en fin, si todo esto y mucho más no justifica, a esta altura, un desmarque de mi parte del liberalismo (local). La pregunta que sigue me da vértigo: desmarque, sí, pero ¿hacia dónde?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Malvinas, a falta de algo mejor

El gobierno, agobiado por tantos frentes que él mismo abrió, dio este martes un puñetazo en la mesa y declaró hostilidades de baja intensidad en torno a Malvinas. Mediante decreto trabó la navegación hacia y desde las islas. Una jugada para recuperar algún consenso interno, básicamente, aunque los medios populares ingleses también se prendieron con ganas. El vice de Taiana, Tacetti, acaba de amenazar a las empresas extranjeras con intereses en Malvinas y en Argentina, específicamente a una minera. Se alega como motivo de la medida la decisión inglesa de explorar en torno a las islas. "Seguiremos hasta que los ingleses se convenzan de negociar con nosotros" dijo el ignoto Tacetti. Los de allá le contestaron: OK, sigan, a nosotros no se nos mueve un pelo. O sea, un ninguneo de aquellos. Un error, en la diplomacia, ese de permitirle al adversario lucirse a costa de uno con una no-respuesta. Pero eso a Néstor y Cris poco o nada les importa, como en general toda la política exterior, que está hecha pedazos o simplemente no existe. Escalar un poco, no mucho, un conflicto eterno y sin salida como el de Malvinas, y recibir dividendos internos, aunque tampoco sean muchos, es negocio para el gobierno en este momento tan malo. Dentro de 10 días nadie se va a acordar del asunto. Ni Néstor.

jueves, 11 de febrero de 2010

La inflación mata las últimas esperanzas K. Debate: la inflación, ¿perversión capitalista o aberración estatista?

La inflación está al rojo y se ha instalado como tema dominante, desplazando rápidamente la novela de enero de Redrado y el Central. Si Néstor apostaba a recomponer poder a partir de la reactivación, está al horno. Hay poca reactivación y mucha, mucha inflación, y así va a ser todo este año. Encima se le acaba de plantar D'Elía, aunque debe lamentar mucho más la pérdida de los dos senadores pampeanos (se pasaron a la oposición y el oficialismo es minoría también en el Senado...al menos por ahora: se sabe que Néstor es un experto en hacer cambiar de parecer a legisladores y gobernadores). Moyano está por estos días aporreando los medios para desmentir que haya inflación, o que sea un problema serio; se ve que alguno en Olivos le dio letra: dice que lo peor es la deflación, término que no es parte de su breve léxico. En fin, ¿si el 09 fue el "annus horribilis" de K, cuál expresión latina habrá que buscar para el año 10? Los sindicatos están con el cuchillo entre los dientes, ninguno pedirá menos de 25%, más bonificaciones y otras yerbas. El feedback inflacionario está así a pleno régimen: precios-salarios-precios, etc. Esto se terminó de armar allá por 2007 y nadie le dio bola a los ortodoxos que pusieron entonces el grito en el cielo. Ahora, desde las usinas K, se trata de instalar la versión peronista del 45 de la inflación: los especuladores remarcan precios para ganar a costa del hambre del pueblo. Retienen las vaquitas para hacer subir el precio en Liniers, explicó en el canal 7 un tipo que, se supone, es periodista de economía. En un nivel un poco más elaborado, la izquierda nac y pop propone su propia teoría de la inflación. Veamos:

El progresismo insiste en proponer a la inflación como parte necesaria de un programa que busque la redistribución del ingreso. Un “poco” de inflación es necesario, se alega. Claro que en en Argentina y América latina un “poco” se vuelve sistemáticamente “mucho”, demasiado. Y como saben a su propio costo los sectores populares de la región, su efecto más visible es... ¡concentrar el ingreso, no redistribuirlo! Ante esta evidencia contundente, se culpa entonces de la inflación a los empresarios, que aumentarían precios para no compartir ganancias con sus trabajadores. Surge en este punto de la argumentación la expresión “puja (o disputa) por el ingreso”, para soslayar groseramente los complejos aspectos monetarios del asunto, así como la insuficiencia de inversiones que impide satisfacer la demanda, otro problema crónico de las economías populistas. (La intervención del Pepe Mujica ante los empresarios de este miércoles es al respecto clarísima, el tipo trazó una raya: de un lado, Chávez y Néstor, del otro Lula y él, amigos de atraer inversiones y tratar bien al capital.) Un análisis ecuánime indica, en cambio, que todos estos factores están implicados, pero que el gasto público acelerado y la emisión monetaria se llevan las palmas, y que la puja por el ingreso aparece como reacción a una inflación ya planteada, potenciándola en un feedback negativo, como mencionábamos arriba.
Además, ¿cómo se explica que los economistas ortodoxos tengan como principal objetivo de sus vidas la lucha contra la inflación, si ésta redistribuye a favor de los capitalistas, si es su perversa creación para recuperar lo que cedieron en aumentos salariales? Además, si la inflación nace de la remarcación de precios para recuperar el margen de ganancia recién entregado en la mesa de negociación salarial, el Estado no es el gran culpable de la inflación, no existe el "impuesto inflacionario" de los economistas liberales. Acá va un ejemplo de esta forma de razonar tomado de un diario santafesino: "La inflación en la provincia de Santa Fe se disparó en diciembre y llegó al 2,2 por ciento, la cifra mensual más alta de todo el año pasado. El brusco salto del 4,2 por ciento en el valor de los alimentos y bebidas catapultó el índice y consolidó una tendencia que se viene registrando desde octubre: los formadores de precios despliegan su voracidad remarcadora para resarcirse de los primeros meses de 2009, cuando la recesión económica puso límites a los aumentos"....Clarito, no? Son los formadores de precios los culpables, nadie más. De aquí a la visión del 45 de Moreno, no hay ni siquiera un paso. Chávez razona igual. Es la puja por el ingreso, no ya en la mesa de negociaciones salariales, sino en el supermercado. Que el gasto público esté en su máximo histórico, igual que la presión impositiva, no importa demasiado para esta visión neoperonista y clasista. Más o menos lo mismo se hace con la emisión monetaria, dando a entender que es una pueril preocupación monetarista.
Pero ocurre que el gasto público a full hace que se recaliente la demanda. Esto es bastante simple e intuitivo: el Estado inyecta un plus de demanda sin que exista su contraparte en el aumento de la oferta. Por eso es inflacionario el gasto público alto, salvo en etapas recesivas como la que atraviesan hoy Europa o Japón, porque ahí no hay riesgo inflacionario, sino deflacionario. En cuanto a la emisión, es obvio su efecto, y aquí viene a cuento el absurdo debate sobre las reservas. Entre comerse las reservas (que son reservas, vale recordarlo, de la moneda nacional) y poner a funcionar la maquinita sin respaldo alguno, al estilo de los 60-70 y 80s, hay un paso muy breve, y que puede ser dado en cualquier momento de aquí al 2011.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Chau Redrado, llega Marcó del Pont: a repartir

Marcó del Pont al Central, y a repartir con los muchachos. Apenas si habrá pataleo desde "la política", dado que todos están ansiosos por manotear la platita dulce de las reservas. El partido de los gobernadores, con su parva de legisladores en formación cerrada, empuja con un entusiasmo digno de mejor causa para que Néstor les dé los jugosos verdes que custodiaba el golden boy. Que de todos estos días de show me parece el único que sale bien parado. Lo vi esta noche en TN con Bonelli. Sobrio y sólido al explicar su preocupación por el respaldo del peso. Ya despojado de ciertos giros populistas que usó en estas semanas de furia, el pibe de oro se va entero, con el PJ disidente mirándolo con cariño. El gobierno sale hecho jirones, con las "Anibaladas", que a esta altura ya no hacen reír a nadie, con el resto del gabinete borradísimo, todos callados para no pagar costos. ¿Alguien se acuerda de Florencio Randazzo, uno de los espadachines incansables del gobierno en la guerra con el campo? Sigue siendo ministro de Interior. Pero no habla. Y Alak, ministro de Justicia, no salió una sola vez a apoyar a su presidenta en la tarea de descalificar a los jueces. A los K les quedan cada vez menos soldados: Aníbal, al que ya se lo ve cansado y nervioso, como hoy cuando se defendía mal en TN ante sus acusaciones a Alberto Fernández. El tipo está harto de poner la cara. Y después están Pichetto, Rossi, y no muchos más. Moyano ya dio una señal, Pampuro fue tajante: solamente le faltó agregar "hasta acá llegué". Pero Cobos también perdió: apareció tibio y timorato, sin decisión. Radical, en suma. Que se joda por jugar a dos puntas y especular con zafar de tener que dar otro voto bisagra. Me parece que el tipo comienza a caerse. Bien Lilita, pero todo este kilombo del Central no le suma mucho en materia de consensos, dado el carácter "chino" del asunto para la sociedad. Que lo único que tiene claro es que todo esto es para llevarse la guita. Visión barrial y taxista que da en el blanco: como se terminó la plata corriente (ahora hay déficit, y crece rápido), y no hay más de dónde agarrar, ni acceso a los famosos mercados de deuda, saqueamos las 18 lucas verdes (altro que 6500) del BCRA y así financiamos la política K para adelante. De ahí la reacción tibia o abiertamente entusiasta de los gobernadores, de ahí la aprobación segura del manotazo en el Senado. Los tipos parecen esos drogones con síndrome de abstinencia a los que se les muestra merca de la buena. Por eso se equivocan quienes, como Bonelli, empezaron esta noche a analizar el nombramiento de Del Pont en términos normales: o sea, viene una heterodoxa, ergo habrá una política monetaria más expansiva, etc. No, no cuenta si Del Pont es hetero u orto, lo que cuenta es que va a ser una empleada rasa de Néstor. Este los va a juntar al "ortodoxo" Boudou y a la industrialista Del Pont y les va a dar directivas en el tono de un gran industrial que se reúne con sus gerentes.