sábado, 16 de octubre de 2010

Instalando a Daniel: ¿al ballottage con Cobos?

De repente, a Scioli lo quieren todos. Como exagera Roberto García en Perfil, pasó en 20 días de ser torturado por Kirchner, quien le sugería que podía necesitarlo en Capital Federal para perder con el Pro o usarlo de sparring en la interna abierta, a ser la "nueva" cara presidencial del país. Hoy es casi, casi, el fiel de la balanza de cualquier armado electoral PJ para 2011. Porque después de la efímera primavera de las encuestas del Bicentenario, todo el mundo (salvo los pobres psico-K) se convenció que ni el pingüino ni la pingüina pueden ganar en 2011. Es obvio que los K pierden poder día a día, y la mejor prueba es cómo ganó vuelo el propio Scioli en estas semanas, después de fallido disciplinamiento de Néstor. Desde los medios antiK le dan gas, es obvio. Pero es igual de claro que hay una fuerte presión social por encontrar a "el" candidato. Es como decir: bueno, a los K jamás, pero entonces, ¿a quién? Y ahí está "Daniel", que parece de esos tipos dotados con un traje de teflón. Se habla de contactos con Reutemann, con Duhalde. Evidentemente, existen. Y los empresarios están poniéndole fichas a lo loco. El kirchnerismo ideológico ha comenzado a "matarlo", como Verbistky. Para ellos es sinónimo de derrota total y definitiva. Poco le importa esta desilusión setentista a NK: él está pensando en una retirada sin rejas. Asi que ¿Scioli candidato de consenso del PJ? La negociación podría más o menos ser así: vos, Néstor, que si te presentás vas al muere, no me dejás de mandar el cheque todos los meses, tus medios adictos no me maltratan y yo soy el candidato de la unidad. Duhalde y demás "federales" se bajan, y Reutemann, que es el único "federal" que tiene chances, arregla directamente conmigo. Factible, teniendo en cuenta que se habla de peronistas, gente que cambia de principios como de calzoncillos. Claro que "Néstor" tendría un problema mayúsculo en acallar y disciplinar a su horda mediática setentista, pero en pos de la libertad y la tranquilidad en Calafate sabría cómo aplicar el látigo, arte que conoce tan bien. En este cuadro, el acto de Moyano en River, con la pareja presidencial haciendo de claque privilegiada y teniendo que escuchar un par de bravatas brutalmente directas, no hace sino confirmar este debilitamiento terminal y esta retirada negociada.
En el terreno no peronista, Cobos ganó muchos puntos con su segundo desempate, encima por un tema que le va a dar popularidad perdurable: ahora tiene a 5,5 millones de jubilados perjudicados detrás de él. Gente que todos los meses, al cobrar mil pesos, recordará el desempate de Cobos, que transformó en ley por unas horas un texto que les aumentaba a casi 1500 pesos. En esos 5,5 millones de personas enfurecidas puede estar la llave del 2011. Esa gente va a ir a votar con mucha bronca, recordando. Porque diferencia de la 125 se trata de sus intereses directos, así que no será pasajero su malestar. Por eso es miope decir que el "efecto 125" a favor de Cobos ahora será menor y momentáneo. Sí, será así para la población en general, pero definitivamente no para esos millones de perjudicados. ¿Y si la segunda vuelta de 2011 se terminara definiendo entre Cobos y Scioli? Dos invenciones de Kirchner, pero, paradójicamente, dos conservadores probados, que hundirían rápidamente su nefasto legado progresista. Para infinita tristeza de Verbitsky y demás sesentones setentistas.

PS importante, escrito a las 2.24 del domingo: acabo de leer la columna de Morales Solá, que habla precisamente de Scioli y Cobos como grandes candidatos y de la decadencia K. Por las dudas: la leí después, y no antes, de escribir mi posteo.