viernes, 28 de mayo de 2021

Irma cruza el río Bravo

 Este viernes 28 de mayo de este interminable 2021 una foto marcó como "dedo en la llaga" la tragedia venezolana causada por la también interminable dictadura chavista. Como aquella foto del niño sirio Aylan que yacía en una playa. Ahora, para verguenza de Maduro y de sus no pocos aliados en el Cono Sur (Argentina, entre ellos) la imagen "fuerte" fue igual de potente, y  casi peor: una anciana muy anciana  llevada en brazos como un muñeco de trapo inerte por un joven. Irma, que así se llama la pobre mujer, cruzó el famoso Rio Bravo, el limite entre Mexico y Texas en esas penosas condiciones. Parecía muerta, pero no, al llegar al lado estadounidense estaba viva y pudo recuperarse, al menos un poco. 

Vale transcribir el relato de un medio de los muchos que hoy habitan la web: Alnavio.es.
 "Una anciana cruza en brazos de otro joven emigrante el Río Bravo y entra de manera ilegal a Estados Unidos, donde es asistida por la patrulla fronteriza. El fotógrafo Go Nakamura, de la agencia de noticias Reuters, registra el suceso, que en cuestión de minutos da la vuelta al mundo y vuelve a poner el dedo sobre la llaga que representa la masiva migración venezolana."

Agrega alnavio.es que la imagen "se repite casi cada día a lo largo de los bajos del río, pero, hace unos meses, solo se veía a mexicanos y centroamericanos. Ahora, cientos de venezolanos están intentando entrar de esta forma a Estados Unidos, donde piden asilo".

En las redes sociales, la mujer fue identificada como Irma, de 80 años, y oriunda del petrolero estado de Zulia, de la ciudad de Maracaibo, antes y durante décadas sinónimo de riqueza y bienestar, adonde llegaban, aún en los años 70 los inmigrantes italianos. Sí, leyó bien. Había un país latinoamericano que todavía en los 70s atraía inmigración europea. Ese país era, claro, Venezuela. Hoy en Maracaibo y en toda Venezuela domina la pobreza extrema, al punto que una mujer de 80 años no duda en recorrer miles de kilómetros para poner pie en EEUU.  La desnutrición, antes inexistente, algo que pasaba en otros países, es cosa común y generalizada entre los venezolanos que todavía aguantan a Maduro y sus hordas de matones. 

En Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden anunció a principios de marzo un estatus de protección temporal (TPS, en sus siglas en inglés) para los venezolanos indocumentados, una medida que les permitiría residir de forma legal y trabajar.

        Según la Casa Blanca, el programa beneficiará a unos 320.000 ciudadanos que ya estaban en suelo estadounidense cuando se aprobó la medida, pero excluye a los llegados a partir de esa fecha. A Irma, por ejemplo, que llegól literalmente con el último respiro, y al joven que la cruzo en brazos.
       ¡Qué sentirán el canciller Felipe Solá y sus superiores, que apenas horas antes ordenaron retirar la firma de la Argentina de una demanda por delitos de lesa humanidad abierta contra la dictadura de Maduro ante la Corte Penal Internaiconal? Tristemente, hay derecho a pensar que nada. Aliados son los aliados, se dirán mientras cortejan a la China de Xi Xinping y la Rusia de Vladimir Putin. A los vencidos, ni justicia ni piedad, podría decir el Gobierno argentino con crueldad pero con coherencia.