¿Hubo o no intento de golpe de la derecha en Ecuador? En un país con dos golpes de Estado en los últimos diez años (pero originados en el otro extremo del espectro ideológico), la hipótesis no puede descartarse. El eje bolivariano liderado por Hugo Chávez promovió esta alternativa desde el primer minuto, incluso antes de tener alguna evidencia, porque su programa es polarizar contra la "oligarquía" y EEUU. Correa hace lo mismopara confrontar internamente, como un modo de fortalecerse.
En cualquier caso, una rebelión de agentes armados del Estado que secuestran nada menos que al presidente es un acto gravísimo, que debe generar alerta general, como efectivamente hubo en todo el continente. Ahora debe hacerse una investigación a fondo y darse una sanción ejemplar a los insurrectos.
Pero la pura facticidad nunca puede dejarse de lado en función de hipótesis a priori. Y al ir a ver los hechos, se juntan dos elementos explosivos que alejan la tesis de un golpe de la derecha: por un lado, una tropa policial acuartelada y en rebeldía por recortes de sus beneficios y privilegios. Eran policías rasos, gente sin formación, ni política ni de otro tipo, sin registro de la gravedad de lo que hacían. El otro elemento fatal fue la conducta del propio Correa, quien en una imprudencia propia de su carácter fuerte se presentó en el cuartel rebelde y les dio un reto a los policías. Los uniformados reaccionaron con el demencial secuestro del presidente.
Analistas locales críticos de Correa, como Martín Pallares, de El Comercio de Quito, desechan de plano la hipótesis golpista (para que haya un intengo de golpe debe existir un "intento manifiesto de derrocar al presidente para reemplazarlo por alguien"), mientras otros recuerdan el modo unilateral de manejar la agenda parlamentaria de Correa, que veta todo lo que no le gusta, y amenaza incluso con disolver la Asamblea.
Por otro lado, un dato clave que muy pocos registran es la actitud durante la crisis del poderoso movimiento indígena ecuatoriano. Este sector fue clave en el caótico proceso político que llevó al poder a Correa, derrocando en el camino a dos presidentes constitucionales (Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez), pero hoy está distanciado del mandatario. Los líderes indigenistas no dudaron en apoyar a los policías rebeldes y en reclamar la renuncia de Correa. Parece claro que, de haberse detectado un serio conato de golpe de la derecha, hubieran cerrado filas con su ex aliado, más allá de sus actuales diferencias.