lunes, 5 de julio de 2010

Cuba: el punto de vista de un periodista exiliado

Esta larga columna me la envió un periodista cubano de los tantos que andan perdidos por el mundo, exiliados. Renay se quedó esperando la publicación, que nunca cumplí. Porque la nota era larguísima, porque había pasado ya demasiado tiempo, porque a la Secretaria no le iba a gustar, etc, etc. Así que ahora que el caso Fariñas ha recobrado fuerza, dado que está al borde de la muerte, me parece justo, al menos, publicarla acá. Fue escrita en torno al 12 de marzo.

Renay Chinea Díaz (*)


Coco Fariñas puede morir. Con el beneplácito de Raúl Castro y el silencio cómplice de todos los gobiernos lLatinoamericanos, en breve, el disidente cubano podría comenzar a sufrir daños irreversibles en su anatomía, que lo conduzcan a una muerte ya anunciada por el Diario oficial de la Dictadura.
En una entrevista con Televisión Española, la semana pasada, el opositor, en huelga de hambre desde el pasado 26 de febrero, amenazó con seguir su protesta hasta el “final“ y exigió la excarcelación inmediata de otros 26 prisioneros de conciencia, que se encuentran en las cárceles cubanas con diferentes grados de deterioro de salud.
Más allá del resultado palpable de su apuesta, el caso Fariñas es útil para calcular el grado de compromiso de las democracias del mundo con la causa de los derechos humanos en Cuba, y también para medir, hasta que punto esta dispuesto a llegar la cúpula castrista en el ejercicio de la crueldad.
Como a aquel personaje shakesperiano, la actitud suicida de Fariñas, parece poner a los Castroen la disyuntiva de utilizar el diálogo y la cordura, o continuar en el océano del crimen, calculando que estarían más cerca la otra orilla.
Irónicamente El General ha anunciado que se respetará la voluntad de morir del ayunante. Por primera vez en muchos años hace referencia pública a un derecho de un adversario: el derecho a morirse.
Aparte de colocar a Cuba, en la lista de países que respetan la eutanasia y la muerte asistida, con sus “buenas maneras“, deja claro cual puede ser la única y legítima aspiración de un oponente a su gobierno.
Tengo la certeza de que Castro ganará esta mano. Ya se filtran gestiones del gobierno español para intentar darle refugio a Fariñas en el Reino, y Fariñas, en su particular ajedrez, pone como condición, un largo enroque de 26 piezas: detener la huelga si todos son liberados.
Guillermo Cabrera Infante decía que Castro acostumbra a regalar a otros gobiernos presos como si fueran puros. Veinticinco habanos tiene una caja, mas dos de contra: veintisiete.. Total, “yo tengo más en mi casa”.
El juego es bastante grotesco: un Estado revolucionario ensañado contra un ciudadano simple, cuya única tabla de salvación es justamente la de no querer salvarse. Mezquina es la actitud del gobierno español que preside la Unión Europea para “pedir un disidente”, como quien pide un cigarro; y perverso el silencio sepulcral de los países latinoamericanos ante tamaña injusticia.
Pero esta trinidad de circunstancias son un llamado a la reflexión sobre qué nos espera a los cubanos como nación en el futuro, y quiénes son en verdad nuestros aliados o enemigos.
Nadie omite la realidad de que la humillación de Versalles engendró la Alemania nazi, o que la agresividad del Estado de Israel se pergeñó en los campos de concentración. Y nadie omitirá que las palabras de Lula da Silva: “la huelga de hambre no puede ser usada como pretexto de derechos humanos para liberar personas” , forman parte de la burla habitual que los gobiernos e instituciones de la región reservan para la disidencia cubana.
No fueron los presos cubanos quienes inventaron el ayuno como método de huelga. Mucho antes fue Gandhi, excarcelado por el régimen colonial ingles, y también los presos de Maze contra Thatcher en Irlanda. Qué diría hoy Lula contra aquellos?. ¿Enfangaría de modo tan perverso los hechos de la Historia?
Los gobiernos latinoamericanos han llegado a los momentos más altos del desprecio a los derechos humanos en Cuba. Ni siquiera Bachelet, cuya familia sufrió represión y exilio. Ni Lula, quien vio sufrir a su hermano Chico en las mazmorras de los militares brasileños, han tenido compasión con los luchadores por las libertades civiles en Cuba. Libertades que los han llevado a tomar el poder civilizadamente en sus respectivos países.
La política, aparte de establecer quién acapara el derecho al ejercicio de la violencia, debe servir para algo más, decía Max Weber. Así, la solidaridad entre los pueblos debe servirle a las personas también para algo, y los cubanos, dentro y fuera de la isla, hemos escuchado en lontananza el golpe seco de mucho champagne abierto en los Palacios del Tirano.
A lo largo de 51 años, hemos registrado visitas, cumbres. Presidentes y ex-presidentes. Un Papa y varios defensores de los derechos de los negros. Acuerdos firmados en las sombras y muchas fotos de Punto Cero y otras residencias que poseen los hermanos de Biran dentro de Cuba.
Lo que no hemos visto es una mejora sustancial en la Isla -como ya esperábamos- ni sorprendentemente, un trato correlativo a la supuesta solidaridad hacia los cubanos que tanto cacarean cuando estamos fuera.
A día de hoy, moverse por España o por Latinoamérica con un pasaporte cubano es casi imposible. Ningún país nos da visa y ninguno es apacible. Ninguno, y sin importar signos políticos
El presidente de México Felipe Calderón, invitó a la cumbre del pasado 22 de febrero en Cancún, a Raúl Castro y dejó fuera a Porfirio Lobos, el electo presidente de Honduras, porque no le pareció “demasiado democrático”. Y ese mismo Calderón, presidente de un partido de centroderecha, esta dispuesto a devolver a las cárceles de Cuba a quien fuere sorprendido atravesando territorio mexicano, aun con el propósito manifiesto de seguir camino al norte.
Lo que esta ocurriendo en la región, con respecto a la Mayor de las Antillas, tienes ribetes de un convencimiento y varias aberraciones: aberración de los conceptos económicos, según los cuales conviene que Cuba continúe derruida. Los países de la región, incluido el propio México, saben que una Cuba Libre restaría muchas plazas hoteleras en la zona.
Aberración de los conceptos ideológicos, a través de los cuales Cuba les sirve de catapulta en sus políticas internas. La isla caribeña sirve de río Jordá donde remojar ensueños de izquierdismo de otros tiempos, y reafirmar principios que en sus países no mientan, salvo que el mercado de votos les exija un desborde por la banda izquierda..
No se escuchan las voces de las Madres de La Plaza de Mayo en solidaridad con las Damas de Blanco, ni la de Pérez Esquivel en solidaridad con Fariñas, porque algo de Videla habita en ellos. Le dicen Síndrome de Estocolmo. En irracional ósmosis, por alguna extraña razón, como Winston Smith, terminan por adorar al Gran Hermano. General por General, terminan rendidos los Castros.
Los gobiernos hispanoamericanos, al no apoyar abiertamente la democracia en Cuba, tienen el convencimiento de que están sacando grandes réditos y que pueden apostar al estalinismo represivo durante mucho más tiempo. Al parecer, les embelesa este método de tratar al adversario.
Ignoran que el mundo de las comunicaciones ha llegado, y con él nuevos desafíos y enemigos nuevos como los problemas ecológicos o el fundamentalismo islámico. Apuestan por las viejas tretas partidistas, y hasta se gastan orgías fotográficas con dictadores moribundos cuyo mérito final es ganarle la partida a un opositor que declaradamente él mismo se prefiere muerto.
Ante tales circunstancias, todas las generaciones de cubanos estamos obligados a aprender. El divorcio que nos imponen hoy quienes se burlan del verdadero sistema democrático, de la verdadera solidaridad y de nosotros todos, puede ayudarnos mañana a establecer transparentes lazos de cooperación con los países que nos ayudaron a salir de la barbarie, y a dilucidar quiénes son los nuestros en esos propios países.
Entierro o destierro, cualquiera sea el destino de Coco Fariñas, este sería el más grande de los posibles homenajes.



(*) Renay Chinea Diaz. Graduado de Periodismo y Comunicación Social en la Universidad de La Habana, 1996. He trabajado en diversas publicaciones dentro de Cuba, como la Revista "Revolución y Cultura" y "Tablas" esta últi especializada en Arte Dramático.. También en Emisoras de Radio de La Ciudad de La Habana. He hecho traducciones para Editorial Mecenas, en Cienfuegos.. Cuba. Fuera de Cuba he Publicado en Revista "Cañabrava", de República Dominicana, en el Periódico "El Chévere", de la comunidad Hispanohablante de Ginebra en Suiza.. y en El Faro, de Murcia España, entre 2005 y 2009...