viernes, 10 de septiembre de 2010

Comenzó el poskircherismo bonaerense: entre la humillación de Scioli y el stent coronario

Néstor, de nuevo internado, se salvó de un by pass por poco: zafó con un stent. Dos intervenciones en menos de un año. El tipo tiene realmente mal las arterias. Miro una mesa en el programa de Grondona, con el Turco Asís de invitado. Concluyen, un poco apresuradamente, que Néstor no está para hacer campaña, que así no puede seguir, que entonces suben las chances de Cristina. Es una hipótesis algo preocupante: ella está mejor que él en todas las encuestas. Son 5-6 puntos más, de esos que pueden decidir la suerte del 2011. Igual, si fue un stent y no un by pass, el cuadro no es tan grave, y hoy diría que va a seguir él.
Pero que el stent no tape la humillación brutal de Scioli. Dijimos que Pagni había detectado movidas de barones para que Scioli se corte solo en la presidencial. Desde el viernes, todos los medios recogen un descontento enorme con Néstor por el maltrato a Scioli. El gesto de autoridad y disciplinamiento no sólo no funcionó, sino que actuó de revulsivo. Hubo reuniones publicitadas a los medios, como la de Massa, Bruera y muchos intendentes más. Morales Solá cita el enojo de Curto. En fin, el cisma del PJ bonaerense, que ya venía muy mal por lo de Moyano, ahora parece imparable. No se los ve con fuerza a los K para disciplinar desde Olivos a la provincia, a decenas y decenas de tipos que se quieren despegar porque no quieren terminar derrotados otra vez. Mucho menos ahora, con Néstor convaleciente. Más allá del acto de autoridad fallido, la bronca de Néstor con Scioli es doble, porque por un lado este no dijo ni "mu" contra Clarín en todas estas semanas de furia, y por otra lo supera en todas las encuestas siempre, ya es una rutina. Lo que significa que Néstor sabe que el año que viene es muy probable que él se vaya a su casa derrotado y Scioli salga victorioso, reelecto gobernador. De ahí la validez de la hipótesis de que lo estén tentando para que le haga a Néstor lo mismo que este le hace a él sembrándole la provincia de precandidatos. O sea, presentarse como precandidato presidencial. Lo mataría, le ganaría por el doble de votos. Convengamos que es pura política-ficción, pero en los meses calientes que nos esperan todo puede pasar.
El dato es que el ladrido de Néstor quedó rápidamente desautorizado, nadie acató ni se lo tragó sin decir nada, como hubiera pasado antes. Desde la Rosada le dijeron a un cronista político el viernes: "se equivocan Scioli y los intendentes si se piensan que pueden salir a "armar". El que manda es Néstor". No, ya no. Y después del stent, menos. Así de crudo. El tiempo de aguantar porque el tipo maneja la caja se está terminando, si no se terminó ya. Funcionó en 2007, en 2009, siempre a pérdida para los intendentes (colectoras, testimoniales). Hoy el cálculo indica otra cosa: a despegarse. Massa le dijo a La Nación que "hasta marzo no nos pronunciaremos, seguiremos con la gestión". Pero no hace mucha falta "pronunciarse": ya lo hicieron con esa misma reunión, con lo que filtraron a la prensa, con la foto publicada en La Nación, que a Néstor le debe haber tapado la coronaria. La tantas veces pronosticada ruptura bonaerense se está produciendo ante nuestros ojos. El jueves a la noche, después del escarmiento, debió ser volcánico de cruce de comentarios. La enfermedad de Néstor parece acelerar la fisura: acá no hay piedad que valga. Estos tipos lo aguantaron durante años, ahora no le van a tener ni sombra de lástima. Encima les hizo tragar el terrible sapo de Moyano. Me gustaría ser periodista en La Plata para ver todo esto bien de cerca. En todo este proceso, que termina en las elecciones, el bonaerense es el nudo clave: se sabe de memoria, sin provincia de Buenos Aires, K&K están listos. Y del jueves para acá perdieron mucho ahí. Se escribió hace poco que Néstor pensaba refugiarse en la provincia si daba por perdida la Nación. Néstor gobernador 2011. Hoy esa maniobra parece pura fantasía, no tiene plafond. El sumiso Scioli no resignaría la candidatura, no tendría sentido. Y tendría a casi todos los barones con él. Es que llegó el momento en que el cálculo les indica que la fórmula látigo más caja no alcanza más. El poskichnerismo ha comenzado esta semana que hoy termina, entre el latigazo a Scioli y el stent. Me atajo por las dudas: siempre habría una salida. Cristina va de candidata, retira a todos los precandidatos bonaerenses que envió Néstor a joder, abrocha con Scioli y los intendentes una buena convivencia sin latigazos, etc, etc. Pero para que pasara eso Néstor debería jubilarse, y ella hacer un giro de 180 grados de estilo. Dificilísimo.

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PS: Además, el gobierno no deja de perder poder en otros frentes. El doble decretazo de Mariotto (otra medida con todo el estilo de Néstor), además de ratificar la guerra no sólo con Clarín sino con todos los cableros, ¿no sanciona la también definitiva ruptura con la "corporación" judicial, dado que desobedece a varios fallos? La futura pero segura recomposición del Consejo de la Magistratura debería darles valor a muchos jueces.
Y ni hablar del frente empresario, donde esta semana, con Moyano asediando nuevamente a Techint, actuará como un aleccionador caso del poder destructivo de un sindicalismo fuera de madre apoyado por la Rosada. Es claro que en estas semanas muchos empresarios que eran eternos tibios han finalmente roto lanzas. Desde Fibertel para acá, el poder K no solamente perdió definitivamente a las clases medias, sino que rompió con "corporaciones" que, sumadas, son mucho poder en contra. Si agregamos lo del PJ bonaerense y la enfermedad de Néstor, es indudable que el poder K perdió muchísimos casilleros en apenas unas semanas.