miércoles, 2 de diciembre de 2009

Afganistán: Obama imita a Bush. Y hace bien


Obama manda 30 mil soldados a Afganistán, paradigma de "guerra justa" que había defendido en su campaña electoral. Resulta sorprendente el tono de agravio moral que muchos han adoptado ante la decisión del presidente de EEUU. Ahí va la parrafada de Silvia Pisani en La Nación: "Fue una sorpresa amarga. La "nueva estrategia" anunciada anoche por el presidente Barack Obama para Afganistán está conformada por un cóctel de más guerra pero más rápido, con una fuerte escalada en pocos meses de modo que, si las cosas salen como pretende, su invasión tenga fecha de finalización dentro de tres años. El líder demócrata, que en diez días recibirá el Premio Nobel de la Paz", etc, etc. ¿De cuál sorpresa habla Pisani? ¿Y porqué entrecomilla nueva estrategia? Hacía tres meses que Obama debatía con su gabinete de guerra, justamente la nueva estrategia para Afganistán. Y ya había mandado 22 mil soldados. ¿Qué lee y qué escucha desde su privilegiada posición en Washington Pisani? No olvida, claro está, recriminarle a Obama su premio Nobel de la Paz, como si él lo hubiera pedido u elegido. En fin, parece que la pose progre va ganando posiciones en La Nación. Es que ser "anti war" queda taaan bien.
En total contraste con esta irritante ligereza argenta, en el Washington Posthttp://voices.washingtonpost.com/postpartisan/2009/12/obamas_lonely_decision.html?hpid=opinionsbox1, Kagan recuerda con gran acierto el olvidado caso de la comisión Baker-Hamilton, una pila de sabihondos que recomendaba, desde su insuperable altura, al pobre burro de Bush que cerrara el expediente de Irak, que se fuera sin más de ahí. Por suerte para EEUU, Bush no les hizo caso, ni a ellos ni al establishment progre de las RRII, tipo Foreign Affairs, NYTimes y similares. Bush hizo lo que este sector nunca pudo aceptar: ganó finalmente la guerra de Irak. Dato que ni La Nación ni el NYTimes parecen registrar. Y la ganó con una "surge" de tropas esencialmente similar a la que intentará ahora Obama en Afganistán. Bush y el general David Petraeus, lograron la victoria final con el envío de 25 mil soldados y un cambio sustancial de enfoque (aliarse con los árabes sunitas y lograr que combatieran a Al Qaeda en lugar de apoyarla o tolerarla), y pudieron así entregarle a Obama el conflicto ya cerrado. Obama, que había dicho e incluso escrito en la Foreign Affairs que se iría de Irak al más puro estilo Zapatero, terminó aceptando el cronograma de salida diseñado por Bush, Petraeus y la democracia iraquí. Invadir Irak, que quede claro, fue un error estratégico, pero la solución pacifista que pontificaban los internacionalistas progres era aún más errada, y por suerte Bush no la aceptó. Por suerte para EEUU, como superpotencia democrática, y por suerte para los iraquíes, que si fuera por Obama, Baker y companía hoy estarían bajo un régimen nazi islámico. Pero los progres tienen esa habilidad para borrar las huellas de sus yerros y tropelías, de manera de nunca hacerse cargo y quedar siempre listos para pontificar en la próxima causa contra "la derecha", a favor de los integristas islámicos, los palestinos o quien sea, siempre que sea un enemigo de Occidente. Volvamos a Obama y su plan: 30 mil tropas antes de mediados de 2010, luego una retirada escalonada a partir de mediados de 2011. En 2007, Bush, finalmente liberado de Rumsfeld, propuso a Petraeus para solucionar el caos iraquí. El paralelo de su plan para Irak con el que ahora anunció Obama para Afganistán no deja de ser pasmoso. Petraeus es, luego de su hazaña iraquí, jefe del Central Command, así que está a cargo de Afganistán, por encima de McCrhystal, quien fue el general que pidió 40 mil muchachos extra en agosto pasado. En ese momento también propuso un cronograma de 18 meses, que Obama evidentemente ahora aceptó. En resumen: Obama, que en 2007 hablaba y escribía pestes sobre Bush en Irak, termina haciendo algo sustancialmente parecido en Afganistán. Tal vez algún progre haga este paralelo, pero a modo de condena, de "sorpresa amarga", para citar nuevamente a la Pisani. Yo hago el paralelo como una alabanza para Obama, que demuestra así tener madera de estadista, ser un "presidente de guerra", como se solaza el chico malo de Kristol (http://voices.washingtonpost.com/postpartisan/2009/12/obamas_afghanistan_speech.html) Y como dice Kagan, ambos, Bush y Obama, se jugaron solos contra el consejo del establishment diplomático y partidario. La diferencia es que Bush ya estaba políticamente muerto y Obama tiene hoy todo su capital político en juego. Pero el plan de Obama sirve para recordar la historia ya removida y olvidada de cómo Bush terminó ganando la guerra de Irak, de cómo los progres tuvieron que tragarse sus arrogantes pontificaciones y mirar para otro lado. Y también para comprobar que Obama no es, por fortuna, un Zapatero, un tipo que vive de eslóganes prefabricados presentados como políticas de gobierno, sino un responsable "comandante en jefe". Un presidente de guerra, como dice Kristol, riéndose con ganas del gran idiota de Michael Moore.