Ante la única alternativa seria para frenar a Kaddafi, o sea, la zona de exclusión aérea, la Casa Blanca elige el ninguneo y la ironía de trazo grueso ("esto no es un video game"). En fin, sigue el inmovilismo, mientras los patéticos de la Otán y la UE charlotean sobre más sanciones, de esas que a Kaddafi, a estas alturas, le procupan menos que la CPI de Moreno Ocampo. En el medio donde trabajo escribí esta columna: