lunes, 21 de marzo de 2011

Libia: Sarkozy, el único con ganas de ayudar en serio a los demócratas libios

Lunes: la coalición contra Kaddafi se agrieta; Brasil aprovecha y se lanza al ruedo con una propuesta de "diálogo" que se equipara en hipocresía a la de Chávez de hace unas semanas. En fin, demasiado poco lo que se ha hecho pero es mejor que nada. Falta más compromiso en el terreno, pero para eso Occidente debería ser menos débil de lo que es. Hoy Obama prácticamente le dio un ultimátum a Europa para que se haga cargo de la operación. Todos salvo Sarkozy parecen deseosos de decir "bueno, hicimos todo lo posible, suerte", y dejar a la rebelión democrática sola. El sábado, cuando se lanzó finalmente la operación, cuando ya habían entrado los asesinos de Kaddafi a Bengazi, escribí esto, que salió publicado, con algún retoque, en el diario donde trabajo (copio el boceto original porque en la edición online no colgaron mi columna):


Sarkozy lleva a Francia a ocupar nuevamente su rol de potencia mediterránea ante el vacío creado en el área, evidente desde la crisis en Túnez. El francés espera ganar puntos en la escena internacional para sumarlos a su carrera presidencial en 2012. Más allá de esta especulación política legítima, Sarkozy reposiciona a Francia en un rol internacional finalmente no subalteno. En las intervenciones anteriores similares: Bosnia (92-95), Irak (90-91) y Kosovo-Serbia (99), Francia había acompañado una iniciativa esencialmente estadounidense. Ahora, el propio EEUU está interesado en no ser el líder de la coalicion militar anti-Kaddafi. Ayer, mientras los jets franceses comenzaban a atacar los blindados de Kaddafi , Hillary daba una conferencia de prensa. Sólo más tarde comenzaban a actuar los cazas de Washington.
En contraste con la tibieza y timoratez de muchos de sus pares europeos, Sarkozy da un paso adelante y hace la diferencia. Pero ya era tarde, al menos en parte: las tropas de Kaddafi aprovecharon los últimos días para avanzar hacia Bengazi con todo lo que tienen y desde la noche del viernes combatían dentro del casco urbano. La orden de ataque se debió librar 48 horas antes, para tomar a esas fuerzas en medio del desierto y no en un ambiente urbano, mezcladas con los civiles. Además las fuerzas aéreas francesas son poco numerosas: ayer se hablaba de unos 25 cazas Rafale y Mirage en esta primera intervención, y apenas cinco en el primer ataque. Demasiado poco para inclinar la balanza, y de ahí el necesario ingreso de los cazas británicos y, en algún momento, estadounidenses.
La comunidad internacional dejó que Kaddafi avanzara y tomara en las últimas dos semanas ciudad tras ciudad, sometiéndolas brutalmente (les corta el agua a cientos de miles de personas en Misurata desde hace 5 días, además de bombardearlas diariamente). En Zawiya, que quedó totalmente arrasada, no hubo prisioneros: la televisión de Kaddafi habló de una "purga". Cuando las naciones se dieron cuenta del costo político y moral que iban a pagar ante una inminente derrota total de la rebelión democrática y de la masacre a gran escala que Kaddafi preparaba para Bengazi (prometió a esa ciudad de un millón de habitantes una represión “sin misericordia ni piedad”), reaccionó, aunque tardíamente, como queda trágicamente claro por estas horas.
En estos días cruciales Alemania e Italia siguieron jugando a favor del “no te metás”. La miseria moral y el enanismo político y geopolítico de esta postura resultan evidentes, se comentan solos. Un barco de la italiana ENI fue descubierto esta semana miestras cargaba crudo en secreto en un puerto libio en manos de Kaddafi. La espeluznante Liga Norte, componente fundamental de la alianza de gobierno de Berlusconi, es el mayor soporte político de este no intervencionismo italiano, por fortuna superado in extremis. La alemana Angela Merkel, en tanto, abogó incansablemente por no intervenir en Libia. Su ministro de Exteriores, el liberal Westerwelle, dio numerosos discursos y declaraciones en pro de esta noble causa consistente en mirar a otra parte. Alemania es la cara más visible de esa Europa rica,vieja y aburguesada que solo quiere que la dejen tranquila gozar de su riqueza, como a un millonario jubilado.
Por suerte para los libios, Sarkozy demuestra que todavía existe otra Europa, con algo de fibra y de sangre en las venas. Con ganas de protagonismo en la escena internacional, no sólo en los salones donde se hace diplomacia, sino también allí donde corre sangre y se hace historia como siempre ha sido: poniendo el cuerpo.
En cuanto a América latina, sólo los países del el eje castro-chavista se juegan en el conflicto libio, y a favor del genocida Kaddafi, compañero de ruta de su “antiimperialismo” primitivo. Chávez habló de una acción “lamentable” y reiteró la rústica tesis de “van por el petróleo”, que nadie informado toma en serio. Evo Morales también salió en defensa de su aliado: “ahora no es un problema, le inventan un problema (a Libia) y el problema es querer apoderarse del petróleo”, argumentó con su conocida confusión sintáctica el presidente boliviano. Los países más importantes de la región, como Brasil, que se abstuvo en el Consejo de Seguridad, optan por callar y tomar distancia, bajo el argumento de la regionalidad. Pero, ¿por qué Lula se jugó el año pasado (y perdió) en favor de Irán y ahora su sucesora y pupila no tiene nada que decir sobre la matanza en Libia?