domingo, 3 de abril de 2011

Seducida por el consumo, la clase media vuelve a votar K, pero ya se prepara a un futuro desencanto

Enigma 2011: ¿no era que sin la clase media no se podía ganar y que había abandonado definitivamente a los K? Es obvio entonces que hoy la clase media esta "votando" a CFK en todas las encuestas. Si no, no mediría como mide, la señora presidenta. Un misterio que los columnistas esquivan, o no se plantean. ¿Se radicalizó de pronto la middle class argenta, tan café con leche ella, tan ni fu ni fa? No parece. Es evidente que vota por descarte, por falta de opciones. Pero sobre todo porque la economía tira, porque este año la familia se fue de vacaciones a Gesell y se compró finalmente el soñado LCD en cuotas. La billetera, parece, le gana a la inflación, por ahora al menos. Habrá que ver más adelante, cuando el "modelo" haga agua por su sobre-ofertismo, la emisión de locos, el atraso cambiario y la falta de inversión, todo eso junto y algo más también. Ese menú en algún momento futuro tiene que producir una revulsión económica, ergo política. Pero no por ahora.
Entonces, hay voto de clase media para CFK, pese a su radicalización de la boca para afuera, pese a la Bonafini, pese a Moyano. El bolsillo manda: y dice que los empleados en blanco con buenos convenios de trabajo, este año _ojo, no antes_ han ganado en salario real (ver el trabajo que cita Scibona en La Nación del domingo). Súmese al sector de cuentapropistas más o menos prósperos, de comerciantes idem y profesionales idem. Ese universo, todo sumado: empleados bancarios y similares; comerciantes promedio; abogado/médico con una carrera más o menos lograda; bueno, todo eso da la "clase media argentina" que todos conocemos y a la que pertenecemos. Y en ese mundo se está "votando" a CFK en los sondeos. Sin decirlo a los gritos, sin militar el voto de octubre (salvo ese reducido pero activo sector que también todos conocemos bien: ¿quién no tiene un amigo K?), renuente, pero en fin, ahí está el "sí" en los sondeos de Poliarquía (que La Nación no publica hace rato), de Aurelio, de Management & Fit, etc.
Un apoyo vergonzante que puede ir tiñéndose de cierto ideologismo lavado con el paso de los meses, cuando se haga demasiado evidente el propio voto, a lo que ayudará cierta crisis que evidencia el cada día más reducido sector de medios independientes. Hay, efectivamente, cierta fatiga de guerra en Nación, Clarín, etc. Pero además la clase media argentina, como se sabe, es veleidosa, y quiere creer que votará por convicción, no por billetera. En algún momento de acá a octubre saldrá del closet esa señora que en 2008 simpatizó con el campo, pero sin llegar a revolear la cacerola; ese señor con algunas lecturas que de pronto descubrió las bondades de la "causa nacional", bien salpimentada con visitas al shopping noventista. Ni hablar del joven treinteañero, que se sabe de memoria el decálogo de la corrección política, casi tanto como el repertorio de esa trilogía del consumismo capitalista que es fútbol-cerveza-autos. Todo ese mundo está haciendo ganar a CFK. Y es ese mismo mundo el que a la primera crisis le dará la espalda, volverá a comprar Clarín y se explicará a si misma que el entorno de La Cámpora y Moyano hicieron despistar a Cristina, pobre tan bien que venía. O, al contrario, que fueron el FMI y los poderes económicos concentrados, como le pasó al finado Alfonsín en 1989. Como sea, llegará el momento del adiós, del segundo adiós a Cristina, después de aquel de 2008 inspirado en la figura campera del hoy totalmente olvidado Angeli. Pero no será ahora, no en octubre. Las proyecciones económicas que acá se imaginan indican que este futuro trauma colectivo ocurrirá en algún momento entre 2012 y 2013, cuando la falopa inyectada al sistema económico por Mercedes y Amado, junto con las severas paparruchadas de Moreno, sumadas a las exigencias cegetistas y de los industriales que aman la ganancia cautiva y segura, no den para más. Y ahí sí, la clase media se mirará al espejo una vez más y se dirá que con esta señora nada que ver, que no sé quién la votó, quién la puso.