sábado, 16 de enero de 2010

Chile: una revolución social lenta, pacífica y silenciosa

Acá sigo, colgando las columnitas que publico. Esta vez, sobre Chile:

La revolución social silenciosa

Casi en silencio, tapado por la campaña electoral y los esperado resultados de hoy, queda en segundo plano lo más importante del caso chileno. Es esa revolución social silenciosa ocurrida en Chile durante estos años: la creación de una nueva clase media, creciente y optimista sobre su futuro. Un enorme contraste con lo que ocurre con ese mismo sector social de este lado de los Andes. Una clase media que esta vez le dio, en buena parte, su voto a la derecha porque dejó de ser, parece, pinochetista, y porque le promete atenderla como hizo Bachelet con las clases más necesitadas, además de renovar sus oportunidades de movilidad social ascendente.

"El votante que era de una clase trabajadora, media-baja, con una mentalidad de centroizquierda, más leal a la Concertación, ese votante hoy día tiene un perfil de consumo que lo pone en un nivel más liberal", explicaba ante los resultados de la primera vuelta (44 por ciento Piñera, 29,6 por ciento Frei) el sociólogo Cristóbal Aninat, de la Universidad Diego Portales. El investigador recuerda que en 1987, Chile tenía 50 por ciento de la población bajo la línea de pobreza. Desde entonces se ha triplicado el ingreso nacional, se ampliaron los programas sociales y un porcentaje grande de población ha pasado a tener niveles medios de consumo.

Del otro lado del Pacífico, China también protagoniza una similar revolución social, pero con las tensiones propias de un sistema político totalitario, como evidencia el caso de Google (ver página 32).

En contraste con estos logros sociales, revolucionarios y no violentos, de la economía de mercado en la región, destacan las revoluciones autoritarias y rebosantes de retórica amenazante de Evo Morales y Hugo Chávez. Que solamente pueden "vivir de rentas" nacionalizando lo creado anteriormente por las empresas privadas, o que usufructúan directamente el bienestar creado por la economía de mercado, como es el caso de la renta petrolera que recaba diariamente Venezuela de los EEUU.