martes, 15 de abril de 2008

Elecciones italianas: addio al comunismo parlamentario

Elecciones italianas. Vuelve el Caimán, más botoxizado y teñido que nunca; vuelve, y con todo, la brutal Liga Norte, recargada y con la mira puesta en los inmigrantes; hace buena elección el nuevo Partido Demócrata de Veltroni, el admirador de Kennedy; y se va del Parlamento la izquierda ortodoxa, aún-comunista, por primera vez en la historia de la República italiana. Esta es la síntesis, ahora querría deterne, más que en el retorno del Berlusca y sus inconrregibles muchachos de la Padania, en la crisis de la izquierda y en el PD veltroniano.
La izquierda de Refundación Comunista y el Partido de los Comunistas Italianos era parte del paisaje político desde inicios de los 90, cuando el PCI desaparece en el PDS (Partido Demócrata de Izquierda, luego quitaron la P de partido y finalmente Veltroni, en un paso decisivo, quitó la I de Izquierda), cuando en ese mismo acto se creó, entre los reacios y nostálgicos, Refundación Comunista; años después, en el 98, a su vez se escinde de esta formación el PDCI. Ahora, bajo el amariconado nombre de Izquierda Arcoiris, habían sumado a los Verdes y a una fracción que se fue del DS cuando este se fusionó con los democristianos progresistas en el PD, el año pasado. Hago este sumario racconto para los que no siguen las complejidades de la vida política italiana pero pueden estar interesados en el fenómeno. Bué. ¿Ahora, es bueno o no que desaparezca del Parlamento la izquierda llamada radical, y que yo prefiero llamar "aún comunista"? La sustituirá la moderada izquierda democristiana y socialdemócrata del PD de Veltroni (que a su vez es más bien, no un socialdemócrata, sino un demócrata a secas, admirador de los "dems" americanos, de ahí el nombre del partido y el tono que le ha dado). Si se tiene en cuenta que muchos comunistas reividicaban frontalmente a Fidel Castro y a la expericencia cubana; si se recuerda que recibieron en Roma con todos los honores a Chávez, definitivamente la respuesta debe ser sí, está bueno que estos tipos salgan del Parlamento de una democracia tan importante como la italiana. Aunque más no sea porque el castrismo y el chavismo no tendrán desde ahora en Roma amigos con el plafón que tenían (vale recordar que Bertinotti, jefe renunciante de Refundación Comunista, venía de ser nada menos que presidente de la Cámara de Diputados, y que Diliberto, del PDCI, fue ministro de Justicia en el anterior gobierno del centroizquierda). Esta izquierda dura venía de un casi batacazo en las elecciones del 2006 y se había posicionado muy bien en la débil gestión de Prodi, con varios ministerios y lugares institucionales clave, como el de Bertinotti. Así que no hay dudas, viene bien su derrota en toda la línea. Italia, en buena medida bajo la dominante cultura política comunista durante 60 años, pasó una página decisiva en estas elecciones al mandar al trastero de la historia a lo que quedaba del viejo PCI.
Sí, de acuerdo, a todos nos da cierta pena y hasta nostalgia; el viejo L'Unitá, il Manifesto, Gramsci, las editoriales de Milán y Turín, las figuras intelectuales salidas del seno de esa cultura comunista italiana que, desde los años 70, con Berlinguer, había roto con la Urss y el estalinismo. Figuras por cierto ambiguas, todas ellas: Berlinguer, Pajetta, Iotti y tantos dirigentes del PCI de los 70; Asor Rosa, Rossana Rossanda entre los periodistas-ensayistas. "Rompían", hacían la rutpura, con la camisa de fuerza estalinista y soviética, pero siempre hasta ahí, siempre con peros y muchos "rimpianti".
Eran y son un buen ejemplo de ese absurdo colonialismo de la izquierda europea marxista. Practicado con la impunidad de la discriminación del tipo "no es para nosotros, pero está bien para uds": por ejemplo, con su descarado apoyo a Chávez. Los de Refundación decían que no les constaba que en Venezuela se violara la libertad de prensa, pero que si llegara a ocurrir eso lo condenarían: lo decían después de la clausura de RCTV, no hace 5 años. Yo lo escuché en un debate por la RAI (creo que era Piero Sansonetti, director del diario de Refundación, Liberazione, el que dijo esta barbaridad sin que se le cayera la cara). Es el viejo truco de siempre: disfrutar de todas las libertades de la democracia burguesa, pero no reconocerla como verdadera democracia y postular "modelos alternativos" para el lejano Tercer Mundo. Fueron incontables en todos esos años las delegaciones que el PCI, y luego Refundación, envió a La Habana, siempre rebosantes de elogios hacia el fidelato. Luego de hacer turismo político-colonial se volvían rapidito a Roma, a gozar de las ventajas económicas y políticas del denostado capitalismo italiano. El mecanismo recuerda mucho al niño bien bohemio, que vive del cheque del padre pero no deja de despreciarlo. Bueno, todo esto ahora se terminó, o al menos tendrá un relieve mucho menor. Si va una delegación a Cuba, ya no estará formada por parlamentarios, por ejemplo; a Chávez en Fiumicino lo recibirán sólo ex diputados y ex ministros. El caudillo emboinado, que olfatea el poder con brutalidad, no dejará de notarlo. Y de Veltroni no recibirá ni un saludo, como ya pasó cuando era alcalde de Roma. Así que a no derramar lágrimas por una cultura política y toda una época que se cierra, y que dejó mucho más en la columna del debe que en la del haber de los valores democráticos. Tanti saluti.